Diferencia entre revisiones de «Zona sublevada»

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Manuchansu (discusión · contribs.)
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Desde el verano de [[1937]] se empezaron a celebrar con regularidad las ferias y las [[corridas de toros]].<ref name="p813" /> Incluso la [[Lotería Nacional de España|Lotería]] volvía a funcionar.<ref name="p814">[[Hugh Thomas]], pág. 814</ref> Al caer la noche, a las 22:00 h se oía la voz de [[Queipo de Llano]] en las radios de los cafés o los domicilios particulares.<ref name="p814" /> A media noche se oía el comunicado del día, el parte de bajas y prisioneros, y finalmente (después de escuchar la [[Marcha Real]]) llegaba la hora de dormir.<ref name="p814" /> A pesar de todo, la España sublevada seguía siendo una sociedad militarizada.<ref>[[Hugh Thomas]], pág. 808</ref> Las mujeres vieron limitada su actividad a los roles tradicionales, aunque la [[Sección Femenina]] creada por [[Pilar Primo de Rivera]] les permitía una salida para realizar tareas de [[enfermería|enfermeras]] o de voluntarias del [[Auxilio Social]] en la retaguardia de las zonas ocupadas.<ref>[[Hugh Thomas]], pp. 552-553</ref> En contraste con la zona republicana, en ésta se impuso desde bien pronto el "[[Día del plato único]]", mediante el cual los [[restaurante]]s, los [[mesón|mesones]] y cualquier establecimiento hostelero durante los días 1 y 15 de cada mes servía un plato único pero se cobraba entero; La cantidad sobrante se dedicaría para la beneficencia.<ref name="Arasa">Daniel Arasa, (2008), «Historias curiosas del franquismo», Robinbook, pp.74</ref>
 
El desarrollo de la contienda tuvo siempre una enorme repercusión en la retaguardia: Más allá del triunfalismo por las victorias en las Campañas de [[Batalla de Santander|Santander]], [[Ofensiva de Asturias|Asturias]] o [[Ofensiva de Aragón|Aragón]], ocasiones como la [[Batalla de Teruel|Ofensiva republicana sobre Teruel]]<ref>[[Hugh Thomas]], pág. 849</ref> o la [[Ofensiva del Ebro]] supusieron toda una desagradable sorpresa para la retaguardia.<ref> [[Hugh Thomas]], pág. 910" </ref> Al terminar la [[Batalla del Ebro]], la moral en la zona franquista se había elevado de nuevo; A esto contribuían toda la propaganda de la prensa, la [[Radio Nacional de España|Radio]] y las campañas literarias, que continuaban inundando el país.<ref name="HT921">[[Hugh Thomas]], pág. 912</ref> Esta propaganda solía ser mitad católica y mitad monárquica, pero cada vez con mayores tintes fascistas.<ref name="HT921" /> En este sentido, tenía mucho que ver la nueva [[Leyes españolas de prensa|Ley de Prensa]] promulgada el [[9 de abril]] de [[1938]], por la cual el Estado asumía el control —que no la propiedad— de toda la prensa.<ref>[[Hugh Thomas]], pág. 820</ref> La Ofensiva de Cataluña y la caída de la España republicana a comienzos de 1939 constituyeron un triunfo exultante en la retaguardia franquista.<ref>[[Hugh Thomas]], pág. 989</ref>
 
No obstante, como [[Radio Nacional de España]] insistió en recordar aquellos días, la guerra había acabado pero no había llegado la paz:
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{{AP|Bando Sublevado}}
 
Las organizaciones políticas que apoyaban a los sublevados tenían varios nexos comunes, como las [[ideología]]s [[nacionalismo español|nacionalistas]], [[conservadurismo político|conservadoras]] y [[anticomunismo|anticomunistas]] y un fuerte arraigo [[Iglesia católica|católico]]. Tras el conflicto militar, Franco consiguió unificar todas estas formaciones en un único partido, la [[Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista]], concebido como la rama política del denominado ''[[Movimiento Nacional]]''.<ref name = "navarro">Navarro García, Clotilde. ''[http://books.google.es/books?id=rX3iS_iMbwMC&dq=La+educaci%C3%B3n+y+el+nacional-catolicismo&hl=es&source=gbs_navlinks_s La educación y el nacional-catolicismo]''. Univ de Castilla La Mancha, 1993. ISBN 84-88255-21-7, pp. 36-37</ref>
 
* La [[Confederación Española de Derechas Autónomas]] (CEDA) era una alianza de partidos políticos católicos de derechas, gestada durante el bienio progresista de la II República.<ref name = navarro/> Liderada por [[José María Gil-Robles]], era el gran partido de masas de la derecha española durante la República, presentada desde su fundación como una alternativa no sólo al [[Frente Popular]], sino a la República en general.<ref>Hugh Thomas (1976), pág. 131</ref> Ya beligerante con la República desde su fundación, el fusilamiento en los primeros días de la guerra de destacados miembros del partido como [[Federico Salmón]], [[Dimas de Madariaga]], [[Ricardo Cortés Villasana]], [[Juan Bautista Guerra García]], [[Antonio Bermúdez Cañete]] y [[Romualdo Alvargonzález]], provocó la definitiva adhesión del partido al bando sublevado.