Diferencia entre revisiones de «Crisis de julio»

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Hasta entonces, los contactos entre Alemania y Austria-Hungría se hacían de manera ultra secreta y la diplomacia alemana declaraba públicamente que «desconocía las intenciones de Austria-Hungría respecto a esta crisis» pero que también todo intento de detener a Austria-Hungría en sus planes tendría "''consecuencias incalculables''", lo cual fue especialmente destacado por las embajadas alemanas en [[París]], [[Londres]], y [[San Petersburgo]]. Se quería "reducir a Serbia" (''Serbien verkleinern'', según afirma Francisco José I en una carta a Guillermo II). Para esta fecha algunos jefes militares austro-húngaros consideraron la crisis como una gran oportunidad para destruir militarmente a [[Reino de Serbia|Serbia]] e impedir toda injerencia serbia en los asuntos de Bosnia, logrando además afianzar "para siempre" el poder de los Habsburgo en los Balcanes, al punto que políticos y militares austrohúngaros consideraron a la crisis como un «regalo del dios Marte».
 
Repentinamente, este punto de vista de [[Viena]] irritó a [[Berlín]], ya que el emperador [[Guillermo II de Alemania|Guillermo II]] quería que el conflicto se mantuviese localizado en los [[Balcanes]] sin la intervención militar de las grandes potencias. Según la opinión del káiser alemán y de [[Bethmann-Hollweg]], eradeera de esperar que [[Imperio Ruso|Rusia]] saldría en defensa de los serbios en caso de guerra y ello arrastraría automáticamente a [[Tercera República Francesa|Francia]] y [[Gran Bretaña]] al conflicto, situación que no era conveniente para [[Imperio alemán|Alemania]], quien deseaba evitar una lucha generalizada a escala continental entre la [[Triple Alianza (1882)|Triple Alianza]] y la [[Triple Entente]]. Los jefes militares alemanes como el general [[Helmuth Johannes Ludwig von Moltke]] consideraban, por el contrario, que Alemania no debía evitar una "guerra general" al estar mucho mejor preparada que Francia o Rusia para un conflicto bélico a gran escala. La [[alianza]] con Alemania daba a Austria-Hungría respaldo suficiente como para considerar la negativa serbia como [[casus belli]].
 
El 22 de julio el conde von Tschirschky sugirió a Berchtold que el ultimátum fuera aplazado unas horas del [[23 de julio]], para que sea conocido en [[Belgrado]] mientras el presidente francés Poincaré aún se hallaba en alta mar volviendo de [[San Petersburgo]], lo cual paralizaría por unos días la reacción oficial de [[Francia]]. Así, el ultimátum austriaco fue entregado al gobierno serbio el jueves [[23 de julio]] a las 17 horas de [[Belgrado]], para ser respondido en un plazo máximo de 48 horas.