Diferencia entre revisiones de «El siniestro Doctor Mortis»

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→‎Características: Se especifica en que consistió el desmán. Ver "Requien para el doctor Mortis"(n°101, edit Quimantú)
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La verdadera esencia del personaje nunca fue declarada explícitamente por Marino, aunque la interpretación más probable es que corresponde a una encarnación de [[Satanás]] u otro [[demonio]], de acuerdo al guion del propio autor expuesto en el número 41 de las historietas de la época 1966-1967, editado por Zig-Zag, y titulado "Maqueronte y el Monstruo del doctor Mortis", y en la que el doctor-bajo la apariencia de un médico griego- tienta a Jesús en el desierto y es rechazado por éste; pero también, de acuerdo más que nada a la especulación de sus antagonistas, podría ser la encarnación de la muerte o del [[Mal]] en estado puro, un ente de otra dimensión o de fuera de este universo, un antiguo vampiro humano, el resultado de un experimento alquímico fallido, un científico loco, etc. El mismo se definió como la muerte misma.
 
El doctor Mortis fue encarnado en el radioteatro por el mismo Juan Marino bajo la forma de un sujeto de voz grave, pausada y una carcajada satánica y característica, y en el cómic con la forma de un apuesto sujeto de mediana edad, de bigotes finos y barbita puntiaguda a estilo francés del siglo XIX y dos mechones de pelo en las sienes que simulaban cuernos; se presentaba con la profesión de "doctor" y con diferentes alias-Tiss Morgan, Tmiros, Misrot, M. Ortiz, Stroim, Morgenthys, T.S. Mori, Ry Thomas, Sitmor, Ross-Mithor, Trosmi, Mohr Silentis, entre muchos-, y era perseguido como un malhechor internacional por todas las policías del mundo. Tenía la propiedad de cambiar de aspecto físico, y su esencia indefinida era capaz de ocupar o poseer diversos cuerpos humanos que le servían de vehículo, lo que hacía más difícil su identificación. Habitualmente, se manifestaba como un vampiro ubicuo e indestructible. El objetivo del personaje era claro: sojuzgar a la raza humana usando la ciencia y su dominio sobre los muertos, a los cuales controlaba como [[zombi]]s-a los que llamaba "hijos míos"-, y la instauración de una especie de reino de los muertos sobre los cuales él sería el amo supremo y la humanidad su esclava. Presidía una cofradía de seguidores que solían llamarlo "maestro". Sus macabros experimentos científicos estaban orientados a dominar la mente y los cuerpos de sus víctimas, así como crear engendros monstruosos que lo sirvieran; otras veces sus trabajos estaban destinados a probar sus retorcidas teorías megalomaníacas; para estos experimentos se valía en ocasiones de científicos desquiciados, fuera de la ley o expulsados de sus órdenes gremiales; por lo general, disponía de modernos laboratorios con instrumental adelantado a su época. Objetos y lugares que le pertenecían o le pertenecieron(libros, cuadros, relojes, mansiones,etc) conservaban su influencia maligna y seguían ligados a él, causando desgracia entre sus incautos poseedores. Invulnerable a las armas humanas, inmortal, con fuerza sobrehumana, con poder sobre los elementos y criaturas monstruosas, el Siniestro Doctor Mortis transitaba por las diferentes épocas y países esparciendo su influencia maléfica por el mundo. No obstante estas características, Mortis no era omnipotente, pues sobre él tenían poder los símbolos cristianos(cruces, agua bendita, etc). En ocasiones, según el cómic, llegó a ser neutralizado por sus enemigos-sacerdotes, científicos, profesores, policías y hasta gobiernos-aunque no destruido: en "Requiem para el doctor Mortis"(n° 101, editorial Quimantú), debido a sus graves desmanes-un apocalipsis zombi global- el personaje fue capturado por su principal enemigo, el padre Hans Libby; y se llegó al extremo, aúnados los gobiernos de las superpotencias, de exiliarlo al espacio profundo, pero sin un resultado concluyente, pues quedó al descubierto otra característica esencial de Mortis: ser el amo de la muerte, una especie-en palabras de Libby- de "mal necesario" para la humanidad. Se lo debe retornar a la Tierra, para evitar el trastorno que significó su ausencia. Finalmente, a pesar de que terminó confinado en una pequeña isla en medio del océano, en el interior de un ataúd de marfil, dentro de una cámara de seguridad celosamente custodiada, su influencia no pudo ser erradicada.
 
En una nueva evolución del mito, con una estética gráfica y argumental renovada, Mortis logra escapar en 2011 ("Mortis, el Eterno Retorno", novela gráfica de Miguel Ferrada e Italo Ahumada, editada por Arcano Cuarto Producciones en 2011) de su cárcel oceánica en dirección a las costas chilenas, mediante la ejecución de un elaborado plan diseñado por su "Cofradía", habiendo previamente fracasado la cruzada del padre Libby por impedirlo, fracaso descrito prolijamente en el web cómic llamado "In absentia Mortis", publicado en capítulos cortos entre 2007 y 2010, y a cargo de diversos guionistas y dibujantes.