Diferencia entre revisiones de «Druida»

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=== Registros griegos y romanos ===
 
Los registro más antiguos de los druidas provienen de dos textos griegos de alrededor del año 300 a.C.: uno fue una historia de la filosofía escrita por [[Sotión de Alejandría]], y el otro, un estudio de la magia que fue atribuido incorrectamente a [[Aristóteles]]. Éstos mencionan la existencia de druidas o sabios pertenecientes a los keltois (celtas) y galatias (gálatas o galos).{{harvnp|Hutton|2009|p=2}} Ambos textos están perdidos hoy en día, pero fueron citados en el segundo siglo de nuestra era en la obra ''Vitae'' de [[Diógenes Laercio]].<ref>Diógenes Laercio. ''Vitae''. Introducción, sección 1.</ref>Subsecuentes textos griegos y romanos del siglo III a.C. hacen referencia a “filósofos bárbaros”,<ref>Veinte referencias son presentadas de forma tabular por Jane Webster, "At the End of the World: Druidic and Other Revitalization Movements in Post-Conquest Gaul and Britain" ''Britannia'' '''30''' (1999:1–20):2–4.</ref>posiblemente, en referencia a los druidas galosdruida.
 
los druidas tambien eran conocidos porque se decia que practicaban la magia o ayudaban a personas a realizar magia
==== Julio César ====
 
[[Archivo:Giulio-cesare-enhanced 1-800x1450.jpg |thumb|200px| Julio César, general romano y posterior dictador, quien escribió uno de los textos más antiguos y completos en que se describe a los druidas.{{harvnp|Hutton|2009|p=2}}]]
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El primer texto conocido que de hecho describe a los druidas es el citado texto de Julio César, ''Comentarios sobre la guerra de las Galias'', en su libro VI, el cual habría sido publicado en las décadas de los 50 o 40 antes de nuestra era. César, quién había sido un [[general]] que intento conquistar la Galia y Gran Bretaña, describió a los druidas como los que se ocupaban de “el culto divino, la adecuada realización de los sacrificios, públicos o privados, y la interpretación de preguntas rituales.” Aseveró también, que jugaban parte importante de la sociedad gala, siendo una de las dos clases más respetadas junto a los [[équites]] (que significa “jinetes” la cual ha sido interpretada comúnmente como referida a los guerreros) y que ellos desempeñaban la función de jueces. César aseveró que ellos reconocían la autoridad de un único líder, el cual podía mandar hasta su muerte, siendo entonces un sucesor elegido a través del voto o del duelo. También resaltó que se reunían anualmente en un lugar sagrado en la región dominada por la tribu de los [[carnutos]], en la Galia, pues ellos veían a la Gran Bretaña como el centro de los estudios druidas, y es por eso que no se encontraron entre las tribus [[Pueblos germánicos|germánicas]] al este del [[Río Rin|Rin]]. De acuerdo con César, varios jóvenes eran formados para ser druidas, durante ese tiempo tenían que aprender de memoria todo lo relacionado al culto. También señaló que su principal enseñanza consistía en que “las almas no perecen, pues después de la muerte pasan de uno a otro”. Los druidas también estarían interesados en “las estrellas y sus movimientos, el tamaño de la [[Tierra (planeta)|Tierra]] y el cosmos, el mundo natural, y los poderes de las divinidades”, indicando que ellos no sólo se veían involucrados en los aspectos comunes de la [[religión]], tales como teología o cosmología, sino también en la [[astronomía]]. César también sostuvo que ellos eran los “administradores” durante los rituales de sacrificios humanos, para los cuáles generalmente utilizaban a criminales, y que el método consistía en quemarlos dentro del hombre de mimbre.
 
A pesar de haber tenido una experiencia de primera mano con los galos, y asimismo con los druidas, los escritos de César han sido ampliamente criticados por historiadores modernos debido a su poca fiabilidad. Una cuestión que han planteado historiadores como Fustel de Coulanges<ref>de Coulanges, Fustel (1891). ''La Gaule romaine''. Paris. Page 03.</ref> y Ronald Hutton es que, mientras César describió a los druidas con un poder significativo dentro de los galos, este no los mencionó dentro de las anotaciones sobre sus conquistas. Tampoco lo hizo [[Aulo Hircio]], quien continuó el registro de César de la campaña en las galias tras la muerte de éste último. Hutton creía que César había manipulado la idea de los druidas para que aparecieran ante los lectores romanos, tanto civilizados (siendo instruidos y piadosos), como bárbaros (realizando sacrificios humanos) y, por lo tanto, representando tanto “una sociedad que valía la pena agregar al Imperio Romano” así como una que requería ser civilizada con la ley y los valores romanos, justificando así sus guerras de conquista.{{harvnp|Hutton|2009|pp=4–5}}
 
Sean Dunham ha sugerido que César simplemente había tomado las funciones religiosas de los senadores romanos y la habría aplicado a los druidas.<ref>Dunham, Sean B. (1995). "Caesar's Perception of Gallic Social Structures" in Celtic Chiefdom, Celtic State (Eds: Bettina Arnold and D. Blair Gibson). Cambridge: Cambridge University Press; aprobado por Maier, Bernhard (2003). ''The Celts''. Edinburgh: Edinburgh University Press. Pp. 65–66.</ref> Daphne Nash considera que “no es improbable” que él “exagerara enormemente” tanto el sistema centralizados del liderazgo druida como su conexión con la Gran Bretaña.<ref>Nash, Daphne (1976). "Reconstructing Posidonius's Celtic Ethnography" in ''Britannia'' 7. Page 126.</ref>
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Otro escritor clásico que describió a los druidas, no mucho tiempo después, fue Diódoro Sículo, quien publicó su descripción en su ''Bibliotheca historicae'' en el 36 a.C. Junto a los druidas o, ''drouidas'' cómo el los llamaba, a los cuales veía como filósofos y teólogos, Sículo también resaltó cómo en la sociedad celta había poetas y cantantes, a los cuales llamó ''bardous'' o [[Bardo|bardos]].<ref name="ReferenceC"/> Ésta idea fue ampliada por Estrabón, quien escribió en los años 20s a.C., y señaló que entre los galos, había tres tipos de figuras honorables: los poetas y cantantes conocidos como ''bardoi'', los teólogos y especialistas en el mundo natural conocidos como ''[[vate|o'vatei's]]'', y los druidas, quienes estudiaban la “filosofía moral”.<ref>Estrabón. ''Geographica''. IV.4.4–5.</ref>Sin embargo, la exactitud de estos escritores ha sido cuestionada, Ronald Hutton ha indicado que “Todo lo que podemos concluir es que no tenemos conocimiento seguro de las fuentes utilizadas por ninguno de esos autores para hacer sus comentarios sobre los druidas, y asimismo de sus fechas, su contexto geográfico o su exactitud”.{{Harvnp|Hutton|2009|p=10}}
para vivir se necesita la vida.
 
Tácito, senador e historiador romano, describió cómo cuando el ejército romano, dirigido por [[Cayo Suetonio Paulino]], atacó la isla de Mona ([[Anglesey]], en [[Gales]]), los legionarios se asombraron al desembarcar por la aparición de una banda de druidas, los cuales, con las manos levantadas hacia el cielo, vertieron lentamente terribles maldiciones sobre las cabezas de los invasores. Tácito afirmó que ello “aterrorizó a nuestros soldados que nunca habían visto algo así...” De acuerdo con el historiador, sin embargo, el coraje de los romanos, pronto superó esos temores; los [[bretones]] fueron puestos en retirada, y las arboledas sagradas de Mona fueron taladas.<ref>[[#Tac|Tacito]]. 14.30.</ref> Tácito es también la única fuente primaria que brinda registros de los druidas en la Gran Bretaña, pero mantiene un punto de vista hostil, viéndolos como salvajes ignorantes.{{harvnp|Rutherford|1978|p=45}} Mientras tanto, Robert Hutton, señala que “no hay evidencia de que Tácito haya usado reportes de testigos oculares” y pone en duda la fiabilidad de las descripciones de Tácito.{{harvnp|Hutton|2007|pp=3–5}}