Diferencia entre revisiones de «Andrés Manjón»

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Toda la pedagogía manjoniana debe ser entendida como una reacción contra la pasividad del alumno; como él mismo dice, "El ejercicio es necesario y en la calidad y modo de él está la ciencia del desarrollo y de la educación"<ref>Andrés Manjón, ''El maestro mirando hacia fuera'', 1.ª parte, p. 328.</ref> Repudia los símiles ya tópicos que venían repitiéndose desde la antigüedad y aun fueron tomados después por [[John Locke]] y [[Johann Friedrich Herbart]]: ni cera que se funda, ni barro que se modela, ni tabla que se pinte, ni vaso que se llena, ni hoja que se escribe. El niño no es nada de esto, y con ninguna de estas cosas se le puede comparar; es, por el contrario, "un ser activo con destino propio que nadie más que él tiene que cumplir, y con facultades propias que ningún otro puede permutar: al educador toca tomarle tal cual es, para perfeccionarle y ayudarle; pero de modo alguno puede reemplazarle y ocupar su puesto".<ref>Andrés Manjón, ''Discurso leído en la solemene apertura del curso académico de 1897-1899''..., p. 24</ref>
 
Se suele considerar su obra maestra ''El maestro mirando hacia fuera o de dentro afuera'' (1923); considera a este como luz de las virtudes y formador de hombres conscientes de sus deberes. En ''Hojas paterno-escolares'' trata sobre la educación en el seno de la familia, en ''El catequista'' sitúa al catecismo como eje en torno al cual gira toda la educación y en ''Hojas históricas del Ave-María'' habla con amenidad sobre la fundación de sus escuelas con interesantes notas sociales y pedagógicas.
 
Canciones:
Don Andrés Manjón fundó, sus escuelas con alegría