Diferencia entre revisiones de «Diálogos de Carmelitas»

Contenido eliminado Contenido añadido
cambio plantilla tras wikificar
Línea 12:
==Los hechos contados==
 
Las monjas fueron ejecutadas en [[1794]] por negarse a renunciar a sus votos monásticos.
Al estallar la Revolución en [[1789]], las monjas rehusaron despojarse de su hábito carmelita, y cuando los disturbios fueron aumentando, entre junio y septiembre de [[1792]], siguiendo una inspiración que tuvo la priora Beata Teresa de San Agustín, todas se ofrecieron al Señor en holocausto ''para aplacar la cólera de Dios y para que la paz divina, traída al mundo por su amado Hijo, fuese devuelta a la Iglesia y al Estado''. El acto de consagración, emitido incluso por dos religiosas ancianas que al principio se habían asustado ante el solo pensamiento de la guillotina, se convirtió en ofrecimiento diario hasta el día del martirio, dos años después.
 
Fueron llevadas de [[Compiègne]] a París, donde fueron juzgadas bajo la acusación de "maquinar contra la República". Murieron en la guillotina el 17 de julio de [[1794]] en la plaza du Trône-Renversé, actualemente [[plaza de la Nación]] en París. Fueron enterradas en fosas comunes en el [[cementerio de Picpus]].
La Asamblea Nacional Constituyente había hecho público un decreto por el que se exigía que los religiosos fueran considerados como funcionarios del Estado. Deberían prestar juramento a la Constitución y sus bienes serían confiscados. Era el año [[1790]]. Miembros del Directorio del distrito de Compiègne, cumpliendo órdenes, se presentaron el 4 de agosto de aquel año en el monasterio a hacer inventario de las posesiones de la comunidad. Las monjas tuvieron que dejar sus hábitos y abandonar su residencia. Cinco días después, obedeciendo los consejos de las autoridades, firmaron el juramento de Libertad-Igualdad. Los religiosos que se negaban a firmarlo eran deportados.
 
El papa [[Pío X]] las beatificó el 17 de mayo de [[1906]].
Después fueron separadas. Hicieron cuatro grupos en distintos domicilios, pero continuaron practicando la oración y entregándose a la penitencia como antes, lo cual fue notado por los [[jacobino]]s de la ciudad. En ello encontraron motivo suficiente para denunciarlas al Comité de Salud Pública, cosa que hicieron sin pérdida de tiempo.
 
El [[régimen del terror]] estaba oficialmente establecido. El rey había sido ejecutado y el Tribunal Revolucionario trabajaba sin descanso enviando cientos de ciudadanos sospechosos a la muerte. La denuncia de las carmelitas decía que, pese a la prohibición, seguían viviendo en comunidad, que celebraban reuniones sospechosas y mantenían correspondencia criminal con fanáticos de París.
 
Convenía presentar pruebas, y con ese objeto se efectuó un minucioso registro en los domicilios de los cuatro grupos. El Comité encontró diversos objetos que fueron considerados de gran interés y altamente comprometedores, como cartas de sacerdotes en las que se trataba de novenas, escapularios y de dirección espiritual. También se halló un retrato de [[Luis XVI]] e imágenes del [[Sagrado Corazón]]. Todo ello era suficiente para demostrar la culpabilidad de las monjas. El Comité redactó un informe en el que explicaba cómo, “considerando que las ciudadanas religiosas, burlando las leyes, vivían en comunidad”, que su correspondencia era testimonio de que tramaban en secreto el restablecimiento de la Monarquía y la desaparición de la República, las mandaba detener y encerrar en prisión.
 
El 22 de junio de [[1794]] eran recluidas en el monasterio de la Visitación, que se había convertido en cárcel. Allí esperaron la decisión final que sobre su suerte tomaría el Comité de Salud Pública asesorado por el Comité local. Entonces acordaron retractarse del juramento prestado antes, “prefiriendo mil veces la muerte mejor que ser culpables de un juramento así”. Esta resolución las llenó de serenidad. Cada día aumentaba el peligro, pero ellas se sentían más fuertes. Continuaban dedicadas a orar y, gracias a estar en prisión, podían hacerlo juntas, como cuando estaban en su convento. Ya no se veían obligadas a ocultarse y ello les procuraba un gran alivio.
 
Transcurridos unos días, el 12 de julio el Comité de Salud Pública dio órdenes para que fueran trasladadas a París. El cumplimiento de tales órdenes fue exigido en términos que no admitían demora. No hubo tiempo para que las hermanas tomaran su ligera colación ni cambiaran su ropa, que estaba mojada porque habían estado lavando. Las hicieron montar en dos carretas de paja y les ataron las manos a la espalda. Escoltadas por un grupo de soldados salieron para la capital. Su destino era la famosa prisión de la [[Conserjería (París)|Conserjería]], antesala de la [[guillotina]] y abarrotada de sacerdotes y laicos cristianos igualmente condenados. Allí, a las dos de la mañana recitaban diariamente sus oficios.
 
Su última fiesta fue la del 16 de julio, [[Nuestra Señora del Carmen]]. Por la tarde recibieron un aviso para que compareciesen al día siguiente ante el Tribunal Revolucionario. La noticia no les impidió cantar, sobre la música de [[La Marsellesa]], unos versos improvisados en los que expresaban al mismo tiempo fe en su victoria, temor y confianza, y que se conservan en el convento de Compiègne.
 
Fueron sometidas a un interrogatorio muy breve y, sin que se llamara a declarar a un solo testigo, el Tribunal condenó a muerte a las dieciséis carmelitas, culpables de organizar reuniones y conciliábulos contrarrevolucionarios, de sostener correspondencia con fanáticos y de guardar escritos que atentaban contra la libertad.
 
Una hora después subían en las carretas que las conducirían a la plaza del Trono derrocado, hoy [[plaza de la Nación]]. Cantaron el [[Miserere]] y luego el [[Salve, Regina]]. Al pie ya de la guillotina entonaron el [[Te Deum]], canto de acción de gracias, y, terminado éste, el [[Veni Creator]]. Por último, hicieron renovación de sus promesas del bautismo y de sus votos de religión. Era el día 17 de julio de [[1794]], por la tarde.
 
Las cabezas y los cuerpos de las mártires fueron enterrados en un pozo de arena profundo de casi nueve metros cuadrados en el cementerio parisino de Picpus. Este pozo de arena fue el receptáculo de los cuerpos de 1.298 víctimas de la Revolución. Una placa de mármol con el nombre de las mártires y la fecha de su muerte figura sobre la fosa y en ella está grabado: ''Beati qui in Domino moriuntur'' (Felices los que mueren en el Señor).
 
==Las martirizadas==