Diferencia entre revisiones de «Cláusula Filioque»

Contenido eliminado Contenido añadido
Etiqueta: editor de código 2017
Etiqueta: editor de código 2017
Línea 29:
A principio del [[siglo IV]], [[Mario Victorino]] conectó fuertemente al Hijo y al Espíritu en sus argumentos contra el [[arrianismo]]. A mediados de siglo, [[Hilario de Poitiers]] escribió que el Espíritu «proviene del Padre» y es «enviado por el Hijo», es enviado «del Padre a través del Hijo» y «tiene al Padre y al Hijo como fuente». Por otro lado, cuestiona si «recibir del Hijo es lo mismo que proceder del Padre», en referencia a {{Biblia|Juan|16:15}}. A finales de siglo, [[Ambrosio de Milán]] afirmó que el Espíritu «procede del (''procedit a'') Padre y del Hijo», sin separarse jamás de ninguno de los dos. Escribe, «Dios Todopoderoso, tu Hijo es la fuente de la vida, es decir, la fuente del Espíritu Santo. Porque el Espíritu es vida ...». Estos autores no reflexionan sobre el origen del Espíritu, sino que enfatizan la igualdad de las personas de la Trinidad como Dios, reconociendo al Padre como fuente de Dios eterno.
 
En ese mismo siglo,los padres capadocios también escribieron sobre las tres personas de la Tinidad. Así, [[Basilio de Cesarea]] indicaba que «a través del Hijo único [el Espíritu Santo] se une al Padre» y «la bondad natural, la santidad inherente y la dignidad real llegan del Padre a través del unigénito (διὰ τοῦ Μονογενοῦς) al Espíritu». Sin embargo, sus textos no se pueden considerar defensores del ''Filioque''. [[Gregorio Nacianceno]] distinguió entre los dos verbos griegos procedencia, ἐκπορεύεσθαι, tal y como se utiliza en la versión griega original del [[símbolo Niceno-Constantinopolitano]] y προϊέναι. En su ''Oración sobre la Candelaria'' indica que «El Espíritu Santo es el verdadero Espíritu procediendo (προϊέναι) del Padre, de hecho, pero no de la misma manera que el Hijo, porque no fue por Generación, sino por procesión (ἐκπορεύεσθαι)». Por su parte [[Gregorio de Nisa]], indica que «el uno (es decir, el Hijo) es directamente del Primero y el otro (es decir, el Espíritu) es a través del que es directamente del Primero (τὸ δὲ ἐκ τοῦ προσεχῶς ἐκ τοῦ πρώτου) con el resultado de que el Unigénito permanece en el Hijo y no niega el ser del Espíritu del Padre ya que la posición media del Hijo protege su distinción como Unigénito y no excluye al Espíritu de su relación natural con el Padre».<ref>{{cita publicación |apellidos= Mateo-Seco|nombre= Lucas Francisco |enlaceautor= |año= 2005|título= El Espíritu Santo en el "Adversus Macedonianos" de Gregorio de Nisa|publicación= Scripta theologica: revista de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra|volumen= 37|número= 2|páginas= 475-498|ubicación= |editorial= |issn= 0036-9764|url= https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2153457|fechaacceso=1 de abril de 2020}}</ref>
 
A principio del [[siglo V]], [[Cirilo de Alejandría]] legó en sus enseñanzas que el Espíritu Santo procede del Padre y el Hijo utilizando los verbos griegos προϊέναι (en latín ''procere'') y προχεῖσθαι (viene de), y no el verbo ἐκπορεύεσθαι que aparece en el texto griego del [[símbolo de Nicea]]. Por su parte, [[Epifanio de Salamina]] recoge en sus escritos que el Espíritu Santo es del Padre y del Hijo, sin el Padre y del Hijo, del Padre y sin el Hijo, de ambos, de una misma esencia como el Padre y el Hijo, y así sucesivamente.