Diferencia entre revisiones de «Ferdinand Frantz»

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Otros papeles en los que destacó fueron Jochanaan ([[Juan el Bautista]]), de la [[Salomé (ópera)|Salomè]] de [[Richard Strauss]], Pizarro, del [[Fidelio]] de [[Beethoven]] y Amfortas, del [[Parsifal]] de [[Richard Wagner]].
 
Ferdinand Frantz poseía una privilegiada e imponente voz de [[bajo-barítono]], ideal para encarnar con la adecuada credibilidad los roles heroicos que [[Richard Wagner|Wagner]] había escrito para esa categoría vocal que él mismo creó y definió como de bajo alto o agudo ''(Hohe-Bass)''. Se trata de un tipo de voz caracterizada por el timbre de color oscuro, bruñido, caudaloso y viril, con suficiente entidad en la zona grave y gran ''squillo'' en la aguda, capaz de cantar papeles muy extensos sin mostrar fatiga y de dotarlos de una autoridad inapelable. Es decir, un tipo de voz heroica ideal para roles como [[Wotan]] (en cuya recreación destacó especialmente Frantz), [[Alberich]], [[Fasolt]] (los tres pertenecientes a ''[[El anillo del nibelungo]])'' o El holandés (protagonista de ''[[El holandés errante (ópera)|El holandés errante]]),'' y utilizado también en otros roles wagnerianos tan significativos como el zapatero [[Hans Sachs]], de ''[[Los maestros cantores de Núremberg]].''
 
En cuanto a su estilo de canto puede afirmarse que, pese a no ser tan matizado y lleno de variedad como el que desplegaron algunos de sus colegas de cuerda más célebres ([[Friedrich Schorr]], [[Hans Hotter]], etc.), tampoco tenía demasiado que envidiarles. En el caso de [[Wotan]], por ejemplo —su rol más celebrado—, la línea se caracterizaba por el tono heroico e imperioso, por la insolencia y la naturalidad en el modo de frasear, por la falta de esfuerzo en todos los registros (magnífica la zona aguda; sonora y profunda la grave), por la absoluta nitidez en la dicción, por el cincelado preciso y nervioso de la frase, por lo expeditivo de la lectura. Y todo ello, combinado debidamente con una expresión más recogida, elegíaca, reflexiva y cuidadosa cuando la [[particella]] lo requería (véase, por ejemplo, su versión del famoso monólogo de [[Wotan]] en el acto II de ''[[Die Walküre]]).'' En definitiva: si bien es cierto que su lectura del personaje de Wotan puede resultarle a muchos aficionados menos interesante porque introduce menor cantidad de matices expresivos que otros prestigiosos cantantes y porque su fraseo es, además, algo más expeditivo y rudimentario, ello tampoco da como resultado un personaje defectuoso, sino más juvenil, activo, impetuoso e irreflexivo. Es decir, que Frantz ofrece un dios guerrero, terreno y material, mientras que Schorr o Hotter nos deleitan con una criatura más divinal, meditabunda, mayestática y atormentada. Pero en los tres casos se está ante un personaje igualmente creíble desde el punto dramático y vocal.