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== Lexicografía ==
RESUMEN'''resumen:''' La palabra francesa ''lutherie'', usada en una gran variedad de idiomas, hace referencia al arte de construir instrumentos de cuerda. Genéricamente ''al-ʿūd'' significa 'la madera'; la variante alemana de ''luthier'' es ''Luther'', palabra que se ha transformado también en apellido y en nombre..
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=== Diferentes nombres para un mismo oficio ===
'''resumen:'''<nowiki> De entre los nombres primitivos, los dos únicos que adquirieron forma semántica concreta fueron los de laudero y citolero. Ambos, casi con total seguridad eran hiponímicos, ya que la variada producción de estos artífices iba más allá que la mera construcción de laúdes o cítolas. La voz laudero, que en España está documentada desde principios del siglo XV, sería traducida al italiano a principios del siglo XVI como liutaio, y décadas después al francés, como luthier. Todavía se mantienen vigentes hoy en día en Latinoamérica los términos laudero y laudería.}}</nowiki>
 
 
'''el original:''' Con anterioridad al uso de este término, los constructores de cordófonos en España se conocían como ''lauderos''.<ref>En Toledo había una calle llamada de los lauderos, dentro del espacio comercial de la Alcaná. Se llamó así hasta finales del siglo XV, cuando mudó su nombre por la calle de los Violeros. PASSINI, Jean: Casas y casas principales urbanas, el espacio doméstico de Toledo a fines de la Edad Media, Toledo, Universidad de Castilla-La Mancha, 2004, p. 181</ref> Hasta entonces, e incluso después, encontramos otras formas de denominar el oficio en castellano, catalán y valenciano: ''Maestre de Lahuts, LLauter, Laudero, mestre de fer instruments de sonar, maestro de hacer vihuelas y laúdes, maestro de hacer laúdes y monacordios, maestro de hacer laúdes, monacordios e instrumentos, citolero, hacedor de vihuelas, maestro de hacer vihuelas, mestre de fer instruments''. De entre los nombres primitivos, los dos únicos que adquirieron forma semántica concreta fueron los de ''laudero'' y ''citolero''. Ambos, casi con total seguridad eran hiponímicos, ya que la variada producción de estos artífices iba más allá que la mera construcción de laúdes o cítolas. Más adelante aparecerá el término violero como hipónimo de los constructores de un amplio universo instrumental, entre el que se incluían vihuelas de mano, vihuelas de arco, arpas, laúdes, etc.
 
La voz ''laudero'', que en España está documentada desde principios del siglo XV, sería traducida al italiano a principios del siglo XVI como ''liutaio'', y décadas después al francés, como ''luthier''.<ref>Siendo mucho más antigua que estos dos vocablos, sería de justicia que la Real Academia Española la reconociera. </ref> Todavía se mantienen vigentes hoy en día en Latinoamérica los términos ''laudero'' y ''laudería''.
 
=== Importancia cultural del legado de los violeros ===
'''resumen:''' Los violeros españoles desarrollaron un lenguaje propio que sentó las bases de posteriores trayectorias iniciadas en otros países europeos, especialmente en Italia. Su papel fue decisivo porque fundieron múltiples sustratos previos goticistas y andalusíes y lo transmitieron con vigor a toda Europa. Este oficio gozó de un gran prestigio social y cultural en los siglos XV y XVI, como demuestra, por ejemplo, el hecho de que Mahoma Mofferriz, un afamado violero y organero zaragozano fuera el alcalde de la aljama de los moros de la ciudad a finales del siglo XV; o que llegaran a ejercer el oficio algunos hidalgos, como Pedro y Mateo Arratia. EncontramosEn tambiénlos violerosaños entreinta Toledode compartiendola sucenturia actividadsiguiente confue lassuplantada enseñanzaspor musicales,Toledo ely magisterioya dea niños,finales odel lasXVI clases de danza.por Madrid
De violero/a surgió un sustantivo derivado, violería, que puede significar lugar donde trabajan violeros, o el arte ejercido por ellos. La primera de estas dos acepciones queda clara en un solo ejemplo que conozcamos, el de la «calle de la violería de Sevilla», citada a finales del siglo XVI y principios del XVII; mientras que el uso de la segunda parece ser privativo del propio gremio, perteneciente a la jerga profesional. Se conservan las ordenanzas de varias ciudades. En ellas, además de especificarse las normas de calidad, se estipulaban los procedimientos para la adquisición de los materiales y se sentaban las bases para la formación de los nuevos violeros, jóvenes aprendices que tardaban entre cuatro y seis años en formarse en el oficio, antes de convertirse en oficiales. Los oficiales, para llegar a alcanzar el grado de maestro, debían superar un examen en el que demostraban sus destrezas prácticas y conocimientos teóricos frente a un tribunal compuesto generalmente por dos maestros violeros consagrados y un veedor del gremio.
 
 
 
'''el original:''' Los violeros españoles desarrollaron un lenguaje propio que sentó las bases de posteriores trayectorias iniciadas en otros países europeos, especialmente en Italia. Su papel fue decisivo porque fundieron múltiples sustratos previos goticistas y andalusíes y lo transmitieron con vigor a toda Europa. Este oficio gozó de un gran prestigio social y cultural en los siglos XV y XVI, como demuestra, por ejemplo, el hecho de que Mahoma Mofferriz, un afamado violero y organero zaragozano fuera el alcalde de la aljama de los moros de la ciudad a finales del siglo XV; o que llegaran a ejercer el oficio algunos hidalgos, como Pedro y Mateo Arratia. Encontramos también violeros en Toledo compartiendo su actividad con las enseñanzas musicales, el magisterio de niños, o las clases de danza.
Zaragoza fue la ciudad española con un mayor número de violeros activos en la segunda mitad del siglo XV y principios del XVI . En los años treinta de la centuria siguiente fue suplantada por Toledo y ya a finales del XVI por Madrid<ref>BORDAS IBÁÑEZ, Cristina, “La construcción de vihuelas y guitarras en Madrid en los siglos XVI y XVII”. La guitarra en la historia. Madrid, 1995, pp. 47-67.</ref>