Diferencia entre revisiones de «Concilio de Nicea I»

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|concilio anterior = ''[[concilio de Jerusalén]]''
|concilio posterior = [[concilio de Constantinopla I]]
|convocado por = El Papa Nº33Emperador [[SilvestreConstantino I el Grande]]
|presidido por = [[Obispo]] [[Osio de Córdoba]]
|asistencia = 1.800 obispos católicos318
|temas = [[Arrianismo]], [[cisma meleciano]], fecha de la Pascua
|cánones =
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[[Archivo:COUNCIL OF NICEA Fresco in the Sistine Salon Vatican t.jpg|thumb|350px|Fresco de la [[Capilla Sixtina]] que representa el Concilio de Nicea I.]]
 
El '''concilio de Nicea I''' (o '''Primer concilio de Nicea''') fue un [[concilio ecuménico|sínodo]] de [[obispo]]s [[cristiano]]s que tuvo lugar entre el 20 de mayo y el 19 de junio de [[325]] en la ciudad de [[Nicea]] de [[Bitinia]] en el [[Imperio romano]]. Esta ciudad hoy es llamada en [[Idioma turco|turco]] İznik y forma parte de la [[provincia de Bursa]] en [[Turquía]]. Fue convocado por el Papa[[emperador romano]] [[SilvestreConstantino I (emperador)|Constantino I]] y es considerado el primer [[concilio ecuménico]]. Se supone que fue presidido por el obispo [[Osio de Córdoba]], de quien se cree que era uno de los delegadoslegados del [[Santa Sede|papa]].<ref>{{Harvnb|Dictionnaire Historique|Dominique Vallaud|Fayard,1995|pp=234–235,678}}</ref>
 
Sus principales logros fueron el arreglo de la [[Cristología|cuestión cristológica]] de la naturaleza del [[Hijo de Dios]] y su relación con [[Dios Padre]],<ref name="harvnb|SEC|pp=112–114">{{harvnb|SEC|pp=39}}</ref> la construcción de la primera parte del [[Símbolo niceno]] (primera doctrina cristiana uniforme), el establecimiento del cumplimiento uniforme de la fecha de la [[Pascua]],<ref name="ReferenceB">{{harvnb|On the Keeping of Easter}}</ref> y la promulgación del primer [[derecho canónico]].<ref>{{harvnb|Leclercq|1911b}}</ref>
 
== Convocatoria ==
El emperador Constantino I terminóhabía condado lamuestras persecuciónde ysus asesinatosimpatías religiosopor el [[cristianismo]] mediante el [[Edicto de Milán]] de [[313]], por el cual -junto a [[Licinio]]- reconoció a los cristianos la libertad para reunirse y practicar su culto sin miedo a sufrir persecuciones. Años después se enfrentó a Licinio, que dominaba la parte oriental del Imperio romano, y lo derrotó en 323. El Papa San [[Silvestre I]]Constantino era consciente de las numerosas divisiones que existían en el seno de la Iglesiadel Católicacristianismo, por lo que, siguiendo la recomendación de un sínodo dirigido por Osio de Córdoba en ese mismo año, decidió convocar un concilio ecuménico de obispos en la ciudad de Nicea, donde se encontraba el palacio imperial de verano. El propósito de este concilio era establecer la paz religiosa y construir la unidad de la Iglesia Católicacristiana.<ref>E. Mitre, ''Ortodoxia y herejía: Entre la Antigüedad y el Medievo'', Cátedra, 2003, págs. 60-61.</ref>
 
Uno de los propósitos del concilio fue resolver los desacuerdos surgidos dentro de la Iglesia de Alejandría sobre la naturaleza del Hijo en su relación con el Padre: en particular, si el Hijo había sido "engendrado" por el Padre desde su propio ser, y por lo tanto no tenía principio, o bien creado de la nada, y por lo tanto tenía un principio.<ref name="kelly1978">{{harvnb|Kelly|1978|loc=Chapter 9}}</ref> [[Alejandro de Alejandría]] obispo católico de la Iglesia Católica de Alejandría y su discípulo y sucesor, el sacerdote católico [[Atanasio de Alejandría]] tomaron la primera posición, mientras que el popular [[presbítero]] [[Arrio]], de quien procede el término [[arrianismo]], tomó la segunda. En aquellos momentos esa era la cuestión principal que dividía a los cristianos. Alejandro y Atanasio defendían que Jesús tenía una doble naturaleza, humana y divina, y que por tanto [[Cristo]] era verdadero Dios y verdadero hombre; en cambio, Arrio y el obispo [[Eusebio de Nicomedia]] afirmaban que Cristo había sido la primera creación de Dios antes del inicio de los tiempos, pero que, habiendo sido creado, no era Dios mismo.
 
== Asistentes ==
Este fue el primer concilio general de la historia de la Iglesia si no se tiene en cuenta como concilio el llamado [[concilio de Jerusalén]] del [[siglo I]], que había reunido a [[Pablo de Tarso]] y sus colaboradores más allegados con los apóstoles de [[Jerusalén]] encabezados por [[Simón Pedro|Pedro]] y [[Santiago el Justo]].
 
El Papa [[Silvestre I]]Constantino invitó a unos 1.8001800 obispos cuyas sedes estaban dentro del Imperio Romanoromano (cerca de 1000 en el Oriente y 800 en la parte occidental del Imperio), pero solo un pequeño y desconocido número de ellos asistió.<ref>Cf. B. Llorca Vives, ''Historia de la Iglesia católica. I: Edad Antigua: la Iglesia en el mundo grecorromano'', BAC, Madrid 1990, 7ª ed., p. 388.</ref> Tres obispos que estuvieron en el concilio dejaron estimaciones distintas: [[Eusebio de Cesarea]] contó más de 250,<ref>{{harvnb|Vita Constantini iii.7}}</ref> [[Atanasio de Alejandría]] contó 318 y [[Eustacio de Antioquía]] los estimó en cerca de 270.<ref>{{harvnb|Theodoret|loc=Book 1, Chapter 7}}</ref> Posteriormente, [[Sócrates de Constantinopla]] registró más de 300,<ref>{{harvnb|Theodoret|loc=Book 1, Chapter 8}}</ref> y [[Evagrio de Antioquía]],<ref>{{harvnb|Theodoret|loc=Book 3, Chapter 31}}</ref> [[Hilario de Poitiers]],<ref>{{harvnb|Contra Constantium Augustum Liber}}</ref> [[Jerónimo (santo)|Jerónimo]],<ref>{{harvnb|Temporum Liber}}</ref> [[Dionisio el Exiguo]],<ref>{{harvnb|Teres|1984|p=177}}</ref> y [[Rufino de Aquilea]]<ref name="Kelhoffer 2011">{{harvnb|Kelhoffer|2011}}</ref> registraron 318. Este número es preservado en las liturgias de las [[Iglesia ortodoxa|Iglesias ortodoxas]]<ref>{{harvnb|Pentecostarion}}</ref> y de la [[Iglesia ortodoxa copta]].
 
La mayoría de los obispos eran orientales, si bien participaron también dos representantes del [[papa]] [[Silvestre I]]. También estuvo presente [[Arrio]] y algunos pocos defensores de sus posiciones teológicas. La posición contraria a Arrio fue defendida, entre otros, por el obispo Alejandro de Alejandría y su joven colaborador, el sacerdote católico Atanasio de Alejandría.
 
Para llegar a Nicea -y retornar luego a su sede- se dio a cada obispo libre y gratuita circulación y alojamiento. Cada uno recibió permiso de concurrir con 2 sacerdotes y 3 [[diácono]]s.
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Los obispos orientales formaban la gran mayoría. Entre ellos estaban: [[Macario I de Jerusalén]]. Muchos de los padres congregados - por ejemplo, [[Pafnucio]] de [[Tebaida]], [[Potamon de Heraclea]], [[Pablo de Neocaesarea]], [[Eusebio de Nicomedia]], [[Eusebio de Cesarea]], [[Aristakes de Armenia]], [[Leoncio de Cesarea]], [[Jacobo de Nísibe]], [[Hipacio de Gangra]], [[Protogenes de Sárdica]], [[Melicio de Sebastopolis]], [[Aquilo]] de [[Larisa]] y [[Espiridón de Tremitunte]]. Desde fuera del Imperio romano asistieron: Juan de Persia e India, el obispo [[Pueblo godo|godo]] Teófilo y Stratophilus de [[Pitsunda]] de [[Georgia]].
 
Desde la parte occidental del Imperio Romanoromano asistieron al menos 5: [[Marcos de Calabria]], [[Caecilianus]] de [[Cartago]], Osio de [[Córdoba (España)|Córdoba]], [[Nicasio de Dijón]] y [[Domnus de Estridón]].
 
Entre los partidarios iniciales de Arrio estaban: [[Secundus de Ptolemais|Segundg de Ptolemais]], [[Theonus de Marmarica|Theong de Marmarica]], [[Zphyrius|Zphyrio]], [[Dathes]], [[Eusebio de Nicomedia]], [[Paulino de Tiro]], [[Actius de Lydda|Actio de Lydda]], [[Menophantus de Éfeso|Menophanto de Éfeso]] y [[Theognis de Nicea]].<ref>{{harvnb|Photius I|loc=Book 1, Chapter 9}}</ref>
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== El papel de Constantino en el concilio ==
 
Constantino I, aunque simpatizaba con los cristianos, según la tradición, no recibió el [[bautismo]] hasta que se halló en su lecho de muerte. Sin embargo, respetabaaparentemente ya se había convertido al cristianismo tras su victoria militar sobre [[Majencio]] en 312, ya que había invocado al Dios de los cristianos antes de la batalla, incitado por su madre Santa Helena. Por ello recibióinterpretó lasu visiónvictoria decomo unaindicio nube blanca que proyectaba una gran cruz oscura en el cielo ("In hoc signo vinces")de la que predijo su victoria como una señalsuperioridad del Dios cristiano, aunque se guardó de compartir esta interpretación con sus tropas.<ref>Véase Henri-Charles Puech (Ed.), ''Las religiones en el mundo mediterráneo y en el Oriente Próximo, Vol. I: Formación de las religiones universales y de salvación''. Siglo XXI, 4ª ed., Madrid, 1985, págs 416-18.</ref>
 
ElLa visión que presenta [[Eusebio de Cesarea]] en su obra ''Vida de Constantino'': el emperador participando e influyendo activamente en el desarrollo del concilio. Sin embargo, el autor J. M. Sansterre, en su obra ''Eusebio de Cesarea y el nacimiento de la teoría cesaropapista'', ha rebatido esta posición, señalando que la actuación de Constantino fue respetuosa de los temas que eran de estricta competencia de los padres conciliares. Esto se ve reforzado por los artículos de la [[Enciclopedia Católica]], que sostiene que Constantino I nunca pudo influir sobre los temas teologales, ya que su formación a este respecto era prácticamente nula. Por el contrario, sostiene la misma fuente, Constantino I se encargó de dar el marco físico y político al concilio, con el fin de evitar que los disensos dogmáticos ([[herejía]]s) pudiesen desembocar de hecho en una fractura política del Imperio.
 
El emperador declaró que todo el que se negara a endosar el credo católico sería exiliado. Ordenó además que las obras de Arrio fueran confiscadas y quemadas, mientras que sus partidarios fueron considerados como "enemigos del cristianismo".<ref>{{harvnb|Schaff|1910|loc=Section 120}}</ref> Sin embargo, la controversia continuó en varias partes del imperio.<ref>{{harvnb|Lutz von Padberg|1998|p=26}}</ref>
 
== Consecuencias ==
 
Después de Nicea los debates sobre la controversia cristológica siguieron por décadas y el propio Constantino I y sus sucesores fueron alternando su apoyo entre los arrianos y los partidarios de las resoluciones de Nicea. Finalmente, el [[Teodosio I el Grande|emperador Teodosio]] estableció el [[Credo niceno|credo]] del concilio de Nicea como la norma para su dominio y el Papa San Dámaso I convocó el [[Concilio de Constantinopla]] en 381 para aclarar la fórmula. Aquel concilio acordó colocar al [[Espíritu Santo]] en el mismo nivel de Dios y de Cristo y empezó a perfilarse la doctrina trinitaria.
 
Los únicos libros declarados heréticos por este concilio fueron los escritos doctrinales arrianos, cuyos ejemplares fueron quemados tras el concilio. El emperador decretó pena capital para quien conservara dichos libros, pero no existe constancia de que se produjeran gran cantidad de muertes por ello. El propio Constantino suavizó sus órdenes solo tres meses después del concilio y acabó incluso simpatizando con los arrianos y atacando a los obispos nicenos. El propio autor, Arrio, fue excomulgado por la Iglesia y exiliado por el emperador, pero no ejecutado, y años más tarde sería readmitido y exiliado, y readmitido según las presiones que recibía el emperador, aunque la Iglesia mantuvo siempre su excomunión.