Diferencia entre revisiones de «Imperio acadio»
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Los comienzos del principado de Maništusu parecen haber transcurrido en calma, más tarde un levantamiento de dos de los inquietos territorios orientales, Anshan y Serikhum, lograron resistir el ataque de Maništusu; el rey enemigo fue llevado preso al templo del Sol, en Sippar. Ni Anshan ni Serikhum están localizadas con precisión, aunque figuran mucho en la historia del Elam (se ha supuesto situada cerca de Susa). Respecto a Serikhum se sabe menos, pero su problema interesa a la investigación pues una variante del texto dice «Anshan y la ciudad de Meluḫḫa» y se plantea que estuviese situada en el valle del Indo. Comprobada la intensa relación entre la cultura india de [[Mohenjo-Daro]] (en la actual Pakistán) y la mesopotámica, particularmente en la época de Akkad, el problema adquiere una dimensión extraordinaria, pues una entente entre Elam y el lejano [[cultura del valle del río Indo|valle del Indo]] rebasa las posibilidades consideradas tradicionalmente.
Naram-sin fue hijo y sucesor de Manishtusu, y nieto por tanto de Sargón. La historiografía mesopotámica posterior
El hijo y sucesor de Naram-sin, es llamado Šarkališarri, que significa "rey de todos los reyes". Sin embargo, el primero de sus títulos oficiales, "Rey de Akkad", refleja una triste realidad de unos dominios mucho más exiguos que los de su padre. El imperio comienza a desmoronarse. En 25 años de reinado, Šarkališarri se jacta de haber detenido en Basar (actual Yebel-el Bishri) una invasión de amoritas procedentes de Siria, y de haber realizado victoriosas campañas contra Gutium, el país de los belicosos montañeses a quienes Naram-sin no había logrado mantener más que en precaria sujeción. Pero a pesar del pomposo lenguaje de las crónicas oficiales, los guti desencadenaron el ataque fatal para los acadios. Si la capital misma no fue destruida del todo, quedó en cierto grado tan mal parada que ni más tarde se conocía su emplazamiento y a día de hoy siguen sin haberse identificado sus ruinas. Los inventarios regios citan después de Šarkališarri algunos nombres de reyes fantasmales, y la Lista, siempre tan lacónica, se pregunta con triste retórica "¿quién era rey? ¿quién no era rey?"
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