Diferencia entre revisiones de «La ilusión viaja en tranvía»

Caireles (Carlos Navarro) y Tarrajas («Mantequilla») descubren que el tranvía 133, en el que se han pasado media vida trabajando, va a ser retirado del servicio. Tras representar sólo el primer acto de una obra teatralpastorela en verso en la que Caireles es Dios y Tarrajas el diablo, salen de borrachera para consolarse, y deciden sacar ese tranvía de la estación y darles "una vueltecita" a la gente que dejaron plantada esperando la continuación de la obra teatral. Salen con el cuento de que están ofreciendo "servicio piloto".

En cada escena, la situación es peor: Primero, esa noche le dan servicio a distintos pasajeros, desde carniceros hasta indigentes y beatas, y quieren devolver el 133 por la mañana, pero por haber puesto el aviso de "Especial", deben recoger unos niños con una maestra y llevarlos hasta [[Xochimilco]]. Luego, por haberse estacionado frente a un lugar donde por accidente Tarrajas se da cuenta de que unos sacos marcados "Fertilizante" están llenos en realidad de maíz de contrabando, casi los matan. Más adelante, un antiguo inspector, un anciano retirado, se sube al tranvía y quiere delatarlos.