Diferencia entre revisiones de «Mito de la Wehrmacht inocente»

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Inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, hubo una gran simpatía alemana por sus criminales de guerra. El Alto Comisionado Británico en la Alemania ocupada se sintió obligado a recordar al público alemán que los criminales implicados habían sido declarados culpables de participar en la tortura o el asesinato de ciudadanos aliados.{{Sfn|Wette|2007|p=239}}A finales de los años 40 y 50 hubo una avalancha de libros y ensayos polémicos que exigían la libertad de los «llamados "criminales de guerra"».{{Sfn|Wette|2007|p=239}}La redacción implicaba que los condenados eran inocentes.{{Sfn|Wetter|2007|p=239}}El historiador alemán Norbert Frei escribió que la demanda generalizada de libertad para los criminales de guerra era una admisión indirecta del enredo de toda la sociedad en el [[Nazismo|nacionalsocialismo]].{{Sfn|Wette|2007|pp=240–241}}Añadió que los juicios por crímenes de guerra eran un doloroso recordatorio de la naturaleza del régimen con el que mucha gente corriente se había identificado. En este contexto, hubo una demanda abrumadora para la rehabilitación de la ''Wehrmacht''.{{Sfn|Wette|2007|pp=240–241}}En parte porque la ''Wehrmacht'' pudo rastrear su origen en el ejército prusiano y, antes de eso, en el ejército fundado en 1640 por Frederich Wilhelm, el «gran elector» de [[Margraviato de Brandeburgo|Brandeburgo]], lo que la convierte en una institución profundamente arraigada en la historia alemana, que presenta problemas para aquellos que quería retratar la era nazi como una «aberración monstruosa» del curso de la historia alemana. En parte, había tantos alemanes que sirvieron en la ''Wehrmacht'' o que tenían familiares que sirvieron en la ''Wehrmacht'' que hubo una demanda generalizada de tener una versión del pasado que les permitiera «honrar la memoria de sus camaradas caídos y para encontrar sentido a las penurias y el sacrificio personal de su propio servicio militar».{{Sfn|Wette|2007|pp=241–242}}Wette escribe que los años de fundación de Alemania Occidental vieron cómo la generación de la guerra cimentaba su pasado y afirmaba con indignación que la inocencia era la norma.{{Sfn|Wette|2007|p=240}}
 
== ÁmpliaciónAmpliación del mito ==
 
=== Franz Halder ===
{{AP|Franz Halder}}
[[Archivo:Franz-Halder.jpg|miniaturadeimagen|311x311px|El ''[[Generaloberst]]'' Franz Halder en 1948 testificando en el «[[Juicio del Alto Mando]]»]]
A medida que avanzaba la [[Guerra Fría]], la inteligencia militar proporcionada por la sección alemana de la [[División Histórica del Ejército de los EE. UU.]] Sese volvió cada vez más importante para los estadounidenses. {{Sfn|Smelser|Davies|2008|p=64}}Halder supervisó la sección alemana del programa de investigación que era conocida como el «Grupo Halder». {{sfn|Smelser|Davies|2008|p=56,65}}Su grupo produjo más de 2.500 manuscritos históricos importantes de más de 700 autores alemanes distintos que detallan la Segunda Guerra Mundial. {{sfn|Smelser|Davies|2008|p=65}} Halder usó el grupo para reinventar la historia de tiempos de guerra usando la verdad, la verdad a medias, la distorsión y la mentira.{{sfn|Smelser|Davies|2008|p=56}}Creó un «grupo de control» de ex oficiales nazis de plena confianza que examinaron todos los manuscritos y, si era necesario, exigían a los autores que cambiaran su contenido. {{Sfn|Smelser|Davies|2008|p=67}}
 
Halder estableció una versión de la historia que todos los escritores tenían que cumplir. Esta versión afirmaba que el ejército era víctima de Hitler y que se habían opuesto a él en cada oportunidad. Los escritores tuvieron que enfatizar la forma «decente» de guerra llevada a cabo por el ejército y culpar a las [[Schutzstaffel|SS]] de las operaciones criminales. {{Sfn|Wette|2006|p=231}} Gozaba de una posición privilegiada, ya que los pocos historiadores que trabajaban en la historia de la Segunda Guerra Mundial en la década de 1950 tenían que obtener información histórica de Halder y su grupo. Su influencia se extendía a los editores y autores de periódicos. {{Sfn|Wette|2006|p=232}}Las instrucciones de Halder eran enviadas por la cadena de mando y fueron registradas por el ex mariscal de campo [[Georg von Küchler]]. Dijeron: «Son los hechos alemanes, vistos desde el punto de vista alemán, los que deben registrarse; esto constituirá un monumento a nuestras tropas», «no se permite ninguna crítica de las medidas ordenadas por el Alto Mando» y «nadie debe ser incriminado de alguna manera», «en cambio, los logros de la'' Wehrmacht ''debían ser enfatizados». {{sfn|Wette|2006|pp=232-233}}El historiador militar [[Bernd Wegner]], después de examinar el trabajo de Halder, escribió: «La escritura de la historia alemana en la Segunda Guerra Mundial, y en particular en el frente ruso, fue durante más de dos décadas, y en parte hasta el día de hoy, y en una medida mucho mayor de lo que la mayoría de la gente cree, el trabajo de los derrotados». {{sfn|Wette|2006|p=229}}[[Wolfram Wette]] escribió: «En el trabajo de la División Histórica se cubrieron las huellas de la guerra de aniquilación de la que era responsable el liderazgo de la Wehrmacht». {{sfn|Wette|2006|p=232}}
 
Halder buscó distancíardistanciar tanto a sí mismo como al ejército alemán de [[Adolf Hitler|Hitler]], el [[nazismo]] y los [[Crimen de guerra|crímenes de guerra]]. Afirmó haber estado en contra de la campaña rusa y que había advertido a Hitler contra su «"aventura" en el Este». {{Sfn|Smelser|Davies|2008|p=57}}Omitió cualquier mención del [[Decreto Barbarroja]] que había ayudó a formular o de la [[Orden de los Comisarios]] que había apoyado y difundido. {{sfn|Smelser|Davies|2008|p=57}}Halder también afirmó de manera completamente inverosímil que la invasión de la Unión Soviética fue una medida defensiva. {{sfn|Smelser|Davies|2008|p=59}}
 
Los estadounidenses sabían que los manuscritos estaban plagados de numerosos casos de apologiaapología. Sin embargo, también contenían información de inteligencia que los estadounidenses consideraban importante en caso de una guerra entre Estados Unidos y la Unión Soviética. {{Sfn|Smelser|Davies|2008|p=66}}Halder había entrenado a los ex oficiales nazis bajo su mando sobre cómo hacer desaparecer la evidencia incriminatoria. {{sfn|Smelser|Davies|2008|p=66–67}} Muchos de los oficiales a los que entrenó, como [[Heinz Guderian]], escribieron biografías de gran éxito que ampliaron el atractivo del mito. {{Sfn|Smelser|Davies|2008|p=67}}Halder logró su objetivo de rehabilitar el cuerpo de oficiales alemanes, primero con el ejército estadounidense, luego ampliando los círculos políticos y finalmente a millones de estadounidenses. {{sfn|Smelser|Davies|2008|p=71}}
 
En 1949, Halder escribió «''Hitler als Feldherr''», que se tradujo al inglés como «''Hitler as Commander''» y se publicó en 1950. La obra contiene las ideas centrales detrás del [[Mito de la Wehrmacht inocente|mito de la Wehrmacht Inocente]] que posteriormente fueron reproducidas en innumerables historias y libros de memorias. El libro describe a un comandante idealizado que luego se compara con Hitler. El comandante es noble, sabio, está en contra de la guerra en Oriente y libre de toda culpa. Hitler es el único responsable del mal cometido; su completa inmoralidad se contrasta con el comportamiento moral del comandante que no ha hecho nada malo. {{sfn|Smelser|Davies|2008|págs=56–57}}