Diferencia entre revisiones de «Borburata»

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El 3 de abril de 1565 llegó el corsario ingles [[John Hawkins]] favorito de la reina [[Isabel I de Inglaterra|Isabel I]]. Después de prolongadas negociaciones y de haber amenazado con destruir el sitio si no se le permitía vender su cargo, los vecinos le dieron licencia de venta. Durante las siguientes semanas Hawkins estuvo vendiendo más de ciento cuarenta esclavos africanos y productos europeos. El 3 de mayo al anocher Hawkins abandonó el puerto. En ese momento un grupo de indígenas atacó a los españoles, pero como estos estaban en vigilancia por la llegada de los ingleses, consiguieron rechazarlos con facilidad.<ref>Hazlewood, Nick (2005): The Queen's Slave Trader: John Hawkyns, Elizabeth I, and the Trafficking in Human Souls. Harper Perennial. ISBN-13: 978-0060935696. Pág 112-121</ref>
 
En 1566 el pirata John Lowell, socio de Hawkins, llegó a Borburata junto al pirata Jean Bontemps con esclavos que habían robado de los portugueses en ataques a los barcos de estos entre [[Cabo Verde]] y la costa africana frente a Cabo Verde. Los vecinos de Borburata inicialmente resistieron a comprar más esclavos puesto que temían ser castigados por Madrid: la visita anterior había significado la violación de las leyes de no comerciar con fuerzas extranjeras y había contribuido a la destitución del gobernador [[Alonso Bernáldez de Quirós|Alonso Bernaldez]]. Lowel y Bontemps invitaron a un grupo de vecinos de Borburata a sus barcos, los encerraron allí y tomaron 1500 pesos de dos visitantes de [[Nueva Granada]] y les dieron a cambio veintiséis esclavos. Cuando los vecinos volvieron a tierra, los lugareños no creyeron a los neogranadinos que les habían robado el dinero, sino que este era el pago por los esclavos. En consecuencia, los incautaron.
 
En septiembre de 1566 el bucanero francés Nicolas Vallier saqueó el pueblo.
 
El 17 de abril de 1568 Hawkins volvió con una flota más grande con el fin de vender esclavos africanos. Los esclavos venían de sus incursiones piratas desde Cabo Grande hasta Gambia.<ref>Hazlewood, Nick (2005): The Queen's Slave Trader: John Hawkyns, Elizabeth I, and the Trafficking in Human Souls. Harper Perennial. ISBN-13: 978-0060935696. </ref> Después de tantas invasiones, los residentes habían huído a Valencia. Hawkins permaneció en el puerto y envió una carta al gobernador del momento, que se hallaba en Caracas, y otra al obispo en Valencia, con el fin de pedir licencia de venta. Mientras, ya había estado vendiendo de manera subrepticia. El obispo le escribió que haría lo que podría, a lo que Hawkins le envió dos esclavos y 12 cucharas de plata. De vuelta recibió casi al mismo tiempo las gracias del obispo y la respuesta negativa del gobernador, que no quería que le ocurriese lo que le había ocurrido al gobernador anterior.<ref>Hazlewood, Nick (2005): The Queen's Slave Trader: John Hawkyns, Elizabeth I, and the Trafficking in Human Souls. Harper Perennial. ISBN-13: 978-0060935696. Pág 122-127</ref> Cuando los lugareños supieron de esto, comenzaron a alejarse de las ventas. Uno de ellos convenció a Hawkins de que si marchaba hacia Nueva Valencia, quizás podría convencer a la gente. Un grupo de unos 40 soldados marcharon a Valencia, pero la hallaron desolada y con tan solo unas gallinas que el obispo había dejado para ellos. Hawkins permaneció en el puerto hasta comienzos de junio y en ese tiempo siguió vendiendo de manera furtiva. Tras más de un mes, partió hacia Curazao. Esta nueva incursión de piratas llevó al casi completo abandono del puerto. Muchos vecinos europeos prefirieron mudarse a Valencia y otros lugares.
 
El conquistador [[Pedro Malaver de Silva]] desembargó en Borburata con varios cientos de colonos y sus familias a finales de mayo de 1569. Era una de las expediciones más numerosas del siglo XVI en Venezuela. De allí siguió hacia Valencia.