Diferencia entre revisiones de «María de Molina»

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Contrajo matrimonio en junio de 1282 en la [[Catedral de Toledo]] con su sobrino el infante Sancho, que posteriormente reinaría en Castilla con el nombre de [[Sancho IV de Castilla]]. Los comienzos del matrimonio con el infante Sancho fueron conflictivos, pues el matrimonio no contaba con la imprescindible dispensa pontificia, debido a un doble motivo, ya que por un lado existían lazos de consanguineidad en tercer grado entre los contrayentes, y además existían unos esponsales previos contraídos por el infante Sancho, aunque nunca fueron consumados, con Guillerma de Montcada. El matrimonio fue considerado nulo al principio y, por tanto, todos los hijos nacidos fueron considerados ilegítimos. Por todo ello, se sostuvo que habían cometido ''incestas nuptias, excessus enormitas y publica infamia'' y fueron excomulgados por el Papa. En 1283 nació su hija primogénita en [[Toro (Zamora)|Toro]], la infanta [[Isabel de Castilla (1283-1328)|Isabel de Castilla]].
 
El matrimonio no fue del agrado de Alfonso X, que ya estaba enemistado con su hijo desde la muerte en 1275 de su hijo y heredero, el infante [[Fernando de la Cerda]], y la consiguiente pretensión del infante Sancho de proclamarse heredero del trono, soslayando con ello los derechos de los [[infantes de la Cerda]], hijos del difunto infante y herederos del trono. Además de la rebelión del infante Sancho contra su padre el rey, la ejecución del infante [[Fadrique de Castilla]] en 1277, que había sido ordenada por su propio hermano, Alfonso X, había motivado que parte de la alta nobleza y de los ricoshombres del reino se decantasen a favor del infante Sancho en la lucha que ésteeste último mantenía contra su padre.
 
En abril de 1284 el infante Sancho y su esposa recibieron en [[Ávila]] la noticia de que había fallecido en la ciudad de [[Sevilla]] Alfonso X, y la de que en su testamento, el difunto rey desheredaba a su hijo Sancho en favor de su nieto, [[Alfonso de la Cerda]]. Al día siguiente Sancho IV y María de Molina, terminados los funerales en memoria de Alfonso X, ''cambiaron los ropajes de duelo por brillantes paños de oro reales'', y Sancho IV fue proclamado soberano de Castilla, haciendo reconocer como reina a María de Molina, y a su hija, la infanta Isabel de Castilla, como heredera del trono. Posteriormente se dirigieron a la ciudad de [[Toledo]] donde tendría lugar la coronación en su Catedral. A primeros de mayo entraron en la ciudad y fueron coronados monarcas de los reinos de [[Reino de Castilla|Castilla]], de Toledo, de [[Reino de León|León]], de [[Galicia]], de Sevilla, de [[Córdoba (España)|Córdoba]], de [[Murcia]], de [[Jaén]] y del [[Algarve]].
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En las [[Cortes de Valladolid de 1298]], el infante Enrique volvió a aconsejar la venta de la ciudad de [[Tarifa (Cádiz)|Tarifa]] a los musulmanes, oponiéndose a ello la reina María de Molina.
 
La reina María de Molina se entrevistó en 1298 con el rey de Portugal en [[Toro (Zamora)|Toro]], y le solicitó que la ayudase en la lucha contra el infante Juan. Sin embargo, el soberano portugués se negó a atacar al infante y, de común acuerdo con el infante Enrique, ambos planeaban que Fernando IV llegase a un acuerdo de paz con el infante Juan, conservando ésteeste último el [[reino de Galicia]], la ciudad de [[León (España)|León]], y todas las plazas que había conquistado mientras durase su vida. No obstante, todos esos territorios pasarían a su muerte a ser de Fernando IV de Castilla. No obstante, la reina María de Molina, que se oponía al proyecto de entregar dichos territorios al infante Juan, sobornó al infante Enrique, a quien entregó [[Écija]], [[Roa]] y [[Medellín]] para que el proyecto no siguiera adelante, logrando al mismo tiempo que los representantes de los concejos rechazasen públicamente el proyecto del soberano portugués.
 
Después de la entrevista con el monarca lusitano en 1298, la reina envió a su hijo, el infante Felipe de Castilla, que contaba con siete años de edad, al reino de Galicia, con el propósito de reforzar la autoridad real en aquella zona, en la que [[Juan Alfonso de Albuquerque]] y [[Fernando Rodríguez de Castro]], [[señor de Lemos]] y Sarria, sembraban el desorden.
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En esos momentos se acentuaba la rivalidad existente entre el infante Enrique de Castilla el Senador], María de Molina y Diego López V de Haro de un lado, y el infante Juan de Castilla el de Tarifa y Juan Núñez de Lara del otro. El infante Enrique amenazó a la reina con declarar la guerra a Fernando IV y a ella misma si no se accedía a sus demandas, al tiempo que los magnates procuraban eliminar la influencia que María de Molina ejercía en su hijo, a quien el pueblo comenzó a dejar de estimar, debido a la influencia que los ricoshombres ejercían sobre él. En los meses finales de 1302, la reina, que se hallaba en Valladolid, se vio obligada a aplacar a los ricoshombres y a los miembros de la nobleza, que planeaban levantarse en armas contra Fernando IV, quien pasó las navidades de 1302 en tierras del reino de León, acompañado por el infante Juan y por Juan Núñez de Lara.
 
A comienzos de 1303 había una entrevista prevista entre el rey Dionisio I de Portugal y Fernando IV, confiando ésteeste último en que su primo el rey de Portugal le devolvería algunos territorios. Por su parte, el infante [[Enrique de Castilla el Senador]], [[Diego López V de Haro]] y la reina María de Molina se excusaron de asistir a dicha entrevista. El propósito de la reina al negarse a asistir era vigilar al infante Enrique y al señor de Vizcaya, cuyas relaciones con Fernando IV eran tensas debido a la amistad que el monarca dispensaba al infante Juan y a Juan Núñez de Lara. En mayo de 1303 se celebró la entrevista entre el rey de Portugal y Fernando IV en la ciudad de Badajoz. El infante Juan y Juan Núñez de Lara predispusieron a Fernando IV en contra del infante Enrique y del señor de Vizcaya, al tiempo que las concesiones ofrecidas por el soberano portugués, quien se ofreció a ayudarle si fuera preciso contra el infante Enrique de Castilla el Senador, decepcionaron a Fernando IV.
 
=== Vistas de Ariza y muerte del infante Enrique de Castilla "el Senador" (1303) ===
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Mientras el infante Enrique agonizaba, Fernando IV hizo un pacto con el rey [[Muhammad III de Granada]], en el que se estipulaba que el soberano granadino conservaría [[Alcaudete]], [[Quesada (Jaén)|Quesada]] y [[Bedmar]], mientras que Fernando IV conservaría la plaza de [[Tarifa (Cádiz)|Tarifa]]. El soberano nazarita se declaró vasallo de Fernando IV y se comprometió a pagarle las [[parias (tributo)|parias]] correspondientes. Al saber que había fallecido el infante Enrique, Fernando IV se mostró complacido y concedió la mayoría de sus tierras a Juan Núñez de Lara, a quien también concedió el cargo de [[Adelantado mayor de la frontera de Andalucía]], y a los hombres que se hallaban con él, al tiempo que devolvía [[Écija]] a María de Molina, por haber sido suya antes de que ella se la entregara al infante Enrique. En noviembre de 1303 el rey se encontraba en Valladolid junto a la reina y solicitó su consejo, pues deseaba poner fin al pleito que sostenían el infante [[Juan de Castilla el de Tarifa]] y [[Diego López V de Haro]] por la posesión del señorío de Vizcaya, que en esos momentos era propiedad de Diego López V de Haro. La reina le manifestó que le ayudaría a resolver dicho pleito, al tiempo que el rey le hacía importantes donaciones, pues las buenas relaciones entre el rey y su madre se habían restablecido totalmente.
 
En enero de 1304, hallándose el rey en [[Carrión de los Condes]], el infante Juan reclamó de nuevo, en nombre de su esposa, y apoyado por Juan Núñez de Lara, el señorío de Vizcaya, aunque el monarca en un primer momento resolvió que la esposa del infante se conformase con recibir [[Paredes de Nava]] y [[Villalón de Campos]] como compensación, a lo que el infante Juan se negó, argumentando que su esposa no lo aceptaría por estar en desacuerdo con los anteriores pactos establecidos por su esposo en relación con el señorío. En vista de la situación, el rey propuso que Diego López V de Haro entregase a María Díaz de Haro, a cambio del señorío de Vizcaya, [[Tordehumos]], [[Íscar]], [[Santa Olalla]], además de sus posesiones en [[Cuéllar]], [[Córdoba (España)|Córdoba]], [[Murcia]], Valdetorio, y el [[señorío de Valdecorneja]]. Por su parte, Diego López V de Haro conservaría el señorío de Vizcaya, [[Orduña]], [[Valmaseda]], [[las Encartaciones]], y [[Durango]]. El infante Juan aceptó la oferta del rey, por lo que ésteeste último hizo llamar a Diego López V de Haro a [[Carrión de los Condes]]. No obstante, el señor de Vizcaya no aceptó la proposición del soberano y le amenazó con la rebelión antes de partir. El rey hizo entonces que su madre se reconciliase con Juan Núñez de Lara, al tiempo que se iniciaban las maniobras previas a la [[Sentencia Arbitral de Torrellas]], rubricada en 1304, en las que no tomó parte [[Diego López V de Haro]], por hallarse enemistado con Fernando IV, quien prometió al infante [[Juan de Castilla el de Tarifa]] entregarle el señorío de Vizcaya, y a Juan Núñez de Lara [[la Bureba]] y las posesiones de Diego López de Haro en [[La Rioja (España)|la Rioja]], si ambos resolvían las gestiones diplomáticas con Aragón a satisfacción del monarca.
 
En abril de 1304, el infante Juan comenzó las negociaciones con el reino de Aragón, comprometiéndose Fernando IV a aceptar las decisiones que establecieran los árbitros de los reinos de Portugal y Aragón, que se reunirían en los meses siguientes, respecto a las demandas de [[Alfonso de la Cerda]] y a sus disputas con el reino de Aragón. Al mismo tiempo, el rey confiscó las tierras de Diego López V de Haro y de [[Juan Alfonso de Haro]], [[señor de los Cameros]], y las repartió entre los ricoshombres. A pesar de ello, ambos magnates no se sublevaron contra el rey. Mientras tanto, en Galicia, el infante Felipe de Castilla, hermano de Fernando IV, derrotó en una batalla a su cuñado [[Fernando Rodríguez de Castro]], [[señor de Lemos]] quien perdió la vida en dicha batalla.{{Harvnp|Benavides|1860|pp=132-133}}
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=== Intervenciones en la política castellano-leonesa (1304-1310) ===
 
En abril de 1306, el infante Juan, a pesar de la oposición de la reina María de Molina, indujo al rey a que declarase la guerra a Juan Núñez de Lara, sabiendo que [[Diego López V de Haro]] le defendería, y aconsejó al soberano que sitiase [[Aranda de Duero]], donde se hallaba Juan Núñez de Lara, quien, en vista de la situación, rompió su vínculo vasallático con el rey. Después de una batalla campal, Juan Núñez de Lara consiguió escapar del cerco al que se pretendía someter Aranda de Duero, y se reunió con Diego López V de Haro y con el hijo de ésteeste último, y acordaron hacer la guerra al rey Fernando IV por separado, y cada uno en su territorio. Las huestes del rey exigieron concesiones al monarca, quien hubo de concedérselas a pesar de que no se mostraban diligentes en hacer la guerra, por lo que el soberano ordenó al infante Juan que entablase negociaciones con Diego López V de Haro y sus partidarios, a lo que el infante Juan accedió, pues sus vasallos tampoco se mostraban partidarios de la guerra.
 
Las negociaciones no llegaron a iniciarse y la guerra continuó, a pesar de que el infante Juan aconsejaba al soberano que firmase la paz si ello era viable. El rey solicitó la intervención de su madre, quien, después de las negociaciones mantenidas con los rebeldes a través de [[Alonso Pérez de Guzmán]], logró en una reunión mantenida con ellos en [[Pancorbo]], que los tres magnates sublevados concediesen castillos como rehenes al rey, al que deberían rendir pleitesía, conservando sus propiedades, al tiempo que el rey se comprometía a abonarles sus soldadas. El acuerdo no satisfizo al infante Juan, quien volvió a reclamar al rey la posesión del señorío de Vizcaya en nombre de su esposa, al tiempo que Fernando IV, con el propósito de complacer al infante, arrebataba la [[Merindad (división administrativa)|merindad]] de [[Galicia]] a su hermano el infante [[Felipe de Castilla (1292-1327)|Felipe de Castilla]], y se la concedía a Diego García de Toledo, privado del infante Juan.
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En las [[Cortes de Valladolid de 1307]], viendo María de Molina que los ricoshombres, encabezados por el infante Juan, protestaban contra las medidas adoptadas por los privados del rey, intentó, para complacer al infante, poner fin al pleito existente sobre el señorío de Vizcaya. Para ello, la reina contó con la colaboración de su hermanastra [[Juana Alfonso de Molina]], quien persuadió a su hija María Díaz de Haro para que aceptase el acuerdo propuesto por el rey en febrero de ese mismo año. Diego López V de Haro y su hijo Lope Díaz de Haro se avinieron a firmar el acuerdo, por el que se establecía que [[Diego López V de Haro]] conservaría la propiedad del señorío de Vizcaya en tanto durase su vida, pero que a su muerte, el señorío pasaría a ser de María Díaz de Haro, a excepción de Orduña y Valmaseda, que serían entregadas a su hijo Lope Díaz de Haro, quien también recibiría Miranda y Villalba de Losa de manos de Fernando IV.
 
Ante el acuerdo alcanzado respecto a la posesión del señorío de Vizcaya, [[Juan Núñez II de Lara|Juan Núñez de Lara]] se sintió menospreciado por el rey y por su madre, por lo que se retiró de las [[cortes de Castilla|Cortes]], antes de que estas hubiesen finalizado. Por ello, el rey concedió el cargo de Mayordomo mayor a [[Diego López V de Haro]], lo que provocó que el infante Juan abandonase la corte, advirtiendo al rey que no contaría con su ayuda hasta que los alcaides de los castillos de Diego López de Haro rindiesen homenaje a su esposa, María Díaz de Haro. Sin embargo, poco después se reunieron en [[Lerma (Burgos)|Lerma]], donde se hallaba María Díaz de Haro, el infante Juan, Juan Núñez de Lara, Diego López V de Haro, y Lope Díaz de Haro, hijo de ésteeste último, acordándose que prestasen homenaje en Vizcaya como futura señora a María Díaz de Haro, al tiempo que se hacía lo mismo en los castillos que recibiría [[Lope Díaz de Haro (m. 1322)|Lope Díaz de Haro]].
 
En 1307, por consejo del infante Juan y de Diego López V de Haro, ambos reconciliados ya, el rey ordenó a [[Juan Núñez II de Lara|Juan Núñez de Lara]] que abandonase el reino de Castilla y León y que le devolviese los castillos de [[Moya (Cuenca)|Moya]] y [[Cañete (Cuenca)|Cañete]], situados en la [[provincia de Cuenca]], y que el rey le había concedido en el pasado. El rey fue a Palencia, donde se hallaba su madre, quien le aconsejó que, puesto que había expulsado a Juan Núñez de Lara del reino, si deseaba conservar el respeto de los ricoshombres y la nobleza, debería mostrarse inflexible. El rey se dirigió entonces a [[Tordehumos]], donde se hallaba el magnate rebelde, y puso cerco a la villa a finales de octubre de 1307, hallándose acompañado por numerosos ricoshombres con sus tropas, y también por las del Maestre de [[Orden de Santiago|Santiago]]. Poco después se unieron a ellos el infante Juan, repuesto de una enfermedad, y su hijo, [[Alfonso de Valencia]], con sus mesnadas. Juan Núñez de Lara, se rebeló en 1307 contra Fernando IV de Castilla.
 
A causa de las deserciones de algunos ricoshombres, entre ellos [[Alfonso de Valencia]], hijo del infante Juan, Rodrigo Álvarez de las Asturias y García Fernández de Villamayor, y también a causa de la enfermedad de la reina madre, que no podía aconsejarle, el rey decidió pactar con [[Juan Núñez II de Lara|Juan Núñez de Lara]] la rendición de ésteeste último. Después que rindió la villa de Tordehumos, a comienzos de 1308, Juan Núñez de Lara se comprometió a entregar todas sus tierras al rey, excepto las que tenía en [[la Bureba]] y [[La Rioja (España)|la Rioja]], por tenerlas [[Diego López V de Haro]], al tiempo que rendía pleitesía al rey, quien firmó este acuerdo a espaldas de la reina madre, enferma de gravedad en esos momentos.
 
Terminado el cerco de Tordehumos, numerosos magnates y caballeros intentaron enemistar al rey con [[Juan Núñez II de Lara|Juan Núñez de Lara]] y con su tío el infante Juan, diciéndoles a cada uno de ellos por separado que el rey deseaba la muerte de ambos, por lo que los dos se aliaron, temiendo que el rey desease sus muertes, aunque sin contar con el apoyo de [[Diego López V de Haro]]. Sin embargo, fueron persuadidos por María de Molina de que el rey no les deseaba ningún mal, algo que después les fue confirmado por el propio rey. Sin embargo, el infante Juan y sus acompañantes solicitaron presentar sus peticiones a la reina y no a él, a lo que el soberano accedió. Las reclamaciones, presentadas por los demandantes en las Vistas de [[Grijota]], pasaban porque el soberano concediese la [[Merindad (división administrativa)|merindad]] de Galicia a Rodrigo Álvarez de las Asturias y la merindad de Castilla a Fernán Ruiz de Saldaña, al tiempo que debía expulsar de la corte a sus privados, Sancho Sánchez de Velasco, Diego García, y Fernán Gómez de Toledo. Las demandas presentadas por los magnates fueron aceptadas por el monarca.
 
En 1308, Rodrigo Yáñez, Maestre de la [[Orden del Temple]] en el reino de Castilla y León, se dispuso a entregar a María de Molina las fortalezas de la Orden en el reino, mas la reina no aceptó tomarlas sin el consentimiento de su hijo el rey, que ésteeste último concedió. Sin embargo, el maestre no entregó los castillos a la reina madre, sino que ofreció al infante [Felipe de Castilla, hermano de Fernando IV, entregárselos a él, a condición de que el infante suplicase al rey, en su nombre, que el monarca atendiese las demandas de los templarios a los prelados de su reino.
 
En las [[Cortes de Burgos de 1308]] estuvieron presentes, además del rey, la reina María de Molina, el infante [[Juan de Castilla el de Tarifa]], el infante Pedro de Castilla, [[don Juan Manuel]] y la mayoría de los ricoshombres y magnates. Fernando IV intentó poner orden en los asuntos de sus reinos, así como alcanzar un equilibrio presupuestario y reorganizar la administración de la Corte, al tiempo que intentaba recortar las atribuciones del infante Juan, aspecto ésteeste último no conseguido por el monarca.<ref>{{cita publicación| apellido = O'Callaghan| nombre = Joseph F. | año= 1986| título = Las Cortes de Fernando IV: cuadernos inéditos de Valladolid 1300 y Burgos 1308| publicación = Historia, instituciones, documentos| número= 13| páginas = 317, 318 y 319| editorial = Universidad de Sevilla: Departamento de Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas | ubicación= Sevilla| issn= 0210-7716| url= http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=58181}}</ref>
 
En las [[Cortes de Madrid de 1309]], las primeras celebradas en dicha ciudad, el rey manifestó su deseo de ir a la guerra contra el [[reino nazarí de Granada]], al tiempo que demandaba subsidios para poder hacer la guerra. Estuvieron presentes en estas cortes el rey Fernando IV y su esposa Constanza, su madre la reina María de Molina, los infantes [[Pedro de Castilla (1290-1319)|Pedro]], [[Felipe de Castilla (1292-1327)]] y [[Juan de Castilla el de Tarifa|Juan]], [[don Juan Manuel]], Juan Núñez de Lara, [[Diego López V de Haro]], [[Alfonso Téllez de Molina]], hermano de la reina María de Molina, el [[arzobispo de Toledo]], los Maestres de las Órdenes Militares de [[Orden de Santiago|Santiago]] y [[Orden de Calatrava|Calatrava]], los representantes de las ciudades y concejos, y otros nobles y prelados. Las Cortes aprobaron la concesión de cinco servicios, destinados a pagar las soldadas de los ricoshombres e hidalgos.
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En 1310, una vez levantado el asedio de [[Algeciras]], el rey Fernando IV envió a [[Juan Núñez II de Lara|Juan Núñez de Lara]] a conferenciar con el papa [[Clemente V]], a quien el rey suplicaba, de común acuerdo con el rey de Aragón, que no permitiese que se procesase a su antecesor en la silla de [[San Pedro]], el papa [[Bonifacio VIII]], quien había legitimado el matrimonio de los padres de Fernando IV en 1301, legitimando con ello al propio Fernando IV. Juan Núñez de Lara debía informar además a [[Clemente V]] sobre las causas que habían motivado el levantamiento del [[sitio de Algeciras (1309)|sitio de Algeciras]], y debía solicitar al Papa, en nombre de Fernando IV, subsidios para poder proseguir en el futuro la guerra contra el [[reino nazarí de Granada]]. El Papa Clemente V procuró suavizar la animadversión que [[Felipe IV de Francia]], sentía hacia su predecesor, el papa [[Bonifacio VIII]], reprochó al infante Juan y a [[don Juan Manuel]] su conducta durante el [[sitio de Algeciras (1309)|asedio de Algeciras]], concedió al rey los diezmos recaudados en su reino durante un año, y envió diversas cartas a los prelados del reino de Castilla y León en las que se les ordenaba reprender severamente a los que no colaborasen con el rey en la empresa de la [[Reconquista]].
 
Después de la boda de la infanta [[Isabel de Castilla (1283-1328)|Isabel]], hermana de Fernando IV, ésteeste último planeó asesinar al infante [[Juan de Castilla el de Tarifa]] en la ciudad de [[Burgos]], en enero de 1311, para vengarse de ese modo por la deserción del infante del cerco de Algeciras y, al mismo tiempo, para someter a la nobleza, que volvía a rebelarse contra el poder de la Corona. Sin embargo, la reina María de Molina avisó al infante Juan de los propósitos de su hijo y el infante pudo ponerse a salvo. Fernando IV, acompañado por su hermano el infante Pedro, por Lope Díaz de Haro, y por las mesnadas del concejo de Burgos persiguió al infante Juan y a sus partidarios, que se refugiaron en la villa palentina de [[Saldaña]]. El rey privó entonces al infante Juan del Adelantamiento de la frontera y se lo concedió a [[Juan Núñez II de Lara|Juan Núñez de Lara]], al tiempo que ordenó la confiscación de las tierras y señoríos que le había entregado al infante, a sus hijos, [[Alfonso de Valencia]] y [[Juan de Haro]], e idéntica suerte corrió [[Sancho de Castilla "el de la Paz"]] , primo de Fernando IV y partidario del infante Juan. Al mismo tiempo, [[don Juan Manuel]] se reconcilió con el rey y le solicitó que le concediese el cargo de Mayordomo mayor, por lo que el monarca, que deseaba atraerse a don Juan Manuel, creyendo que este último rompería su amistad con el infante Juan, despojó al infante Pedro del cargo de Mayordomo mayor y se lo concedió, dando a cambio a su hermano las villas de [[Almazán]] y [[Berlanga de Duero|Berlanga]], que le había prometido anteriormente.
 
En vista de la situación, Fernando IV, que no deseaba una rebelión abierta de los partidarios del infante Juan, además de querer dedicarse en exclusiva a la guerra contra el reino nazarí de Granada, envió a la reina María de Molina a conferenciar con el infante Juan, con sus hijos, y con sus partidarios en [[Villamuriel de Cerrato]]. Las conversaciones duraron quince días y la reina María de Molina estuvo acompañada por el [[arzobispo de Santiago de Compostela]], y por los obispos de [[León (España)|León]], [[Lugo]], [[Mondoñedo]] y [[Palencia]]. Las conversaciones concluyeron con la concordia entre el infante Juan, quien se mostraba preocupado por su seguridad personal, y el rey Fernando IV. Dicha concordia incomodó a la reina Constanza, esposa de Fernando IV, y a Juan Núñez de Lara, quien continuaba enemistado con el infante Juan. Poco después, Fernando IV se entrevistó con el infante [[Juan de Castilla el de Tarifa]] en el municipio de [[Grijota]], y ambos ratificaron lo acordado entre el infante Juan y la reina María de Molina en Villamuriel de Cerrato.
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Las dobles [[cortes de Castilla|Cortes]] de Palencia de 1313 dieron origen a dos ordenamientos distintos, siendo uno de ellos otorgado por el infante Juan, como tutor de Alfonso XI, a los concejos de Castilla, León, Extremadura, Galicia y Asturias, territorios en los que predominaban sus propios partidarios. El otro ordenamiento fue promulgado por la reina María de Molina y por su hijo, el infante [[Pedro de Castilla (1290-1319)|Pedro]], como tutores conjuntos de Alfonso XI, y fue librado a petición de los concejos de Castilla, León, Toledo, las Extremaduras, Galicia, Asturias y [[Andalucía]]. En ambos cuadernos de las Cortes consta la presencia del clero, de la nobleza y de los hombres buenos de las villas, deduciéndose de ellos que el infante Juan llevaba cierta ventaja en el número y calidad de los próceres, así como el infante Pedro y la reina María de Molina en prelados, Maestres de las [[órdenes militares españolas|Órdenes Militares]], y representantes de los concejos. El cuaderno dado por la reina María de Molina lleva los sellos del rey Alfonso XI y los de ambos tutores, y el otorgado por el infante Juan únicamente su propio sello, deduciéndose de ello que la Cancillería real se hallaba en manos de los primeros.{{Harvnp|Colmeiro y Penido|1883|p=}}Acabadas las Cortes, cada uno de los dos bandos comenzó a utilizar el sello real para emitir órdenes y privilegios.
 
Terminadas las [[Cortes de Palencia de 1313]], [[Alfonso de Valencia]] y su padre el infante [[Juan de Castilla el de Tarifa]] ocuparon la ciudad de León, al tiempo que el infante Pedro se apoderaba de la ciudad de Palencia, dirigiéndose ésteeste último después a Ávila junto a su madre, donde se hallaba el rey Alfonso XI. Mientras tanto ambos bandos intentaban alcanzar un acuerdo definitivo sobre quién debía ser tutor del rey, interviniendo en las negociaciones los Maestres de las Órdenes de [[Orden de Santiago|Santiago]] y [[Orden de Calatrava|Calatrava]], así como [[don Juan Manuel]], partidario del infante Juan de Castilla. El infante Pedro partió hacia [[Granada]] a fin de socorrer a [[Nasr]], [[rey de Granada]], contra quien se había sublevado el hijo del arráez de [[Málaga]]. Sin embargo, a finales de 1313 el infante Pedro tuvo conocimiento de la derrota del rey granadino y, durante su regreso a Castilla, asedió durante tres días y tomó el castillo de [[Rute]], situado en la [[Provincia de Córdoba (España)|provincia de Córdoba]].{{Harvnp|Núñez de Villaizán|1787|p=23}}
 
A finales de 1313, el infante Juan convocó a los procuradores del reino en Sahagún. Mientras se hallaban reunidos, el día 18 de noviembre falleció la reina Constanza, madre de Alfonso XI, lo que motivó que el infante Juan y sus partidarios se decidiesen a pactar con María de Molina, ofreciéndole a la reina que desempeñase el cargo de tutora del rey en los territorios en los que habían declarado tutores a ella y a su hijo el infante [[Pedro de Castilla (1290-1319)|Pedro]], al tiempo que el infante Juan ejercería como tutor en los territorios que le apoyaban. La reina respondió afirmativamente a la proposición del infante Juan.
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{{AP|Concordia de Palazuelos}}
{{AP|Cortes de Burgos de 1315}}
En la llamada [[Concordia de Palazuelos]], firmada en el año 1314, se encomendó la tutoría de [[Alfonso XI de Castilla]] a sus tíos, los infantes Juan y Pedro de Castilla, y a su abuela, la reina María de Molina, a quien le fue confiada la crianza y la custodia del niño rey. Al mismo tiempo se acordó que la Cancillería del reino debería hallarse junto al rey, que los tutores tomasen cartas blancas para los pleitos que hubieran de resolver en las villas, que los tutores destruyesen los sellos reales que habían usado hasta entonces, y que los tutores ejerciesen como tales en los lugares en los que habían sido designados. Poco después de haberse acordado la tutoría compartida del rey entre los dos infantes, se entabló un pleito entre [[don Juan Manuel]] y la infanta portuguesa [[Blanca de Portugal (1259-1321)|Blanca de Portugal]], nieta de Alfonso X, a causa de varias ciudades que ella había vendido al infante Pedro, a pesar de los deseos de don Juan Manuel de comprarlas, por no haber satisfecho ésteeste último el pago por dichas ciudades. Como consecuencia de dicho pleito, [[don Juan Manuel]] comenzó a saquear toda la zona de [[Guadalajara (España)|Guadalajara]], apoyado por el infante Juan de Castilla, quien le prestó consejo y apoyo.
 
Poco después, [[Alfonso de Valencia]], hijo del infante Juan, se dispuso a atacar al infante Felipe de Castilla, hijo de la reina María de Molina, en [[Lugo]], donde estuvo a punto de librarse una batalla campal entre ambos.{{Harvnp|Núñez de Villaizán|1787|p=27}}Al mismo tiempo, el Maestre de [[Orden de Calatrava|Calatrava]] aconsejó al infante Pedro, que se encontraba atacando las tierras de [[don Juan Manuel]], que dividiese a partes iguales con don Juan Manuel las tierras que se hallaban en disputa, accediendo a ello el infante Pedro, para lo que se entrevistó con don Juan Manuel en [[Uclés]] y, posteriormente, con el infante Juan en [[Sepúlveda]], para acordar la convocatoria de Cortes en la ciudad de Burgos.
Línea 212:
En las [[Cortes de Burgos de 1315]] se ratificó lo dispuesto en la [[Concordia de Palazuelos]] de 1314, estipulándose además que en caso de morir alguno de los tutores, continuarían en el cargo los que continuasen vivos, y comprometiéndose a que no pudiese acceder a la tutoría del rey nadie a excepción de la reina María de Molina, y de los infantes [[Pedro de Castilla (1290-1319)|Pedro]] y Juan. Se rompieron los sellos anteriores de los tutores y comenzaron a usar uno nuevo, al tiempo que se disponía que la Cancillería se hallase junta al rey y a la reina María de Molina. Los tutores se comprometieron a no conceder tierras o bienes monetarios a persona alguna, y se dispuso que sólo se podrían hacer donaciones con el sello del rey, y con el consentimiento previo de los tres tutores. Tres ordenamientos surgieron de las Cortes de Burgos de 1315. En uno de ellos, se aprobó la carta de la Hermandad que los caballeros hijosdalgo y hombres buenos de los reinos de Castilla, León, Toledo y las Extremaduras habían formado para oponerse a los posibles desmanes de los tutores, en otro se intentaron resolver las posibles diferencias acerca del ejercicio de la tutoría, y se tomaron algunas disposiciones en lo referente a la administración del reino, y en el último ordenamiento los tutores respondieron a ciertas reclamaciones efectuadas por los prelados del reino.
 
Durante las Cortes de Burgos de 1315 falleció [[Juan Núñez II de Lara]], partidario del infante [[Juan de Castilla el de Tarifa], siendo sucedido en el cargo de [[mayordomo mayor del rey]] Alfonso XI por [[Alfonso de Valencia]], hijo del infante Juan,{{Harvnp|Lafuente|1861|p=607}}al tiempo que [[don Juan Manuel]], aprovechando la ausencia del infante Pedro, que se encontraba en las Cortes, saqueaba las posesiones de ésteeste último en [[Almazán]] y en [[Berlanga de Duero]].