Diferencia entre revisiones de «Floribella (telenovela chilena)»

Si Cenicienta fuera una chica del [[siglo XXI]], lo más probable es que en vez de fregar pisos, buscaría trabajo, y en vez de soñar con vestidos y carrozas, soñaría con hacer lo que más le gusta. Tampoco se quedaría esperando al príncipe azul, porque saldría ella misma a buscarlo...

Así es Florencia González ([[Mariana Derderian]]), una joven de 20 años llena de sueños que nos mostrará que la fantasía todavía existe. Porque a pesar de que le ha tocado muy duro, Florencia es una niña dulce y sobre todo feliz. Perdió a su madre siendo muy pequeña, y fue criada por Titina ([[Ximena Rivas]]), quien la cuidó como si fuera su hija.

El mundo de Florencia es la [[música]] y la banda que ha formado con sus mejores amigos Coke ([[Mario Horton]]), Bata ([[Matías Oviedo]]), Lili ([[María José Urzúa]]) y Nata ([[Isabel Ruíz]]), con quienes sueña llegar a los grandes escenarios. Pero su vida cambiará radicalmente cuando entre a trabajar a la casa de la familia Fritzenwalden como asistente de la institutriz Greta ([[Gloria Münchmeyer]]) quien está a cargo de seis niños que acaban de perder a sus padres. Lo que Florencia no imagina es que en esta casa descubrirá el amor.

Florencia caerá rendida ante Federico ([[Cristián Arriagada]]), el mayor de los Fritzenwalden y actual cabeza de la familia. Un joven que ha debido postergar sus sueños y sacar su lado más frío y racional para hacerse cargo de sus hermanos. Un hielo que Flor se encargará de derretir con su particular manera de ser. Una alegría que contagiará al resto de la familia y los transformará en aliados del amor que Florencia siente por Federico.

Pero el cuento de hadas no estaría completo sin las malas. Nuestra princesa tendrá que luchar contra las intrigas de la malvada Agustina ([[Luz Valdivieso]]) y su madre María Laura Torres Oviedo viuda de Santillán ([[Coca Guazzini]]) más conocida como Malala. Una fría mujer que no dudará en acercarse a la familia ante la posibilidad de casar a su hija con la fortuna de los Fritzenwalden. Y eso no es todo, porque muy pronto Malala se enterará de que su difunto esposo le dejó la mitad de su fortuna a una hija que tuvo fuera del matrimonio. Revelación que volverá loca de rabia a Malala y la hará buscar por cielo, mar y tierra a la heredera sin imaginar que la encontrará en la casa de los Fritzenwalden. Pero nada, incluso las más descabelladas intrigas, podrán con el espíritu de Flor que ante la desgracia no dudará en refugiarse en la música y sus sueños.