Diferencia entre revisiones de «Guerra greco-italiana»

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El alto mando griego estudiaba la posibilidad de un ataque alemán desde diciembre de 1940.<ref name="creveld155">[[#Bibliografía|Creveld (1973)]], p. 155</ref> Los británicos obtuvieron confirmación de la próxima operación alemana contra Grecia gracias a «[[Enigma (máquina)|enigma]]» a comienzos de enero de 1941.<ref name="higham55">[[#Bibliografía|Higham (1986)]], p. 55</ref> Tras descartar el traslado de tropas del frente albanés (que contaba con catorce divisiones) para no quedar en inferioridad numérica en los dos frentes,<ref name="creveld155"/> y considerando que tanto Yugoslavia como Turquía mantendrían su neutralidad, Papagos consideró que necesitarían al menos nueve divisiones británicas para completar las cuatro griegas disponibles y poder enfrentarse a las doce divisiones que estimaba tenían los alemanes en Rumanía.<ref name="creveld155"/> Los británicos, sin embargo, ofrecieron únicamente dos o tres divisiones y unas docenas de tanques, oferta que [[Ioannis Metaxás|Metaxas]] consideró insuficiente pero lo suficientemente importante como para causar el ataque alemán.<ref name="creveld155"/> Por ello, rechazó a mediados de enero de 1941 el ofrecimiento británico.<ref name="creveld155"/>
 
Sin apoyo británico, se propuso retirar algunas divisiones del frente albanés para tratar de oponerse al ataque alemán.<ref name="creveld155"/> Lo escaso de las tropas disponibles, sin embargo, aconsejaba abandonar la defensa de la Macedonia oriental y de la Tracia occidental y desplegarlas a lo largo del curso del [[río Haliacmón|Haliacmón]] (''línea Haliacmón'').<ref name="creveld155"/> El abandono de Salónica, no obstante, conllevaba también descartar definitivamente la entrada de Yugoslavia en la guerra del lado griego pues era su puerto de abastecimiento por los Aliadosaliados.<ref name="creveld156">[[#Bibliografía|Creveld (1973)]], p. 156</ref> La línea defensiva era además muy vulnerable a un ataque alemán a través de territorio yugoslavo por la «brecha de Monastir» en caso de que Yugoslavia permitiese el paso de tropas alemanas o Alemania forzase la entrada de sus tropas en la zona.<ref name="creveld156"/>
 
La ayuda británica también se encontró con la dificultad de abastecer al Ejército griego, cuya munición no producía, por lo que a comienzos de febrero los británicos calculaban que este no podría combatir más allá de finales de marzo por falta de munición y repuestos.<ref name="higham84">[[#Bibliografía|Higham (1986)]], p. 84</ref> Los catorce escuadrones prometidos a los griegos tampoco podrían estar listos antes del ataque alemán, pues los aeródromos necesarios tampoco estarían listos hasta finales de abril.<ref name="higham84"/> Las tropas de tierra tampoco contaban con el transporte necesario para pasar a Grecia y no se había contado con el origen de las mismas, que podría retrasar varios meses su despliegue en Grecia.<ref name="higham84"/>