Diferencia entre revisiones de «Robert W. Cox»

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Uno de los famososo dichos de Cox indica que " La teoría es siempre 'para' alguien y 'para' un propósito". Esta declaración refleja su orientación crítica y la utilización metodológica de la [[teoría crítica]].
 
Una de las principales aportaciones de Cox es el método de las estructuras históricas. En su formulación más abstracta una estructura histórica representa una particular combinación de fuerzas, que se expresan como pautas de pensamiento, condiciones materiales e instituciones humanas, con cierta coherencia entre sí, que dan lugar prácticas sociales persistentes. Esta configuración de fuerzas puede entenderse como una forma de “poder estructural” que define ex-ante restricciones para la acción que los actores no pueden ignorar: tratarán de definirlas o modificarlas, y una vez establecidas, se verán obligados a asumir en mayor o menor medida. Según Cox, en una estructura histórica deben distinguirse tres categorías de fuerzas interrelacionadas entre sí: capacidades materiales, ideas e instituciones. <ref>Cox, Robert W. (1981) “Social Forces, States and World Orders: Beyond International Relations Theory”, ''Millennium: Journal of International Studies'', vol. 10, nº 2, 1981, p. 128</ref> Las capacidades materiales son potenciales productivos y destructivos: pueden ser dinámicas —capacidades tecnológicas y organizativas—, o acumularse como recursos naturales, activos productivos y otras formas de riqueza. Las ideas pueden ser de dos tipos: en primer lugar, significados intersubjetivos, o nociones compartidas sobre las relaciones sociales que tienden a perpetuar los hábitos y las expectativas del comportamiento. El segundo tipo son las imágenes colectivas del orden social sobre la naturaleza y la legitimidad de las relaciones dominantes de poder, la justicia y el bien público. Los significados intersubjetivos suelen ser comunes dentro de una estructura histórica particular y conforman el discurso social o "sentido común" de una época, pero las imágenes colectivas pueden ser diversas y opuestas, y que entren en conflicto suele evidenciar que hay potencial de transformación, al plantear interrogantes sobre las bases materiales e institucionales del cambio. Finalmente, las instituciones son amalgamas particulares de ideas y poder material. La institucionalización es una forma de estabilizar y perpetuar un orden particular y por ello tiene un papel clave en la conformación de una estructura hegemónica, un espacio de negociación y socialización que genera legitimidad y dota de universalidad a unas determinadas relaciones de poder.
 
Cox propone la aplicación del método de las estructuras históricas a tres ámbitos, como marco analítico más amplio: uno, las fuerzas sociales, entendidas como relaciones sociales engendradas por las relaciones de producción; dos, las formas de Estado, resultado de distintas conformaciones históricas de la relación entre la sociedad civil y el aparato administrativo y coercitivo del Estado o, en la conceptualización de [[Antonio Gramsci]], “complejos Estado-sociedad civil”; y tres los órdenes mundiales, que se definen como configuraciones particulares de las fuerzas que de manera sucesiva definen fases de estabilidad —cuando existe un orden hegemónico— o periodos de conflicto y cambio estructural que dan paso a órdenes mundiales alternativos. <ref> Sanahuja, J. A., "Teoría Crítica de las Relaciones Internacionales”, en Arenal, C. y Sanahuja, J. A. (coords.), ''Teorías de las Relaciones Internacionales'', Madrid, Tecnos, 2015, ISBN 978-84-309-6689-9, pp. 157-188</ref>
 
== Referencias ==