Diferencia entre revisiones de «Marcial»

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Procedía de Bílbilis (Calatayud), en la [[Hispania Tarraconense]]. Alrededor del año 64 d. C. marchó a [[Roma]] para terminar sus estudios jurídicos con la protección de [[Séneca]], pero la caída en desgracia de éste y su [[suicidio]] le dejaron desamparado y su pobreza le obligó a sobrevivir de forma bohemia e itinerante como cliente de diversos patronos la mayor parte de los 35 años que pasó allí. Se ganó sin embargo la amistad de los mayores escritores de ese tiempo, [[Plinio el Joven]], [[Silio Itálico]], el también satírico [[Juvenal]] y el gran rétor [[Marco Fabio Quintiliano]], que también era [[hispanorromano]]. De la misma manera trabó amistad con el poeta gaditano [[Canio Rufo]], un temperamento afín al suyo. Poco a poco favorecido por los emperadores [[Tito]] y [[Domiciano]], a quienes dedicó interesados elogios, estos le nombraron miembro del orden ecuestre y ganó diversos honores, entre ellos la exención de los impuestos que habían de pagar los que no tenían hijos, esto es, el ''ius trium liberorum''. Sin embargo, sus sucesores [[Nerva]] y [[Trajano]] se olvidaron de él y hubo de retornar a Bílbilis y aceptar allí el regalo de una propiedad campestre por parte de una admiradora; la vuelta a la vida rural era uno de sus grandes sueños. Allí marchó el año 98 d. C. para pasar su vejez y murió seis años después. Era la vida que ansiaba, como escribió en unos celebérrimos versos muy citados a su amigo Julio Marcial:
 
{{Cita|Las cosas que hacen feliz, / amigo Marcial, la vida, / son: el caudal heredado, / no adquirido con fatiga; / tierra al cultivo no ingrata; / hogar con lumbre continua; / ningún pleito, poca corte; / la mente siempre tranquila; / sobradas fuerzas, salud; / prudencia, pero sencilla; / igualdad en los amigos; / mesa sin arte, exquisita; / noche libre de tristezas; / sin exceso en la bebida; / mujer casta, alegre, y sueño / que acorte la noche fría; / contentarse con su suerte, / sin aspirar a la dicha; / finalmente, no temer / ni anhelar el postrer día.''|Lib. X, ep. 47.}}
 
== Obra ==
[[Archivo:Marcial. Epigrammata. 1490.jpg|thumb|365px|[[Incunable]] de 1490 de los ''[[Epigramas (Marcial)|Epigramas]]''. Mediolani:de Marcial, editado en 1490 en [[Milán]] por Udalricus Scinzenzeler. Archivo del Gobierno de Aragón.]]
Su obra, que ha sobrevivido prácticamente íntegra, se compone de quince libros de versos, con prólogo en verso o en prosa, en diversos metros (sobre todo el [[dístico elegiaco]], pero también y todavía los endecasílabos catulianos, los hexámetros falecios y los yambos catalécticos), un total de unos mil quinientos poemas pertenecientes a un solo género literario, el [[epigrama]], en el que no tuvo en su tiempo rival y en el que superó a sus antecesores y modelos, [[Gayo Valerio Catulo|Catulo]] y la ''Cicuta'' de [[Domicio Marso]]. En cierto modo el epigrama representaba el correlato en verso a la concisión de la prosa aforismáticaaforística del también hispanorromano [[Séneca]] el Joven.
 
El primer libro es el ''Liber spectaculorum'', también primero cronológicamente hablando, ya que fue compuesto en el año 80 d. C. y celebra la construcción del Anfiteatro Flavio, actualmente conocido como [[Coliseo]], por el emperador [[Tito]].
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Los libros I y XII poseen un contenido vario: literatura, sociedad y temas personales. Llama la atención el silencio del autor sobre el historiador [[Tácito]] y el poeta [[Estacio]], sus contemporáneos; si al segundo pudo considerarlo un rival, la falta de alusiones al primero es más difícil de explicar.
 
La fama de Marcial deriva principalmente de su ingenio [[sátira|satírico]]; pero, si bien fue un observador penetrante de la sociedad de su tiempo, su visión está afectada por la más absoluta indiferencia moral, por lo que no se le puede tener estrictamente por satírico. El tono de sus piezas oscila de la más pura lírica a la obscenidad más abyecta. Sus epigramas son también importantes por su valor documental, por la información que aportan sobre la sociedad romana de la época, que refleja con una gran vitalidad. Hace gala de un ingenio agudísimo y de una extrema concisión, que ha hecho a veces considerarlo el primero de los [[conceptismo|conceptistas]] españoles; también sabe encontrar hábilmente la parte miserable y oculta de las aparentes grandezas humanas. Los aprovechados, los sinvergüenzas, los degenerados, los hipócritas, la dama semimundana que envejece, el cinedo y toda la comedia humana de la gran metrópoli que era [[Roma]] en aquel tiempo aparecen vistosamente atacados y descritos en sus poemas. Pero si bien se burla siempre, a veces hiriendo, jamás lo hace con irritación moral. Se queja calculadamente de su pobreza y dedica lisonjas arrastradas e indignas al emperador [[Domiciano]].
 
En el cuadro renacentista ''Retrato de Giovanna Tornabuoni'' (1488) de [[Domenico Ghirlandaio]], podemos leer uno de sus epigramas en el fondo de la escena, que dice: "ARS VTINAM MORES ANIMVMQUE EFFINGERE POSSES PVLCHRIOR IN TERRIS NVLLA TABELLA FORET" (Arte, ojalá pudieras plasmar la conducta y el espíritu, no habría en la tierra pintura más hermosa).
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El canónigo de Huesca [[Manuel de Salinas y Lizana]] hizo una traducción de los ''[[Epigramas]]'' de Marcial que puede encontrarse en la ''[[Agudeza y arte de ingenio]]'' de [[Baltasar Gracián]]; [[Juan de Iriarte]] hizo otra ya en el siglo XVIII, que se halla en el primer tomo de sus ''Obras sueltas'', (Madrid, Francisco Manuel de Mena, 1774). [[Víctor Suárez Capalleja]] hizo otra en tres tomos para la ''Biblioteca Clásica'' de la Casa Editorial Hernando.
 
Las agudezas de Marcial suscitaron frecuentemente, al par que admiración, también el comentario erudito o moral de los [[Humanismo|humanistas]] desde el [[Renacimiento]]. Entre los escoliastas españoles destacan [[Baltasar de Céspedes]] por su ''Comentario a los Epigramas de Marco Valerio Marcial''; [[Ramírez de Prado]], por los suyos de 1607.; Elel deán de Alcoy, [[Manuel Martí]]; el jesuita P. [[Tomás Serrano]], que discutió con [[Girolamo Tiraboschi]] acerca de los méritos de Marcial en su singular libro ''Super iudicium Hieronymi Tiraboschi de Marco Valerio Martiale'', Roma, ¿1786?; otros comentaristas fueron [[Víctor Suárez Capalleja]], [[Marcelino Menéndez Pelayo]] y [[Arturo Masriera]].
 
== Bibliografía ==