Diferencia entre revisiones de «Regencia de María Cristina de Habsburgo»
Contenido eliminado Contenido añadido
Línea 193:
*La única forma de acabar con la «degeneración» de la raza vasca es que recupere su independencia de España, volviendo a la situación anterior a 1839 —lo fundamental, según Arana, era reclamar la derogación de la ley de 1839, no la de 1876—. Una vez conseguida la independencia se constituiría una Confederación de Estados vascos con los antiguos territorios forales de ambas vertientes de los Pirineos —Vizcaya, Guipúzcoa, Alava y Navarra, de la parte sur; [[Baja Navarra|Benabarra]], [[Lapurdi]] y [[Zuberoa]], de la parte norte—. Esta Confederación que denominó [[Euskadi]] se basaría en la «unidad de raza, en lo posible» y en la «unidad católica», por lo que en ella sólo tendrían cabida los vascos de raza y los católicos confesionales, quedando excluidos no sólo los inmigrantes ''maquetos'' sino también los vascos de ideología liberal, republicana o socialista.
=== La
[[Archivo:Nuevo Círculo Romerista- El señor Romero Robledo, el general Borrero y varios amigos la noche de la inauguración.jpg|thumb|right|280px|[[Francisco Romero Robledo]] (sentado a la derecha de la mesa) y su grupo de ''amigos políticos''.]]
En el gobierno conservador de Cánovas convivieron dos tendencias opuestas del [[conservadurismo]] representadas por [[Francisco Romero Robledo]] —que había vuelto a las filas
En diciembre de 1892 un caso de corrupción en el ayuntamiento de Madrid provocó la crisis del gobierno de Cánovas, que la regente solventó llamando de nuevo a Sagasta —en el debate que tuvo lugar en el Congreso se consumó la ruptura entre Cánovas y Silvela cuando éste mencionó la obligación de «soportar al jefe», lo que motivó la respuesta airada de aquél—{{Harvnp|Dardé|1996|p=86}}. Sagasta siguiendo los usos del [[sistema canovista]] obtuvo el decreto de disolución de las Cortes y de convocatoria de nuevas elecciones para dotarse de una mayoría amplia que apoyara al nuevo gobierno. Las [[Elecciones generales de España de 1893|elecciones se celebraron en marzo de 1893]] y como era de esperar supusieron un rotundo triunfo de las candidaturas gubernamentales (los liberales consiguieron 281 diputados, frente a 61 de conservadores —divididos entre ''[[Cánovas del Castillo|canovistas]]'', 44, y ''[[Francisco Silvela|silvelistas]]'', 17—, más 7 carlistas, 14 republicanos ''[[Partido Republicano Posibilista|posibilistas]]'' y 33 republicanos ''[[Nicolás Salmerón|unionistas]]''. {{Harvnp|Suárez Cortina|2006|p=134}}
Sagasta formó un gobierno llamado de ''notables'' porque incluía a todos los jefes de facción del partido liberal, incluido el general
Por su parte el [[Ministerio de Ultramar|ministro de Ultramar]] [[Antonio Maura]], yerno de Gamazo, puso en marcha la reforma del régimen colonial y municipal de Filipinas para dotarlos de una mayor autonomía administrativa —a pesar de la oposición que despertó entre ciertos sectores del nacionalismo español y de la Iglesia—, pero fracasó en su intento de hacer lo mismo en Cuba, a causa de que a la españolista [[Unión Constitucional]] la reforma le pareció demasiado avanzada, mientras que no satisfizo las aspiraciones del [[Partido Liberal Autonomista]] cubano. El proyecto fue rechazado por las Cortes donde fue tachado de ''antipatriótico'', y el ministro Maura llegó a ser calificado de ''[[filibustero]]'', ''beodo'' y ''energúmeno''. Maura y su suegro Germán Gamazo dimitieron abriendo una grave crisis en el gobierno de Sagasta.{{Harvnp|Suárez Cortina|2006|p=134-136}}
[[Archivo:Liceubomb.jpg|thumb|Ilustración de [[Le Petit Journal]] sobre la [[bomba del Liceo]] lanzada por un anarquista el 7 de noviembre de 1893 y que causó 22 muertos y 35 heridos.]]
Un grave problema al que tuvo que hacer frente el gobierno fue el del terrorismo anarquista de la «[[propaganda por el hecho]]» justificado por sus partidarios como una respuesta a la violencia de la sociedad y del Estado burgueses, que hacía desesperada la vida de muchos trabajadores, además de ser una forma de ''replesalia'' contra la brutal represión de la policía. Su escenario principal fue la ciudad de Barcelona y el primer atentado importante se produjo el 24 de septiembre de 1893 en el que el general [[Arsenio Martínez Campos]], capitán general de Cataluña, resultó herido levemente, pero que causó la muerte de una persona y otras resultaron heridas de diferente importancia. El autor del atentado, el joven anarquista [[Paulino Pallás]] —que fue fusilado dos semanas más tarde—, lo justificó como una ''represalia'' por los incidentes ocurridos año y medio antes en [[Jerez de la Frontera]] cuando en la noche del 8 de enero de 1892 unos 500 campesinos trataron de tomar la ciudad para liberar a unos compañeros presos en la cárcel y dos vecinos y uno de las asaltantes murieron, desatándose a continuación una represión indiscriminada sobre las organizaciones obreras andaluzas —cuatro obreros fueron ejecutados tras un consejo de guerra, y dieciséis más fueron condenados a cadena perpetua; todos ellos habían denunciado que las confesiones habían sido obtenidas mediante [[tortura]]—. La venganza anunciada por Paulino Pallás poco antes de ser fusilado, se cumplió tres semanas después, cuando el 7 de noviembre el anarquista [[Santiago Salvador]] lanzó [[bomba del Liceo|dos bombas al patio de butacas del Teatro del Liceo]] de Barcelona, aunque sólo una explotó, y
Finalmente el gobierno cayó en marzo de 1895 porque Sagasta dimitió al negarse a la pretensión del general Martínez Campos de que fueran juzgados por tribunales militares los periodistas de dos diarios cuyas redacciones habían sido asaltadas por un grupo de oficiales descontentos con las noticias que habían publicado que consideraban injuriosas. Cánovas volvió a ocupar la presidencia del gobierno. Un mes antes había comenzado la [[guerra de Independencia cubana|guerra de Cuba]].{{Harvnp|Dardé|1996|p=87}}
|