Diferencia entre revisiones de «Olaus Magnus»

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== Olao Magno y los monstruos marinos ==
Olao Magno tuvo mucha importancia en la creación de los mitos relativos a los monstruos [[Monstruo marino|marinos]], siendo el responsable de trasladar el hábitat de los mismos del lejano Océano Indico, tal como sucedía en la época clásica, a los mares del Atlántico norte. Ante todo, nos presenta éstos como un mundo lleno de peligros y amenazas: ''“se considera peligrosa la pesca en el océano Noruego por múltiples razones, dado que se lleva a cabo en alta mar en un trecho muy largo del litoral. Cuando surgen las impetuosas tempestades, los pescadores quedan rapidísimamente sumergidos por el oleaje, son dispersados por las enormes moles de hielos flotantes, se ven apartados a diversos lugares luchando con ballenas y monstruos, y, finalmente, ante la forma horrible y el contacto de determinados peces o monstruos hechos salir del abismo, sienten sus manos enervadas y, si no los abandonan inmediatamente, pueden quedar ahogados en medio del excitado temporal...cada vez que son extraídos del mar peces monstruosos con rostro humano o de león y otros semejantes, se ha podido observar que siempre pronostican la discordia y las guerras en aquellas tierras''” (cap. 1, “De la pesca peligrosa en el Océano noruego”)<ref>{{Cita libro|apellidos=TERAN|nombre=Daniel|enlaceautor=|título=Historia de las gentes septentrionales|url=|fechaacceso=|año=1989|editorial=Tecnos|isbn=|editor=|ubicación=Madrid|página=|idioma=|capítulo=}}</ref>.
 
Estos monstruos destacan, normalmente, por su tamaño, su ferocidad, el peligro que representan para los marineros, y su fealdad nacida de su aspecto deforme, a la vez que en muchas ocasiones su presencia es anticipo de futuras calamidades. Es de destacar que Olao presenta a todas estas criaturas como seres reales y tangibles, sin que tengan ningún significado simbólico. Así, “''hay peces monstruosos en las costas o en el mar de Noruega, de nombre inusitado (aunque se consideran del género de los cetáceos), que ya en su primer aspecto ponen de manifiesto su crueldad, e infunden horror a quienes los mira, produciendo espanto e incluso estupor si se prolonga su contemplación. Pues tienen formar horribles, cabezas cuadradas, punzantes por todas partes y rodeadas de cuernos agudos y largos...ojos desmesurados, de diez o doce codos de longitud, color muy negro: su contorno excede los ocho o diez codos...una sola de estas bestias vuelca con suma facilidad y sumerge muchas grandes naves''” (cap. 5, “De los horribles monstruos de las costas de Noruega”).