Diferencia entre revisiones de «Zaleuco»

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Una de las normas más peculiares de las leyes de Zaleuco era la relativa a su reforma: cualquiera que propusiera una enmienda o adición debía someterla al Consejo de los ciudadanos, presentándose ante él con una soga atada al cuello. Si el Consejo votaba en contra de tal propuesta, el proponente debía ser estrangulado en el acto.
 
Las fuentes antiguas que tratan sobre Zaleuko son la ''[[Política (Aristóteles)|Política]]'', de [[Aristóteles]], y la obra de [[Diodoro Sículo]]. [[Eusebio de Cesarea]] lo localiza en el segundo año de la 29 [[Olimpiada]] (663 - 662 a. C.) [[Polibio de Megalópolis]], en ''Historia universal bajo la República romana'' (Tomo II, Libro XII, cap. IX) cuenta lo siguiente:
libro duodécimo
 
{{cita|Ley de Zaleuco acerca de la posesión de la cosa contextada hasta definitiva.- Duda acerca de esta ley.- Otra del mismo Zaleuco, acerca de los que pretenden interpretar las leyes.<p>
Seguíase pleito en Locros entre dos jóvenes sobre un esclavo; el uno que lo había poseído por mucho tiempo, y el otro que sólo dos días antes de la contestación había salido al campo y se lo había traído por fuerza a casa estando ausente su dueño. El amo, informado del caso, se dirigió a la casa, cogió su siervo, le presentó en el tribunal, y manifestó que él debía ser el dueño dando fianzas; pues la ley de Zaleuco prevenía que se mantuviese en la posesión de la cosa controvertida durante el pleito a aquel en cuyo poder estaba cuando se contextó. El otro, fundado en la misma ley, sostenía que el siervo debía volver a su casa, pues de ella había sido extraído para traerle a juicio. Los jueces ante quienes dependía aquel pleito, no sabiendo qué decidir sobre el asunto, llevaron al esclavo al Cosmopolita, y le refirieron el hecho. Este supremo magistrado interpretó la ley diciendo que aquellas palabras en cuyo poder estaba cuando se contextó, se debían entender de aquel que últimamente hubiese estado en pacífica posesión por algún tiempo de la cosa contextada. Pero en el caso de que uno llevase a su casa una cosa quitándosela a otro por fuerza, y después el dueño se la extrajese para presentarla en juicio, la posesión de aquel no era legítima. El joven que había salido condenado negó que fuese este el sentido del legislador. Entonces el Cosmopolita propuso si había alguno que quisiese discutir sobre el sentido de la ley, según la fórmula prescrita por Zaleuco. Esta se reducía a que los dos sustentantes explicasen con una soga al cuello el espíritu del legislador en una junta de mil personas; y aquel que peor interpretase el sentido de la ley, fuese ahorcado delante de los mil con su misma soga. A esta propuesta del Cosmopolita replicó el joven, y dijo que no era igual el trato; pues que el Cosmopolita, teniendo ya poco menos de noventa años, apenas le quedarían de vida dos o tres, en vez de que a él le restaba aún probablemente la mayor parte. Con este gracejo el joven redujo a pasatiempo un acto tan serio, y los jueces decidieron según el parecer del Cosmopolita.}}
 
Se conservan 14 fragmentos de su código de leyes: