Diferencia entre revisiones de «Fernando I del Sacro Imperio Romano Germánico»

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Veterano en las lides de la diplomacia,{{harvnp|Fichtner|2001|p=55}}{{harvnp|Parker|2019|p=217}} las [[Relazione|Relazioni]] o registros de los embajadores venecianos notan el pragmatismo del emperador, su fama de gobernante honesto y su habilidad con múltiples idiomas.{{harvnp|Guitman|Bogár|Martí|2019|p=48-51}} Fernando terminó hablando español, francés, italiano y alemán.{{harvnp|Dyer|1861|p=173}} También señalan su interés personal por la paz, considerando el propio Fernando los acuerdos de Augsburgo de 1555 su mayor triunfo por creer que podrían reponer la armonía en la iglesia.{{harvnp|Guitman|Bogár|Martí|2019|p=52}}
 
En la reapertura del [[Concilio de Trento]] en [[1562]], el emperador Fernando defendió la libertad de conciencia y luchó personalmente por que fueran otorgadas amplias concesiones a los protestantes.{{harvnp|Dyer|1861|p=170}} Varios temas del concilio se resolvieron tras un compromiso personal entre Fernando y [[Giovanni Morone]], [[legado papal]].{{harvnp|Dyer|1861|p=172}} Al ver que sin embargo el concilio de Trento no lograba zanjar las diferencias entre católicos y protestantes, Fernando trazó planes para ulteriores reformas,{{harvnp|Guitman|Bogár|Martí|2019|p=52}} bajo una política de ''Reformationslibell''. En 1564 particularmente logró que el papa aprobara la comunión de ambas especies, una histórica reivindicación de los utraquistas bohemios más moderados.{{harvnp|Agnew|2004|p=}}{{harvnp|Kavka|Skybova|2014|p=157}} Más allá de la paz religiosa, los embajadores venecianos notaban que la muerte del emperador sería un perjuicio para la república y para todos los vecinos de Austria, pues sus hijos no mostraban el amor natural a la paz de Fernando.{{harvnp|Kurelić|2013|p=127}}{{harvnp|Ranke|1853|p=29-30}} El embajador veneciano Micheli también escribió que la política de reconciliación religiosa de Fernando había llevado a una cohabitación entre fes en el imperio.{{harvnp|Ranke|1853|p=35-36}}
 
Otra prioridad de Fernando en sus últimos años fue zanjar la elección para la sucesión imperial de su hijo Maximiliano II, logrando en vida la confirmación de su sucesión en sus títulos electivos por parte de la dietas de Bohemia y Hungría{{harvnp|Whaley|2012|p=327}} y organizándole una entrada en Viena como heredero en marzo de 1563.<ref name="BG"/> Después de una complicada relación, padre e hijo se fueron compenetrando más a medida que Maximiliano iba teniendo un mayor papel en el gobierno.{{harvnp|Fichtner|2001|p=54-60}} Con múltiples hijos, Fernando había decidido repartir su herencia dejando Austria Anterior y el Tirol a su segundo hijo [[Fernando II de Austria|Fernando]] y los ducados de Estiria, Carintia y Carniola a su otro hijo, [[Carlos II de Estiria|Carlos]]. Esta sucesión tripartita marcó la dinámica de los Austrias germanos durante las siguientes generaciones.