Diferencia entre revisiones de «Mal»

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La más reciente exposición del problema del mal desde el punto de vista de la historia de la filosofía la ha hecho [[Rüdiger Safranski]] en su ''Das Böse oder Das Drama der Freiheit / El mal o El drama de la libertad'' (1997).<ref>{{cita web|apellidos1=Safranski|nombre1=Rüdiger|título=El mal o el drama de la libertad|url=http://ghiraldelli.pro.br/wp-content/uploads/Safranski-Rudiger-El-mal-o-el-drama-de-la-libertad-1997.pdf|editorial=Barcelona: Tusquets|fecha=2000}}</ref><ref>{{cita web|apellidos1=Villacañas Berlanga|nombre1=José Luis|título=Una gnosis urbanizada. Reseña de El mal. El drama de la libertad, de Rüdiger Safranski, 2000ÜDIGER SAFRANSKI|url=https://www.revistadelibros.com/articulos/el-mal-o-el-drama-de-la-libertad-de-rudiger-safranski|obra=Revista de Libros|fecha=1-9-2000}}</ref> La cuestión filosófica sobre la naturaleza del mal depende de si la moralidad es absoluta, relativa o ilusoria. Con arreglo a ello se oponen distintos conceptos y escuelas de pensamiento: para el [[absolutismo moral]], el bien y el mal son conceptos incondicionados y establecidos por una deidad o deidades, por la naturaleza, por la moral, por el sentido común o por alguna otra fuente. Para el [[relativismo moral]], las normas del bien y del mal son variables y productos de una cultura local, costumbre o [[prejuicio]] determinados. Para la [[amoralidad]] el bien y el mal carecen de sentido, ya que no existe un ingrediente moral en la naturaleza, y el [[universalismo moral]] intenta encontrar un compromiso entre el sentido absoluto de la moral y el punto de vista relativista afirmando que la moralidad solo es flexible hasta cierto punto y que lo que es realmente bueno o malo se puede determinar mediante el examen de lo que se considera comúnmente como el mal entre todos los seres humanos.
 
Entre los problemas que la existencia de mal ha planteado todos los tiempos, uno es de particular importancia: la cuestión de lo que es el mal o la maldad y por qué existe así como su concepto antagónico, el [[bien]] o [[bondad]]. Escuelas filosóficas [[Dualismo|dualistas]] como el [[maniqueísmo]] plantean la existencia de estos dos principios antagónicos. [[Sócrates]], en su teoría del [[intelectualismo moral]], identifica el mal con la [[ignorancia]]. Para su discípulo [[Platón]] el mal es aquello en lo que no participa de ninguna manera la idea del Bien y entiende que como las [[idea]]s son perfectas y positivas, todo lo malo es imperfecto y exclusivo del [[mundo sensible]], y escribió que hay relativamente pocas formas de hacer el bien y por el contrario infinidad de maneras de hacer el mal y que pueden tener un impacto mucho mayor en nuestras vidas y las vidas de otros seres capaces de sufrimiento.<ref>Cherniss, Harold (1954). ''The Sources of Evil According to Plato''. American Philosophical Society. pp. 23–30. ISBN 90-04-05235-6. JSTOR 3143666</ref> En [[Plotino]], la materia es identificada como el mal y como la privación de toda forma de inteligibilidad.<ref>"Plotinus", en ''Stanford Encyclopedia of Philosophy'', 30-VI-2003: https://plato.stanford.edu/entries/plotinus/</ref> Para

Ya en el [[renacimiento]], para [[Maquiavelo]], los hombres solo son malos cuando su irrefrenable inclinación a saciar sus propios anhelos no encuentra oposición provocando el mal de los otros, lo que hace necesaria a la ley y al Estado; así pues, los hombres solo son malos cuando se los juzga según el criterio del bien común.<ref>N. [[Maquiavelo]], ''Discursos sobre la primera década de Tito Livio'', I, 3: "El legislador debe tener en cuenta que los humanos son malos (injustos) únicamente cuando los tienta una incitante ocasión" y ''El príncipe'', XV.</ref> Para [[Thomas Hobbes]], inversamente a Rousseau, el hombre es malo por naturaleza y a causa de un [[egoísmo]] fundamental y por un primario instinto de [[supervivencia]] en la guerra de todos contra todos, "es un lobo para el hombre";<ref>Thomas Hobbes, ''Leviatán''. Madrid, Editora Nacional, 1980, caps. XIII-XIV, pp. 222-239.</ref> [[Spinoza]] afirma que lo bueno es todo lo que es útil para nosotros, mientras que el mal es "lo que sin duda sabemos que nos impide poseer todo lo que es bueno". Además afirma que "el conocimiento del mal es un conocimiento inadecuado"<ref>Baruch Spinoza, ''Etica'' , parte IV "De la bondad humana o de la fuerza de los afectos"</ref> [[Leibniz]] afirma en su ''Ensayo de [[Teodicea]]. Acerca de la bondad de Dios, la libertad del hombre y el origen del mal'' (1710) que el bien es más abundante en el mundo que el mal, porque vivimos "en el mejor de los mundos posibles". [[David Hume]], en su obra ''Diálogos sobre la religión natural'' (1755), vuelve a formular el problema en los términos en los que ya lo había formulado el griego [[Epicuro]]: “¿Es que Dios quiere prevenir la maldad, pero no es capaz? Entonces no sería omnipotente. ¿Es capaz, pero no desea hacerlo? Entonces sería malévolo. ¿Es capaz y desea hacerlo? ¿De dónde surge entonces la maldad? ¿Es que no es capaz ni desea hacerlo? ¿Entonces por qué llamarlo Dios?”.

La ilustración en el siglo XVIII volvió a replantearse la cuestión. [[Rousseau]] afirmaba que "el hombre es bueno por naturaleza" y es la sociedad la que lo corrompe; asimismo, "no hacer el bien ya es un mal muy grande"; [[Voltaire]], en cambio, no distingue entre el mal de la naturaleza o físico y el mal moral o perversidad y rechaza la doctrina del [[pecado original]], pero sin embargo proclama la existencia del dolor y su conciencia en el hombre y el beneficio de la esperanza.<ref>{{cita web|apellidos1=Pac|nombre1=Andrea|título=Voltaire: el poema sobre el desastre de Lisboa o el axioma "todo está bien"|url=http://sedici.unlp.edu.ar/bitstream/handle/10915/17566/Documento_completo.pdf-PDFA.pdf?sequence=1&isAllowed=y|obra=V° Jornadas de Investigación en Filosofía – 9 al 11 de diciembre de 2004|fecha=2004}}</ref> [[Edmund Burke]] afirma que "para que triunfe el mal, basta con que los hombres de bien no hagan nada." En [[Kant]], el ser humano tendría una propensión hacia el mal, a pesar de su disposición original para el bien. La tarea del bondadoso sería, pues, según su [[imperativo categórico]], la de dar ejemplo como [[héroe]] o [[mártir]]. [[Friedrich Nietzsche]] en su ''Más allá del bien y el mal'' (1886) afirma que hay que superar la moral judeocristiana y los filósofos del futuro deben transmutar sus valores creándose otros más propios y fundados en la [[voluntad de poder]], el vitalismo dionisiaco, la imaginación y la autoafirmación, negando una moral universal y por tanto un mal único para todos los seres humanos. [[Hannah Arendt]], en ''[[Eichmann en Jerusalén|Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal]]'' (Barcelona: Lumen, 1999) retoma la cuestión del mal radical kantiano, politizándolo. Analiza el mal cuando este se ciñe a grupos sociales o al propio Estado. Según la autora, el mal no es una categoría ontológica, no es natural ni metafísico. Es político e histórico: es producido por seres humanos y se manifiesta solo cuando encuentra espacio institucional y estructural para ello, debido a una elección política. A la trivialización de la [[violencia]] corresponde, para Arendt, el vacío del pensamiento donde la [[banalidad del mal]] se asienta.<ref>Carlos Alberto Navarro Fuentes, "De la condición humana a la banalidad del mal. Hannah Arendt", en revista ''Reflexiones Marginales'' 33, (2016) http://reflexionesmarginales.com/3.0/category/33/33-2016-articulos/</ref>
 
===Definiciones de filósofos===