Diferencia entre revisiones de «Giovanni Boldini»

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[[Archivo:Giovanni Boldini Mademoiselle Lantelme.jpg|thumb|250px|Retrato de M.lle Lanthelme, 1907, óleo sobre tela, Roma, ''Galleria d'Arte Moderna'']]
{{quote|''... Si una cosa los amantes del arte admiran en los retratos del señor Boldini, es la frescura del colorido y precisamente esta frescura es la cualidad que menos apreciamos en este artista. Mientras las pinceladas largas y ligera nos gustan, el color continuamente bello y brillante nos cansa; en la naturaleza, los colores bellos en si mismos no existen, perro aparecen como tales por su justo contrapeso con los otros, el hacer los colores más bellos que en la naturaleza es falsear y caer en el convencionalismo al mismo tiempo.|''Signorini, '' 1867}}
 
 
 
{{quote|''Giovanni Boldini encarna el genio vibrante y fácil, la maestría puesta siempre mejor al servicio del placer de los sentidos, el artista de la decadencia extrema, dotado de varias de las cualidades que fueron ignoradas por los maestros italianos de las grandes épocas.|''Blanche, '' 1931}}
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{{quote|''Era un artista ultra "chic", en su forma muy particular, especialmente cuando retrataba larguiruchas señoras de la alta sociedad internacional que aparecen pintadas como debajo de un vidrio traslúcido. Experto de ese modo y de la literatura francesa que lo ha representado, interpretaba muy bien a la más alta elegancia femenina en esa época en que estaban incluso demasiado revestidas por los artífices de los sastres y de las modistas, figurativamente plasmadas en poses ambiguas situadas entre las de los salones y del teatro. Pero esos retratos tienen un fuerte poder de encanto: revelan espontáneas y seguras cualidades de pintor...|''Berenson, '' 1958}}
 
{{quote|''Las mujeres tuvieron siempre un rol de primer plano en su vida,; al retratarlas exaltaba sus mejores características, alargaba piernas, manos, pies para exaltar su atractivo natural, incluso alargaba la mirada de sus modelos. Una vez alcanzada la celebridad y la riqueza, no dejó de empeñarse en ella más sublime de las Artes: El trabajoOcio, que programaba minuciosamente: cada uno de sus cuadros es precedido por bocetos, apuntes y pruebas para obtener perfección formal, mientras que el Ocio en sí es perfecto de manera informal, libre de formas y convencionalismos terrenos, o ¿qué otra cosa significa ser genial?. HastaPara lograra la Perfección en el Ocio, que de por sí ya es perfecto, pueden iniciarse algunos bocetos como protocolo pusilánime y terrenal, mas todo debrá morir allí, pues el hombre perfecto no termina nada. Claro, imposible aspirar a la riqueza esgrimiendo tales argumentos, Boldini jamás habló de lo que significaba estar de pie ante Dios: Apenas nos habló de su Sabiduría, no haciendo nada, y cuando pintó, podemos decir que simplemente la calló por un rato, aunque su mente nunca despegó sus labios del beso eterno de la Gloria. En cuanto a las amadas féminas que constituyen la patria de sus días, podemos decir que incluso sus características pinceladas rápidas, lasrecibían llamadasel epíteto de "sciabolate", pinceladas dignas que daban vida y movimiento a sus cuadros, eran meticulosamente estudiadas. Las mujeres de Boldini, -sin contar a sus amantes- son de naturaleza flexible y desinhibida, queseres desmadejados de todo principio, mostrabanmostrando sin reticencia un modelo de belleza erudito, esto es unas curvas semejantes a la curvatura del Universo mismo, donde se alberga la Sabiduría Final, la Erudición que nos desvela continuamente, pues nunca es tarde para ignorarlo todo: Ese es el momento ideal para contemplar una hermosa mujer y olvidar definitivamente la vida, incluso a Boldini. Entonces, estas mujeres, descubriéndose, afirmabanafirmaránn su propia autodeterminación de individuos, ya maduras y emancipadas, ya plenamente conscientes de su propia feminidadcalidad de joyas de la lascivia. De naturaleza fantástica y conturbante, llegan excitadas al estudio del artista, impacientes de huir del protocolo de sus palacios, de relajar las rígidas fajas con armadura de delgadas astas de huesobarba de ballena, para abandonarse, libres finalmente, depara sentirse finalmente protagonistas, admiradas y sobre todo comprendidas, frente al “fauno”, frente a aquel pequeño hombrey torvo frenteruiseñor alde cualla pincelada, extraño duende que despliega sus ráfagas de óleo, como si de alas de caos se tratase, un pavo real en la habitación, jugando con lo fugaz de la decencia, fugacidad sólo superada por la de la Belleza misma. A este Santo de la Inspiración, a este Blasón de Ojos Lubricados en Astucia Creativa no pueden callar sus más recónditos deseos. Boldini no las juzga, porque juzgarlas significaría renegarimpugnar su naturaleza disoluta. pero,No: al contrario, las estimula a expresarse, recoge sus confusiones, sus angustias y las induce a reflexionar sobre la fatuidad del tiempo y del amor que vive de un solo instante. El artista sabe agarrarcapturar al vuelo ese momento, irrepetible,y torturarlo en su caída, pues volátil es la Vida y truhán el cualdescenso a los Infiernos. Irrepetible el pintor, la belleza aparece más fulgurante y en elsu interior, cualdestellan sus musas en el horizonte de su propia alcurnia, se muestran más desenvueltas y naturales. Sin embargo estos retratos colmados de tanta belleza están, a menudo, perturbados depor un sentido de provisoriedad, que flota veladamente, que se intuye en el aire y en las miradas, por instantes nostálgicas, otras veces soberbias o melancólicas, de hembras insatisfechas e inquietas, culpables de vanidad, esto es, culpables de la verdad, cómplices complacidasharto ydeleitadas, ya dominadas por esa imagen ciertamente inconveniente que el genio italiano dará de ellas. El artista exalta el ego de su modelo retratándola, frecuentemente solosólo un instante antes de que, siendo alcanzadas por el otoño de la vida, su belleza se marchite para siempre, antes de que sus hojas de rosas perfumadas comiencen a caer y sus dedos se vuelvan espinas, antes que sus ojos se conviertan en vitrinas de un museo donde apenas y para siempre se exhibirá degradación, declive, ocaso y deterioro. En ocasiones, como un mago, recoge los frágiles pétalos, los tritura en el mortero de su Alma y, con un gesto de amor recompone la flor marchita devolviéndole un instante de eterna primavera., aunque ya no es una flor: Apenas es Arte Inmortal... |''Panconi, '' 2008}}
 
== Obras ==