Diferencia entre revisiones de «República Popular Húngara (1918-1919)»

El 31 de octubre de 1918, se creó un Gobierno de coalición que controlaría la política de la república mediante un pacto entre el [[Partido Socialdemócrata (Hungría)|Partido Socialdemócrata]], el [[Partido Radical (Hungría)|Partido Radical]] y el partido de [[Mihály Károlyi]].<ref name="vermes492"/><ref name="szilassy23">[[#Bibliografíaszilassy|Szilassy (1971)]], p. 23</ref> Este último, dirigente del ala izquierda de los Independientes, presidió el nuevo gabinete.<ref name="vermes492"/><ref name="szilassy23"/> Estos partidos defendían entonces la adopción de un sistema político democrático<ref name="szilassy23"/> basado en la [[justicia social]] y la equidad de trato de las minorías.<ref name="vermes492"/>

Paralizadas las fuerzas del antiguo régimen por la derrota en la guerra, la revolución triunfó casi incruentamente.<ref name="Mocsy83">[[#Bibliografíamocsy|Mocsy (1983)]], p. 83</ref> El representante paradigmático de aquellas, el conde [[Esteban Tisza]], fue una de las pocas víctimas, asesinado durante el [[Revolución de los Crisantemos|periodo del alzamiento]].<ref name="Mocsy83"/> La opinión pública y la capital respaldaban abrumadoramente al nuevo Gobierno de Károlyi.<ref name="Mocsy83"/> En el campo, las revueltas facilitaron el traspaso del poder a los consejos revolucionarios.<ref name="Mocsy83"/> La derecha se hallaba además dividida entre los partidarios de una restauración íntegra del viejo orden y aquellos pertenecientes a la derecha radical que defendían la necesidad de algunas reformas.<ref name="Mocsy83"/> Debilitados, estos grupos al comienzo trataron de contemporizar con el nuevo régimen.<ref name="Mocsy84">[[#Bibliografíamocsy|Mocsy (1983)]], p. 84</ref>

Desde el comienzo, la junta nacional exigió la proclamación de la república y la abolición de la dinastía.<ref name="szilassy23"/> El representante del emperador y rey de Hungría en [[Budapest]], el archiduque [[José Augusto de Habsburgo-Lorena]], convencido de la imposibilidad de conservar el sistema monárquico, mantuvo conversaciones con el monarca y logró que el 1 de noviembre este liberase a Károlyi y sus ministros de su juramento de lealtad y, el 13 de noviembre, renunciase a participar en los asuntos políticos húngaros y aceptase de antemano la forma de Estado que la población decidiese adoptar.<ref name="szilassy24">[[#Bibliografíaszilassy|Szilassy (1971)]], p. 24</ref> Tres días más tarde, el {{fecha|16|11|1918}}, se proclamó la república popular.<ref name="szilassy24"/> Se nombró a Károlyi presidente provisional, cargo que se convirtió en permanente el 11 de enero de 1919.<ref name="szilassy24"/>

Derrotada y desacreditada temporalmente la derecha política, las riendas del gobierno quedaron firmemente en manos de la izquierda democrática.<ref name="Mocsy3">[[#Bibliografíamocsy|Mocsy (1983)]], p. 3</ref> Durante varios meses, la recuperación del poder por los conservadores parecía quimérica.<ref name="Mocsy3"/> Al contrario que los numerosos refugiados, la población en general se opuso a la continuación de la guerra, a resistir con las armas la partición del país y dio prioridad a las reformas sociales y económicas, pendientes por largo tiempo.<ref name="Mocsy3"/> El cambio en el poder, sin embargo, no fue total; aunque los puestos claves del Ejército y la administración pasaron a manos de los seguidores del Gobierno, ambos contaban con numerosos partidarios del antiguo régimen, que se opusieron a las reformas.<ref name="Mocsy85"/>

Pronto la debilidad del Gobierno quedó patente: la falta de una organización de masas que lo respaldase, un control imperfecto de las instituciones, la falta de una fuerza armada y una policía leales y su fracaso en política exterior eran sus principales puntos flacos.<ref name="Mocsy85">[[#Bibliografíamocsy|Mocsy (1983)]], p. 85</ref> Károlyi no pudo contar tampoco con una administración competente y leal, llenándose esta de aventureros, oportunistas y opositores al nuevo régimen.<ref name="Mocsy86">[[#Bibliografíamocsy|Mocsy (1983)]], p. 86</ref> Las unidades militares que le habían llevado al poder tampoco se unificaron nunca para crear un Ejército revolucionario fiel, se mantuvieron autónomas y a menudo fomentaron el caos.<ref name="Mocsy86"/> Las unidades verdaderamente leales al Gobierno eran extremadamente escasas.<ref name="Mocsy86"/> Los intentos de reclutamiento fracasaron ante la dureza de la vida militar, el cansancio bélico y las alternativas disponibles a los posibles voluntarios.<ref name="Mocsy87">[[#Bibliografíamocsy|Mocsy (1983)]], p. 87</ref>

A pesar de la derrota en la [[Primera Guerra Mundial]], la mentalidad de muchos políticos magiares no había cambiado sobre la conveniencia de la hegemonía magiar en Hungría.<ref name="vermes487">[[#Bibliografíavermes|Vermes (1973)]], p. 487</ref> En el otoño de 1918, sin embargo, la intelectualidad se hallaba dividida entre los partidarios del mantenimiento del sistema anterior, de control político total magiar, y un creciente número de partidarios de las reformas.<ref name="vermes492">[[#Bibliografíavermes|Vermes (1973)]], p. 492</ref>

[[Oszkár Jászi]], eminente sociólogo y dirigente de los Radicales, fue nombrado ministro de Nacionalidades.<ref name="vermes492"/> Partidario del federalismo,<ref name="szilassy27">[[#Bibliografíaszilassy|Szilassy (1971)]], p. 27</ref> trató de llegar a un acuerdo con las minorías que evitase el desmembramiento del territorio.<ref name="vermes492"/> El Gobierno a través de Jászi trataba de conjugar el respeto al [[derecho de autodeterminación]] con su deseo de mantener la integridad territorial de la nueva Hungría independiente,<ref name="vermes493">[[#Bibliografíavermes|Vermes (1973)]], p. 493</ref> a pesar de sus escasas ilusiones de lograrlo.<ref name="Mocsy87"/> Un obstáculo para lograr el acuerdo era el convencimiento, incluso de los políticos más reformistas, de la supremacía magiar sobre las minorías.<ref name="vermes494">[[#Bibliografíavermes|Vermes (1973)]], p. 494</ref> A pesar del intento sincero de Károlyi y Jászi de convertir la opresión anterior en una protección de las nacionalidades minoritarias, su proyecto no dejaba de mostrar un cierto paternalismo hacia estas.<ref name="vermes494"/> En su meta de tratar de mantener la unidad territorial, Károlyi confiaba además en el mantenimiento de los postulados del presidente estadounidense [[Woodrow Wilson]], que evitarían las excesivas exigencias territoriales de los países vecinos.<ref name="Mocsy87"/> Convencido de que las quejas de las minorías no se debían a la opresión magiar, sino a la aplicación de un sistema social y político anticuado por parte de la nobleza que había sometido por igual a magiares y minorías, consideraba que las reformas políticas, sociales y culturales acabarían con ellas.<ref name="Mocsy88">[[#Bibliografíamocsy|Mocsy (1983)]], p. 88</ref>

Jászi, que planeaba reformar el Estado de acuerdo al modelo suizo,<ref name="Mocsy88"/> se trasladó rápidamente a [[Arad (Rumania)|Arad]] para comenzar las conversaciones con los dirigentes nacionalistas rumanos de [[Transilvania]], que se iniciaron el 12 de noviembre.<ref name="vermes495">[[#Bibliografíavermes|Vermes (1973)]], p. 495</ref> Dos días más tarde, el principal dirigente transilvano rumano, [[Iuliu Maniu]], se presentó para participar en las conversaciones y defendió la postura de que la autodeterminación significaba la consecución de la soberanía nacional, pero refiriéndose únicamente a la población de cultura rumana.<ref name="vermes496">[[#Bibliografíavermes|Vermes (1973)]], p. 496</ref> Al resto de las comunidades únicamente se les prometía una amplia autonomía cultural.<ref name="vermes496"/> Maniu contaba además con su conocimiento del tratado secreto de alianza entre Rumanía y la Entente que prometía a aquella la anexión de Transilvania, lo que hizo imposible el acuerdo con la delegación magiar.<ref name="vermes496"/>

El fracaso de las negociaciones en Arad desilusionó a la opinión pública magiar, indignándola.<ref name="vermes497">[[#Bibliografíavermes|Vermes (1973)]], p. 497</ref> Toda la prensa, incluida la socialista, clamó en defensa de la integridad territorial de Hungría según las fronteras austrohúngaras.<ref name="vermes497"/>

El Gobierno de [[Praga]] interfirió las posteriores negociaciones de Jászi con el político eslovaco [[Milan Hodža]]; aquel no reconoció a Hodža como representante legítimo de los eslovacos.<ref name="vermes498">[[#Bibliografíavermes|Vermes (1973)]], p. 498</ref> Mientras, las tropas checas avanzaron por territorio eslovaco, según el primer ministro checoslovaco, [[Karel Kramář]], a invitación de los eslovacos y para evitar la anarquía ante la retirada de la administración húngara.<ref name="vermes498"/> Las negociaciones de Jászi no tenían posibilidades de fructificar ante el reconocimiento por la Entente de la nueva república checoslovaca, ya antes del comienzo de la [[Conferencia de Paz de París (1919)|Conferencia de Paz de París]].<ref name="vermes499">[[#Bibliografíavermes|Vermes (1973)]], p. 499</ref>

Ya en el discurso de Año Nuevo de Károlyi se manifestó la creciente desilusión del Gobierno ante la dura realidad política,<ref name="vermes500">[[#Bibliografíavermes|Vermes (1973)]], p. 500</ref> que imponía el nacionalismo como solución y dejaba a Hungría claramente en el bando perdedor de la guerra.

A mediados de enero, las proclamas del gabinete mostraban su derrotismo<ref name="vermes500"/> y pasaron pronto a defender la celebración de [[plebiscito]]s como método de dirimir las diferencias territoriales con los países vecinos.<ref name="vermes500"/> Estos rechazaron la propuesta.<ref name="vermes500"/> Por las mismas fechas, la derecha radical acrecentó sus ataques a los moderados, lo que llevó al Gobierno a prohibir a los radicales de izquierda y de derecha: en febrero arrestó a los dirigentes comunistas y prohibió su partido y una asociación de ultraderecha.<ref name="Mocsy95">[[#Bibliografíamocsy|Mocsy (1983)]], p. 95</ref> A pesar de sus conjuras, incapaz de organizarse y de presentar un programa atractivo para la mayoría de la población, la derecha radical no pudo aprovechar la creciente debilidad del Gobierno, al contrario que los comunistas, mucho menores en número, pero mejor organizados y con unos objetivos con mayor respaldo.<ref name="Mocsy95"/>

En marzo el Gobierno de Károlyi y sus aliados de la [[Revolución de los Crisantemos|revolución de octubre]] habían perdido completamente sus ilusiones y ya el 2 de marzo el propio presidente Károlyi —nombrado para el cargo el {{fecha|10|1|1919}}— planteó la posibilidad de tratar de liberar el país por la fuerza, ante el fracaso de las sucesivas negociaciones.<ref name="vermes501">[[#Bibliografíavermes|Vermes (1973)]], p. 501</ref> La falta de unas fuerzas armadas y el desorden interno hacían que esta propuesta fuese inviable.<ref name="vermes501"/> La intelectualidad y el proletariado radicalizados por las penurias de la posguerra y la lentitud de las reformas respaldaban cada vez con menos entusiasmo al Gobierno.<ref name="Mocsy85"/> El campesinado, privado de su ansiada [[reforma agraria]] y reprimido con dureza en ocasiones, también perdió su ilusión en Kaárolyi.<ref name="Mocsy85"/> La situación se radicalizó; creció la fuerza de la extrema izquierda y de la extrema derecha y el Gobierno quedó debilitado por sus fracasos en política exterior y la falta de reformas internas.<ref name="Mocsy89">[[#Bibliografíamocsy|Mocsy (1983)]], p. 89</ref>