Diferencia entre revisiones de «Consonante oclusiva»

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Línea 44:
Hay en palabras en las que la “t” no se pronuncia como en ''istmo''.
 
Pronunciación de la “k”<u>:</u> En la articulación de esta velar oclusiva sorda, el postdorso de la lengua se eleva contra el velo del paladar, cerrando por completo la salida del aire espirado, la punta de la lengua desciende hasta las encías de los incisivos inferiores, el velo del paladar permanece cerrado, la glotis sorda y la explosión es algo más débil que en “p” y “t”. Ejemplos: ''caza, loco, terco, cinco''…
 
Hay que tener en cuenta que en el grupo “ct” la “c” se pronuncia solamente como “k” implosiva, sin explosión perceptible. En estas ocasiones, para pronunciar esta “k”, la lengua solo llega a formar la oclusión un instante antes de pasar a la articulación de la “t” siguiente. Por lo tanto, en la conversación cotidiana, gran parte de esta “k” se articula como fricativa sonora. Ejemplos: ''actuar, actriz, actor''…
Línea 71:
Pronunciación de la “g”: Es una consonante velar oclusiva sonora cuya articulación se produce con la glotis sonora, una tensión media y el resto de la articulación presenta las mismas características que “k”. Ejemplos: ''gobierno, ganancia, gallo, rango, sangriento, venganza, tinglado…''
 
En las oclusivas sonoras (b, d, g) iniciales absolutas, las vibraciones laríngeas empiezan normalmente en español unas seis o siete centésimas de segundo antes de la explosión. En el caso de algunos extranjeros, alemanes e ingleses, tienden a pronunciar estas consonantes en dicha posición con vibraciones laríngeas demasiado tardías o demasiado débiles. Por ejemplo, en palabras como “baño” la oiríamos con el sonido “p” “paño”, palabras como “deja” con el sonido “t” “teja” y palabras como “goma” lo oiríamos con el sonido “k” “coma”. Para adaptarse a la pronunciación española, que en este punto guarda similitud con la francesa, la italiana y demás lenguas neolatinas, debe aminorarse la tensión muscular y procurar al mismo tiempo, que las vibraciones laríngeas resulten perceptibles antes de la explosión de la consonante, permitiendo una mayor elasticidad a las paredes bucales con el fin de que en su cavidad cerrada pueda almacenarse el aire que se escapa por la glotis durante la oclusión. Entre tanto, el velo del paladar debe mantenerse elevado, impidiendo la salida del aire por las fosas nasales para que la pronunciación de estas consonantes resulte sonora.<u><ref>Navarro Tomás, T. (2004) :Manual de pronunciación española, 28ª edición. Madrid. CSIC.</ref></u>
 
=== <small>Distribución</small> ===