Diferencia entre revisiones de «Neoimpresionismo»
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'''<big>Neoimpresionismo</big>''' es una palabra creada por el crítico de [[arte]] [[Francia|francés]] [[Félix Fénéon]] en [[1887]] para caracterizar el movimiento artístico de fines del [[siglo XIX]] liderado por [[Georges Pierre Seurat|Georges Seurat]] y [[Paul Signac]], quienes primero exhibieron sus trabajos en [[1884]] en la muestra de la [[Société des Artistes Indépendants]] en [[París]]. El término de Fénéon señalaba que las raíces de estos desarrollos se situaban en las artes visuales del [[Impresionismo]], pero se ofrecía, a su vez, una nueva lectura del color y la línea en la práctica de Seurat y Signac, y el trasfondo teórico de los escritos de [[Michel Eugène Chevreul|Chevreul]] y [[Charles Blanc]].
Los ''neoimpresionistas usan en su paleta colores puros, bajo ningún concepto admiten una mezcla en la paleta, salvo la mezcla de colores vecinos en el círculo, estos, matizados entre sí, y aclarados con el blanco, engendra la multiplicidad de los colores del prisma y todas sus graduaciones. Merced al empleo de trazos aislados de pincel -
El objeto de la descomposición de los colores es conferir al color el mayor esplendor posible, crear en el ojo -mediante la mezcla de las partículas de color yuxtapuestas- una luz coloreada, el brillo de la luz y los colores de la naturaleza. De esta fuente de toda belleza, tornamos nosotros las partes fundamentales de nuestras obras, pero el artista debe seleccionar esos elementos. Un cuadro de líneas, y colores, compuesto por un artista genuino, representa una plasmación más mediata que la copia de la naturaleza tal y como nos la ofrece la casualidad. la técnica de descomposición de los colores asegura precisamente a la otra, una armonía cabal -''divina proportione''-, merced a la correcta distribución y exacto equilibrio de aquellos elementos, y según las reglas del efecto de contraste, gradación e irradiación. Los neoimpresionistas aplican estas reglas -que los impresionistas solo observaron aquí y allá y por instinto- en la forma más constante y estricta. Los neoimpresionistas no atribuyen importancia a la forma de la pincelada, puesto que no les sirve como medio expresivo del modelado, del sentimiento o de la imitación de la forma de un objeto. Para ellos, la pincelada no es más que una de las innumerables partes que, en conjunto, componen el cuadro; un elemento que desempeña el mismo papel que la nota en una sinfonía. Sensaciones tristes o jubilosas, estados de ánimo apacibles o agitados no se expresan ya a través del virtuosismo de la pincelada, sino mediante la correlación de líneas, colores y tonos. El arte de los coloristas está evidentemente asociado, en cierto sentido, tanto con la matemática como con la música. Frente a una tela todavía intacta, el pintor debería determinar ante todo cuáles son los efectos de líneas y superficies que la cruzan, cuáles los colores y tonos que deberían cubrirla. La descomposición de los colores es un sistema que busca armonía, es más una estética que una técnica.
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* Rewald, John: ''Post-Impressionism''
* Herbert, R. L.: ''Neo-Impressionism''
* Lee, Ellen Wardwell: ''The Aura of Neo-Impressionisme: The T. W. Holliday Collection'', Indianapolis Museum of Art, 1983; expanded Dutch edition: ''Neo-impressionisten: Seurat tot Struycken'', Waanders, Zwolle 1988 ISBN 90-6630-132-5
* Budde, Rainer (ed.): ''Pointillisme. Sur les traces de Seurat'', Prestel-Verlag, Munich & New York 1998 ISBN 2-940191-01-8
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