Diferencia entre revisiones de «Cuádruple Alianza (1834)»

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La '''Cuádruple Alianza''' fue un [[tratado]] internacional firmado entre [[Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda|Reino Unido]], [[Monarquía de Julio|Francia]], [[Imperio español|España]] y [[Reino de Portugal|Portugal]] el [[22 de abril]] de [[1834]], por el cual los cuatro estados se comprometían a expulsar de Portugal al infante portugués [[Miguel I de Portugal|Miguel]] y al infante español [[Carlos María Isidro de Borbón|Carlos]]. Con el inicio de la [[Primera Guerra Carlista|guerra carlista]] se firmaron unos artículos adicionales en agosto de ese año por lo que el resto de partes firmantes se comprometía a ayudar al gobierno legitimista en España. El tratado fue entendido por el [[Imperio Austriacoaustríaco]], [[Imperio Rusoruso|Rusia]] y [[Reino de Prusia|Prusia]], potencias absolutistas, como una acción diplomática conjunta en [[política internacional]] para defender los modelos [[liberalismo|liberales]] que representaban los gobiernos de la Cuádruple.
 
En el terreno práctico, dado que Francia y Reino Unido ejercían como primeras potencias europeas, se trató del aseguramiento por parte de ambas del control parcial de España y Portugal como países de tipo medio con políticas inestables como el [[reinado de Isabel II|gobierno de Isabel II en España]], al modo más próximo a un protectorado. Con ello se puso término a la pertenencia de España a la [[Santa Alianza]], ya bastante desnaturalizada, así como constituyó un hito significativo que dos países tradicionalmente enfrentados, como Francia y Reino Unido, llegasen a un mutuo entendimiento.
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== Contexto ==
[[File:Liberal Wars.jpg|right|thumb|Caricatura de Pedro IV y Miguel I de Portugal disputándose la corona. El desarrollo de la guerra civil portuguesa sería uno de los motivos principales para firmar el tratado de la Cuádruple.<ref name=cordoncuarentaynuevecincuenta/>]]
Las [[revoluciones de 1830]] supusieron un punto de inflexión en el sistema del concierto europeo iniciado en el [[Congreso de Viena]] de [[1815]]. Como expresa [[María Teresa Menchén Barrios|Menchén Barrios]] "''las ambiciones políticas que conducen a ella [a la Cuádruple Alianza] están en función de los antagonismos existentes entre la Europa liberal que surge de la revolución y la Europa absolutista''".<ref>Menchén, 1989, p. 34</ref> La independencia de [[Bélgica]] supuso el primer ejemplo de la división en bloques, [[Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda|Reino Unido]] y [[Monarquía de Julio|Francia]] por un lado, [[Reino de Prusia|Prusia]], [[Imperio Austriacoaustríaco|Austria]] y [[Imperio Rusoruso|Rusia]] por otro.<ref>Rodríguez, 1991, pp. 1-3</ref>
 
El acercamiento entre Reino Unido y Francia se produjo por "''múltiples intereses, y no sólo por afinidades ideológicas''" aunque éstas eran evidentes.<ref>López-Cordón, 1981, p. 848</ref> En Francia la revolución de 1830 dio el poder a [[Luis Felipe I de Francia|Luis Felipe]] que adoptó al principio posturas liberales. En el Reino Unido los [[whig]] se hicieron con el gobierno e impusieron la [[Reform Act de 1832|Gran Reforma]] en 1832 que permitió cierto aperturismo político y una ampliación de las bases del régimen parlamentario. Un punto importante de los planteamientos ''[[whig]]'', y especialmente de los radicales que les apoyaban en el [[Parlamento del Reino Unido|Parlamento]], era la defensa de los ideales liberales en [[Europa]]. De defensa y unión que explicaba el acercamiento a Francia que se concretó en una ''Entente Cordiale'', un frente común contra las monarquías absolutistas. En todo caso, esta colaboración tenía dos importantes limitaciones: el tradicional principio de no intervención inglés y los diferentes y contrapuestos intereses económicos de cada país.<ref>Rodríguez, 1991, pp. 6-11</ref>
 
En cuanto a [[Imperio español|España]] y [[Reino de Portugal|Portugal]] ambos países tenían una situación interna muy difícil. En Portugal desde mediados de los años veinte se desarrollaba una [[guerras Liberales|guerra sucesoria]]. En España la situación también era similar aunque la [[Primera Guerra Carlista|guerra]] no estallaría hasta después de firmar el tratado. En política internacional el tratado, y la dependencia que supone, es "''resultado del aislamiento internacional del régimen isabelino''".<ref name=vilarcinco>Vilar, 2003, p. 405</ref> [[Maria Victoria López-Cordón Cortezo|López-Cordón]] incide en ese aislamiento añadiendo además que procede de la "''descalificación de España como potencia europea, fruto de la desafortunada política exterior de Fernando VII''".<ref name=cordoncuarentaynueve>López-Cordón, 1981, p. 849</ref> Que sólo Francia e Inglaterra reconocieran a Isabel II como legítima heredera demuestra el aislamiento español. Su ejemplo sólo fue seguido por países dependientes de esas potencias.<ref name=vilarcinco/>
 
== Significado ==
La finalidad inmediata del tratado era lograr la expulsión de los infantes Miguel y Carlos de Portugal, pero se entendía que los compromisos asumidos iban más allá.<ref name=cordoncuarentaynuevecincuenta>López-Cordón, 1981, pp. 849-850</ref> Sin necesidad de indicarse explícitamente por el tratado, Inglaterra seguía manteniendo su influencia en Portugal y se evitaba una acción unilateral española. Además la unión de los países constitucionalistas (lo que se denominaría el ''"espíritu" de la Cuádruple'') intranquilizaba a las potencias del Norte.<ref>López-Cordón, 1981, p. 850</ref> Javier de Burgos definió el tratado como "''una especie de provocación dirigida a las Potencias del Norte''" ([[Reino de Prusia|Prusia]], [[Imperio Austriacoaustríaco|Austria]] y [[Imperio Rusoruso|Rusia]]).<ref name=rodrigueztressiete>Rodríguez, 1991, p. 37</ref>
 
La negociación sobre los artículos adicionales fue complicada pues suponía transformar un apoyo moral en uno efectivo sobre el terreno. Los nuevos artículos afectaban al Reino Unido pero sobre todo a Francia que asumió compromisos concretos sin mucha intención de cumplirlos de forma rápida.<ref>Rodríguez, 1991, pp. 40-41</ref>
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Se distinguen dos etapas en la existencia práctica de la Cuádruple Alianza. La primera sería la puesta en práctica inmediata de los compromisos asumidos y la segunda haría referencia al "espíritu de la Cuádruple", una vez concluidos los motivos que justificaban el tratado.
=== Guerras civiles portuguesa y española ===
[[File:IV.2 Un Canje.jpg|right|thumb|Canje de prisioneros por el tratado de Lecera durante la guerra carlista. Para la firma de ese tratado jugó un papel clave la diplomacia británica que buscaba reducir la crueldad de la guerra.<ref name=cordoncincuentayuno/>]]La inmediata puesta en práctica de los compromisos asumidos supuso la solución al problema portugués. Más complicada sería la cuestión española y la puesta en práctica de los artículos adicionales. En general el ''"apoyo [[Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda|británico]] fue más efectivo"'',<ref>Menchén, 1989, p. 42</ref> aunque más en lo diplomático, que en lo económico o en lo militar. En esta última cuestión hay algunas divergencias en la historiografía. Para Vilar el apoyo militar fue mínimo y basado en ''"tropas de desecho"''.<ref name=vilarseis/> Por el contrario, Rodríguez Alonso cree que la cuestión debe investigarse más y que no se puede minimizar ni hablar de tropas de desecho, resumiendo la ayuda en ''"el envío de una Legión Auxiliar, con la venta de armas y pertrechos para la guerra y con el envío de barcos para obstaculizar el aprovisionamiento por mar de las tropas carlistas"''.<ref>Rodríguez, 1991, p. 242 y véase la nota 5 en la página 250</ref> Menchén sí que afirma que la ''"colaboración británica resultó muy valiosa en algunos momentos pese a las contrapartidas económicas''",<ref name=menchencuarentaytres>Menchén, 1989, p. 43</ref> poniendo el ejemplo de su importancia para resolver el bloqueo de [[Bilbao]]. Las contrapartidas económicas se referían a la inclusión de [[Imperio español|España]] en el sistema comercial británico, algo que no llegó a concretarse pese a que en 1835 se firmó, pero no se ratificó, un tratado comercial.<ref>Rodríguez, 1991, pp. 207-223</ref>
 
Sí hay acuerdo entre los historiadores para considerar como poco útil o incluso negativa la ayuda de [[Monarquía de Julio|Francia]] en la cuestión española, especialmente por su escaso control de las fronteras. Francia parecía, en ocasiones, una aliada del carlismo en vez del gobierno isabelino.<ref name=menchencuarentaytres/> López-Cordón llega a decir que constituye "''indirectamente'' [la ayuda francesa] ''casi la más eficaz ayuda del bando legitimista''", añadiendo que la supuesta ayuda fue el envío de voluntarios de poca importancia por su bajo número y porque en la mayoría de los casos se pasaron al bando [[carlismo|carlista]].<ref name=cordoncincuentaydos>López-Cordón, 1981, p. 852</ref>
 
La historiografía francesa explica la ambigüedad de la ayuda por el contexto europeo: [[Luis Felipe I de Francia|Luis Felipe de Orleans]] nunca perdió el diálogo con [[Imperio Austriacoaustríaco|Austria]] que le pediría "frenar" al Reino Unido. En función de estos intereses pensó en la necesidad de mantener una actitud de moderación para evitar una generalización del conflicto.<ref name=menchencuarentaytres/> Durante todo el desarrollo de la guerra se buscó la intervención francesa en cumplimiento de lo pactado e incluso se llegó a hacer un cambio de gobierno, pasando al moderado [[Narciso Heredia y Begines de los Ríos|Ofalia]], para que hubiera mayor sintonía ideológica. Sin embargo, la intervención no se produjo y esto llevó a una mayor dependencia e influencia inglesa para España.<ref>Rodríguez, 1991, pp. 91-94</ref> En cuanto a la cooperación portuguesa en la guerra carlista, tardó en llevarse a la práctica y tuvo escasa importancia. Se hizo efectiva sólo en [[1836]] y al año siguiente las tropas tuvieron que regresar por las sublevaciones internas en Portugal.<ref name=cordoncincuentayuno>López-Cordón, 1981: p. 851</ref>
 
Además de la ayuda militar, Reino Unido jugó un papel importante en el aspecto diplomático, sobre todo en dos cuestiones. En primer lugar en el intento de reducir los excesos de ambos bandos en la guerra firmándose para ello dos convenios, el de [[Convenio Lord Eliot|Eliot]] y el Segura Lécera, de "''una efectividad muy relativa''".<ref name=cordoncincuentayuno/> Mayor importancia tiene la segunda cuestión: la intervención en los acuerdos de paz que se concretaron en el [[Convenio de Vergara]], que en su redacción final recogía, en lo esencial, los términos de la propuesta británica pese a hacerse sin mediación extranjera.<ref name=cordoncincuentaydos/> Comparte esta visión Rodríguez Alonso añadiendo que los diplomáticos británicos "''habían jugado un papel fundamental en las negociaciones previas, pero cuidaron de que su trabajo no apareciera en primer lugar''".<ref>Rodríguez, 1991, p. 106</ref>