Diferencia entre revisiones de «Alejandro Magno»

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* El libro de ficción ''Alejandro Magno y las águilas de Roma'', de [[Javier Negrete]], publicado recientemente en España.
 
=== Alejandro Magno en el cine ===
=== Juicios sobre su personalidad ===
La figura de Alejandro III ha inspirado a numerosos cineastas:
 
* [[Flavio Arriano]]:
* ''[[Sikander]]'' (1941), dirigida por [[Sohrab Modi]], narra la campaña en la India, y en especial, la [[batalla del Hidaspes]].
* ''[[Alejandro el Grande (película)|Alejandro el Grande]]'' (1956), dirigida por [[Robert Rossen]]. El rey macedonio es interpretado por [[Richard Burton]].
{{cita|Cualquiera que hable mal de Alejandro, que lo haga contando no sólo las cosas censurables que Alejandro hizo, sino que junte todo lo que Alejandro llevó a cabo, y vea así el conjunto. Que considere ese tal quién es él mismo y cuál es su suerte, y frente a eso, que calcule quién llegó a ser Alejandro y hasta qué grado de humana felicidad llegó... Que hable mal ese tal de Alejandro, él que será un personajillo insignificante que se ocupa en pequeñeces y es incapaz incluso de poner orden en ellas.|Flavio Arriano, ''Anábasis de Alejandro Magno'', libro VII, 30}}
* ''Sikandar-e-Azam'' (1965), dirigida por [[Kedar Kapoor]], con [[Dara Singh]] en el papel de Alejandro.
* ''[[Alejandro Magno (película)|Alejandro Magno]]'' (2004), dirigida por [[Oliver Stone]]. El conquistador es interpretado por [[Colin Farrell]].
* [[Mary Renault]]:
{{cita|Los (historiadores) modernos que lo han acusado de «una desagradable preocupación por su propia gloria» piensan en función de otra época. Hasta ese momento y de ahí en adelante, los más altos niveles de la literatura griega están impregnados del axioma según el cual ser digno de fama es la más honrosa de las aspiraciones, el incentivo de los mejores hombres para alcanzar las más altas cotas. Sócrates, Platón y Aristóteles lo aceptaron. Este ''ethos'' duró más que Grecia y Roma. La última palabra de la única épica inglesa es ''lofgeornost'': ‘de lo más deseoso de fama’. Cierra el lamento de los guerreros ante el difunto Beowulf.|Mary Renault, ''Alejandro Magno'', cap. «Troya».}}
* Hermann Bengston:
{{cita|Si alguien tiene derecho a ser juzgado de acuerdo con las normas de su propio tiempo, este alguien es Alejandro.|Hermann Bengston, ''The Greeks and the Persians'', citado por Mary Renault como introducción de la novela ''El muchacho persa''.}}
* [[Robin Lane Fox]]:
{{cita|Los historiadores, que no ven bien las guerras sin justificación ni las matanzas, ahora consideran a Alejandro excepcionalmente salvaje y cada vez más propenso a matar. Sus más viejos contemporáneos recuerdan a Hitler o Stalin (...) Hay historiadores modernos que, detestando el «imperialismo», intentan barrer estos movimientos considerándolos «pragmáticos» o muy limitados. Creo que sus prejuicios modernos les conducen a mal puerto, como les ocurre a muchos otros. Alejandro nació rey — no derrocó una constitución, como Hitler. No tenía ni idea de qué era la limpieza étnica o racial. Quería incluir a los pueblos conquistados en su nuevo reino, el de Alejandro, mientras sus súbditos, por supuesto, pagaban tributos y no podían rebelarse.|[http://www.archaeology.org/online/interviews/fox.html Robin Lane Fox en una entrevista para la página archeology.org y publicada en la Archeology Magazine].}}
* Victor Davis Hanson:
{{cita|A demasiados estudiosos les gusta comparar a Alejandro con [[Aníbal]] o [[Napoleón]]. Un equivalente mucho mejor sería [[Hitler]] (...) ambos eran místicos chiflados, concentrados únicamente en el botín y el saqueo bajo la apariencia de llevar la 'cultura' a [[Oriente]] y 'liberar' a los pueblos oprimidos de un imperio corrupto. Ambos eran amables con los animales, mostraban deferencia a las mujeres, hablaban constantemente de su propio destino y divinidad, y podían ser especialmente corteses con subordinados aunque estuvieran planeando la destrucción de cientos de miles de personas, y asesinaron a sus colaboradores más íntimos.|Victor Davis Hanson, ''The Wars of the Ancient Greeks and their Invention of Western Military Culture'', Londres, Cassell, 1999, pp. 189-190.}}
* Nicholas G. L. Hammond:
{{cita|Hemos mencionado muchas facetas de la personalidad de Alejandro: sus profundos afectos, sus fuertes emociones, su valor sin límite, la brillantez y rapidez de su pensamiento, su curiosidad intelectual, su amor por la gloria, su espíritu competitivo, la aceptación de cualquier reto, su generosidad y su compasión; y, por otro lado, su ambición desmesurada, su despiadada fuerza de voluntad: sus deseos, pasiones y emociones sin freno (...) en suma, tenía muchas de las cualidades del buen salvaje.|N. G. L. Hammond, ''Alejandro Magno. Rey, general y estadista'', Madrid, Alianza, 1992, p. 378.}}
* Paul Cartledge:
{{cita|¿O no fue ninguno de estos [posibles Alejandros recreados por los sabios], o tenía algo de todos, o algunos, de ellos? (...) Mi Alejandro es una suerte de contradicción: un pragmatista con una veta de falsedad, pero también un entusiasta con una veta de romanticismo apasionado.|Paul Cartledge, ''Alexander The Great. The Hunt for a New Past'', Londres, Macmillian, 2004, pp. 193 y 197.}}
 
== Véase también ==