Diferencia entre revisiones de «Judeoconverso (España)»
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== La segunda oleada de conversiones: la expulsión de los judíos en 1492 ==
{{AP|Expulsión de los judíos de España en 1492}}
Los primeros inquisidores nombrados por los reyes llegan a Sevilla en noviembre de 1480, "sembrando en seguida el terror" entre los conversos de la ciudad y de toda Andalucía. En los primeros años y sólo para esta ciudad dictan 700 sentencias de muerte y más de cinco mil ''reconciliaciones
En sus investigaciones los inquisidores descubrieron que desde hacía tiempo muchos conversos se reunían con sus familiares judíos para celebrar las fiestas judaicas e, incluso, asistir a las sinagogas. Además guardaban el sábado y los ayunos y rezaban oraciones judías. <ref>{{cita libro |apellido=Pérez |nombre=Joseph |enlaceautor=Joseph Pérez |año=2009 |páginas=171-172 |cita=}}</ref> Esto les convence de que no lograrán acabar con el criptojudaísmo si los conversos siguen manteniendo el contacto con los judíos, por lo que piden a los reyes que sean expulsados de Andalucía. Estos lo aprueban y en 1483 dan un plazo de seis meses para que los judíos de las diócesis de Sevilla, Córdoba y Cádiz se marchen a Extremadura.<ref>{{cita libro |apellido=Pérez |nombre=Joseph |enlaceautor=Joseph Pérez |año=2009 |páginas=182 |cita=}}</ref>
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Según Joseph Pérez, "lo que les preocupaba [a los reyes] era la asimilación total y definitiva de los conversos; para ello fracasadas las medidas anteriores [la reclusión de los judíos en guetos, la creación de la Inquisición], acuden a una solución drástica: la expulsión de los judíos para arrancar el mal".<ref>{{cita libro |apellido=Pérez |nombre=Joseph |enlaceautor=Joseph Pérez |año-original=1993 |año=2013 |páginas=124 |cita=}}</ref> "A la inquisición le pareció la expulsión de los judíos la mejor forma de acabar con los conversos judaizantes: quitada la causa –la comunicación con judíos-, desaparecería el efecto"<ref>{{cita libro |apellido=Pérez |nombre=Joseph |enlaceautor=Joseph Pérez |año-original=1993 |año=2013 |páginas=128-129 |cita=}}</ref> Asimismo, "los reyes debieron pensar que la perspectiva de la expulsión animaría a los judíos a convertirse masivamente y que así una paulatina asimilación acabaría con los restos del judaísmo. Se equivocaron en esto. Una amplia proporción prefirió marcharse, con todo lo que ello suponía de desgarramientos, sacrificios y vejaciones, y seguir fiel a su fe. Se negaron rotundamente a la asimilación que se les ofrecía como alternativa".<ref>{{cita libro |apellido=Pérez |nombre=Joseph |enlaceautor=Joseph Pérez |año-original=1993 |año=2013 |páginas=129-132 |cita=}}</ref>
Como algunos judíos identificaban ''España
Varios miles de judíos expulsados regresaron al poco tiempo a causa del maltrato que sufrieron en algunos lugares de acogida, como en el [[reino de Fez]] (Marruecos).<ref name=julio102>{{cita libro |apellido=Valdeón Baruque |nombre=Raúl |enlaceautor=Julio Valdeón Baruque |año=2007 |páginas=102 |cita=}}</ref> La situación de los que retornaron se regularizó con una orden del 10 de noviembre de 1492 en la que se establecía que las autoridades civiles y eclesiásticas tenían que ser testigos del bautismo de los judíos y en el caso de que se hubiesen bautizado antes de volver se exigían pruebas y testimonios que lo confirmasen. Asimismo pudieron recuperar todos sus bienes por el mismo precio al que los hubieran vendido. Los retornos están documentados hasta 1499 por lo menos. Por otro lado, una provisión del Consejo Real de 24 de octubre de 1493 determinó duras sanciones para aquellos que injuriasen a estos cristianos nuevos –llamándolos ''tornadizos'', por ejemplo.<ref>{{cita libro |apellido=Pérez |nombre=Joseph |enlaceautor=Joseph Pérez |año-original=1993 |año=2013 |páginas=115 |cita=}}</ref>
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