Diferencia entre revisiones de «Francisco de Herrera el Mozo»

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[[Archivo:Triunfo de San Hermenegildo.jpg|thumb|''El triunfo de San Hermenegildo'', 1654, óleo sobre lienzo, 326 x 228 cm, [[Madrid]], [[Museo del Prado]].]]
 
=== Primera estancia en Madrid: ''El triunfo de Sansan Hermenegildo'' ===
No se tienen datos documentales que permitan establecer la duración de su viaje a Italia, pero en todo caso en 1654 se encontraba en Madrid, donde el 17 de julio firmó el contrato para realizar por 6.&nbsp;450 reales las pinturas del retablo mayor de la iglesia del [[Convento de San Hermenegildo (Madrid)|convento de los carmelitas descalzos o de San Hermenegildo]], actual parroquia de San José, del que solo resta el gran lienzo central de la ''Apoteosis de san Hermenegildo'' ([[Museo del Prado]]). Como su fiador actuó el tracista [[Sebastián de Benavente]], con quien Herrera mantuvo estrecha relación profesional y amistosa hasta su muerte pues en su testamento declaraba el pintor tener cuenta o convenio de asociación con el tracista, en quien depositaba plena confianza. Financiado por [[Juan Chumacero]], que había sido presidente del [[Consejo de Castilla]], el [[retablo]] incorporaba, junto al gran lienzo del ''triunfo'' del titular, adquirido en 1832 por [[Fernando VII de España|Fernando VII]] para el recién creado Museo del Prado, un lienzo con la ''Trinidad coronando a la Virgen'' ocupandoque ocupaba el [[remate en ático|ático]] y santos y arcángeles en los [[intercolumnio]]s y [[predela|banco]], perdidos todos ellos.<ref>[[#Cruz|Cruz Yábar (2013)]], pp. 86-87.</ref>
 
Con un toque escenográfico, el [[Hermenegildo|príncipe visigodo]] asciende bañado en luz sobre los cuerpos derrotados y en sombra de su padre el rey [[Leovigildo]] y del obispo [[arrianismo|arriano]] portador del cáliz en el que Hermenegildo ha rechazado comulgar. En su presentación el lienzo debió de causar admiración y sorprender por su novedad y brío. Convencido de su valía, Herrera se dejó decir, según Palomino, que el cuadro «se había de poner con clarines, y timbales».<ref>[[#Palomino|Palomino]], p. 395.</ref> De un dinamismo barroco inédito en la Corte y probablemente aprendido en Italia, el escorzo forzado, la composición basada en la línea curva, la pincelada deshecha y la gama cromática cálida, mediatizada por el juego de contraluces, han sido considerados elementos claves en la evolución de la pintura madrileña de las últimas décadas del siglo XVII, influyendo incluso en pintores mayores que él, como [[Francisco Rizi]].<ref>[[#Perez|Pérez Sánchez (1992)]], p. 296.</ref><ref>[[#Brown|Brown (1990)]], pp. 231 y 235.</ref>