Diferencia entre revisiones de «Humanismo renacentista»

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Algunos de los rasgos ideológicos del humanismo son:
El humanismo renacentista fue una actividad de reforma cultural y educativa ejercida por rectores, coleccionistas de libros, educadores y escritores civiles y eclesiásticos, que a finales del siglo XV comenzaron a ser llamados, en italiano, umanisti (humanistas).12​13​ Se desarrolló durante el siglo XV y principios del XVI y fue una respuesta a la educación universitaria escolástica, que entonces era dominada por la filosofía y lógica aristotélica. La escolástica se centró en la preparación de los hombres para ser médicos, abogados o teólogos profesionales y se les enseñaba mediante libros de texto aprobados sobre lógica, filosofía natural, medicina, derecho y teología.14​ Hubo importantes centros de humanismo en Florencia, Nápoles, Roma, Venecia, Mantua, Ferrara y Urbino.
 
Los humanistas reaccionaron en contra de este enfoque utilitario y la pedantería estrechamente asociada a él. Se trató de crear una ciudadanía (con frecuencia incluidas las mujeres) capaz de hablar y escribir con elocuencia y claridad y por lo tanto capaz de participar de la vida cívica de sus comunidades y persuadir a otros a acciones virtuosas y prudentes. Esto se lograría a través del estudio de las "humanidades" (studia humanitatis): gramática, retórica, historia, poesía y filosofía moral. Como un programa para revivir el legado cultural (especialmente el literario) y la filosofía moral de la antigüedad clásica, el humanismo fue una forma de cultura ubicua y no el programa de unos pocos genios aislados como Rabelais o Erasmo como todavía se cree popularmente.
Humanismo es un concepto polisémico que se aplica tanto al estudio de las letras humanas, los estudios clásicos y la filología grecorromana como a una genérica doctrina o actitud vital que concibe de forma integrada los valores humanos.1​ Por otro lado, también se denomina humanismo al «sistema de creencias centrado en el principio de que las necesidades de la sensibilidad y de la inteligencia humana pueden satisfacerse sin tener que aceptar la existencia de Dios y la predicación de las religiones»,1​ lo que se aproxima al laicismo o a posturas secularistas. Se aplica como denominación a distintas corrientes filosóficas, aunque de forma particular, al humanismo renacentista1​ (la corriente cultural europea desarrollada de forma paralela al Renacimiento a partir de sus orígenes en la Italia del siglo XV),2​ caracterizado a la vez por su vocación filológica clásica y por su antropocentrismo frente al teocentrismo medieval.
 
El término alemán Humanismus fue acuñado en 1808 por el teólogo alemán Friedrich Immanuel Niethammer para referirse a las enseñanzas medias, centradas en el estudio de los clásicos griegos y latinos. Partía del término humanistae, de uso común ya en el siglo XV y originado en la jerga estudiantil de las universidades italianas para referirse a los profesores de humanidades o studia humanitatis.3​4​ En su origen, pues, el humanismo no era un sistema filosófico sino un programa educativo y literario,5​ pero al dar nueva vida a los sistemas filosóficos clásicos griegos y latinos incorporaba importantes nociones filosóficas de orden diverso y más bien ecléctico, coincidentes únicamente en dar valor al hombre y al estudio de las humanidades.6​
 
Considerando que el hombre está en posesión de capacidades intelectuales potencialmente ilimitadas, los humanistas consideraban la búsqueda del saber y el dominio de diversas disciplinas como condición necesaria para el buen uso de estas facultades. Defendían, así, la extensión y expresión en lengua vulgar de todos los saberes, incluidos los religiosos; la palabra divina debía hacerse accesible a cualquier persona, fueran cuales fueran sus orígenes o su lengua, lo que se concretó en las traducciones de la Biblia hechas por humanistas, como la de Jacques Lefèvre d'Étaples al francés en 1523.
 
Entendido así, el humanismo trata de exponer y difundir con mayor claridad el patrimonio cultural. El individuo, correctamente instruido, permanece libre y plenamente responsable de sus actos en la creencia de su capacidad de elección. Las nociones de libertad o de libre albedrío, de tolerancia, de independencia, de apertura y de curiosidad son, efectivamente, indisociables de la teoría humanista clásica.
 
Por extensión, se llama «humanista» a todo pensamiento que pone en el primer plano de sus preocupaciones el desarrollo de las cualidades esenciales del ser humano.7​ Así, Paul Oskar Kristeller advierte que el término, asociado en el pasado con el Renacimiento,
en tiempos recientes ha venido a ser causa de mucha confusión filosófica e histórica. En el discurso de hoy día, casi cualquier clase de interés por los valores humanos recibe el calificativo de «humanista» y, en consecuencia, una enorme variedad de pensadores —religiosos o antirreligiosos, científicos o anticientíficos— se siente con derecho a lo que se ha vuelto un marbete de alabo bastante vago.8
 
* Estudio [[Filología|filológico]] de las lenguas e interés por la recuperación de la cultura de la [[Antigüedad clásica]].
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* El deseo de la unidad política y religiosa de Europa bajo un solo poder político y un solo poder religioso separado del mismo: se reconoce la necesidad de separar moral y política; autoridad eterna y temporal.
* El equilibrio en la expresión, que debe ser clara, y no recargada ni conceptuosa: «El estilo que tengo me es natural y, sin afectación ninguna, escribo como hablo; solamente tengo cuidado de usar vocablos que signifiquen bien lo que quiero decir, y dígolo cuanto más llanamente me es posible porque, a mi parecer, en ninguna lengua está bien la afectación.» ([[Juan de Valdés]]).
* La idealización y estilización platónica de la realidad. Se pinta la realidad mejor de lo que es, se la ennoblece (''"nobilitare''").
* El arte humanista toma la materia popular y la selecciona para transformarla en algo estilizado e idealizado, de la misma manera que la [[novela pastoril]] recrea una vida campestre desprovista de las preocupaciones habituales al campesino. En el arte humanista no hay lugar para las manifestaciones vulgares de la plebe que se verán más tarde en el siglo XVII con el [[Barroco]].
* El [[optimismo]] frente al [[pesimismo]] y [[milenarismo]] medievales. Existe fe en el hombre: la idea de que merece la pena pelear por la fama y la gloria en este mundo incita a realizar grandes hazañas y emular las del pasado. La fe se desplaza de Dios al hombre.