Diferencia entre revisiones de «Felipe de Castilla (1292-1327)»

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Cuando tenía seis años de edad, su madre, la reina María de Molina, envió al infante Felipe al [[reino de Galicia]], con el propósito de reforzar la autoridad real en aquella zona, en la que [[Juan Alfonso de Albuquerque]] y [[Fernando Rodríguez de Castro]], [[señor de Lemos]] y [[Sarria]], sembraban el desorden. El infante Felipe llegó a Galicia llevando como acompañante y subordinado a Fernán Rodríguez de Biedma, aunque tras las primeras escaramuzas las tropas reales fueron derrotadas y el infante Felipe fue apresado y encerrado en el castillo de Villalba, donde permaneció varios años.{{Harvnp|Pardo de Guevara y Valdés|2000|pp=125-126}}
 
No obstante, en 1304 la situación de Galicia cambió y el infante Felipe, después de abandonar su lugar de encierro, y contando de nuevo con el apoyo de Fernán Rodríguez de Biedma, cercó la villa de [[Monforte de Lemos]], que pertenecía a Fernando Rodríguez de Castro. Cuando ésteeste último lo supo, acudió con sus mesnadas a socorrer la villa sitiada. Los acompañantes y consejeros del infante intentaron persuadir a Fernando Rodríguez de Castro para que depusiera su actitud y aceptase llegar a un acuerdo de paz con el infante Felipe, quien era su cuñado, pues era hermanastro de [[Violante Sánchez de Castilla]], su esposa. Sin embargo, no alcanzaron ningún acuerdo y se entabló una batalla, en la que perdió la vida Fernando Rodríguez de Castro.{{Harvnp|Benavides|1860|p=132}}[[Archivo:María de Molina presenta a su hijo a las Cortes de Valladolid 1863 Antonio Gisbert Pérez.JPG|thumb|300px|[[María de Molina presenta a su hijo Fernando IV en las Cortes de Valladolid de 1295]]. Óleo sobre lienzo de [[Antonio Gisbert Pérez]], 1863. [[Congreso de los Diputados de España]].]]
 
A la muerte de Fernando Rodríguez de Castro, el rey Fernando IV concedió al infante Felipe todos los títulos y posesiones que habían pertenecido al difunto señor de Lemos. De ese modo, el infante Felipe pasó a ser [[señor de Lemos]] y [[Sarria]], [[señor de Cabrera y Ribera]], [[adelantado]] mayor de Galicia, [[Pertiguero mayor de Santiago]] y [[comendero]] de la Iglesia de [[Lugo]].{{Harvnp|González López|1963|p=22}}
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La labor del infante Juan para limitar la influencia de su sobrino, el infante Felipe, en Galicia, no se detuvo ahí, ya que se esforzó en despojarle de los títulos y las encomiendas gallegas que el infante Felipe había obtenido del rey Fernando IV, como premio por su victoria sobre Fernando Rodríguez de Castro. En 1306, el infante Juan consiguió que le dieran a su hijo, [[Alfonso de Valencia]], el título de [[Pertiguero mayor de Santiago]], que ponía bajo su mando las fuerzas militares compostelanas. Poco después, el infante Juan consiguió que el rey Fernando IV le diera el cargo de Merino mayor de Galicia a Diego García de Toledo, quien gozaba de la confianza del infante Juan. No obstante, el infante Felipe aún conservaba el cargo de [[comendero]] de la Iglesia de Lugo y el [[señorío de Cabrera y Ribera]], y un individuo que gozaba de su confianza, Alfonso Suárez de Deza, ocupaba el cargo de Adelantado mayor de Galicia.
 
En 1308, Rodrigo Yáñez, Maestre de la [[Orden del Temple]] en el reino de Castilla y León, se dispuso a entregar a la reina María de Molina las fortalezas de la Orden del Temple en el reino, aunque la reina no aceptó tomarlas sin el consentimiento de su hijo Fernando IV, que ésteeste último concedió. Sin embargo, el maestre no entregó los castillos a la reina madre, sino que ofreció al infante Felipe, hermano de Fernando IV, entregárselos a él, a condición de que el infante suplicase al rey, en su nombre, que el monarca atendiese las demandas de los templarios a los prelados de su reino.
 
En 1308 se entabló un pleito entre el infante Juan de Castilla el de Tarifa y el infante Felipe por la posesión del [[castillo de Ponferrada]], del que ésteeste último se había apropiado, así como por la posesión de [[Alcañices]], [[Castillo de San Pedro de Latarce|San Pedro de Latarce]] y [[Haro]]. El infante Felipe se vio obligado a devolver dichas plazas a su hermano el rey, al tiempo que el Maestre del Temple se comprometía a entregar a Fernando IV los castillos que aún tenía en su poder. Ese mismo año, el infante Felipe tomó parte en la limpieza de malhechores de la zona comprendida entre [[Almazán]] y [[Atienza]], y en la labor de destruir las fortalezas que les servían de refugio.
 
En las [[Cortes de Madrid de 1309]], las primeras celebradas en la actual capital de [[España]], Fernando IV manifestó su deseo de ir a la guerra contra el [[Reino nazarí de Granada|reino de Granada]], al tiempo que demandaba subsidios para poder hacer la guerra. En dichas Cortes estuvieron presentes el rey Fernando IV y su esposa, la reina [[Constanza de Portugal (1290-1313)|Constanza de Portugal]], la reina María de Molina, los infantes [[Pedro de Castilla (1290-1319)|Pedro]], Felipe y [[Juan de Castilla el de Tarifa|Juan]], [[don Juan Manuel]], [[Juan Núñez de Lara el Menor]], [[Diego López V de Haro]], [[Alfonso Téllez de Molina]], hermano de la reina María de Molina, el [[Anexo:Arzobispos de Toledo|arzobispo de Toledo]], los Maestres de las Órdenes Militares de [[Orden de Santiago|Santiago]] y [[Orden de Calatrava|Calatrava]], los representantes de las ciudades y concejos, y otros nobles y prelados.
 
En 1309 el infante Felipe tomó parte en el [[Sitio de Algeciras (1309)|asedio de Algeciras]], y llegó a la ciudad sitiada acompañado por las tropas del [[arzobispo de Santiago de Compostela]], yendo ésteeste último acompañado por 400 caballeros y por buen número de peones. No obstante, Fernando IV se vio obligado a levantar el asedio debido a la enfermedad de [[Diego López V de Haro]], [[señor de Vizcaya]], a la defunción de [[Alonso Pérez de Guzmán]], [[señor de Sanlúcar de Barrameda]], al temporal de lluvias que inundaron el campamento cristiano, y a las deserciones del infante [[Juan de Castilla el de Tarifa|Juan]] y de [[don Juan Manuel]].
 
En 1312 los habitantes de la ciudad de [[Lugo]], de la que era comendero el infante Felipe de Castilla, se sublevaron contra su obispo, Juan Hernández, ya que éste había intentado recobrar el señorío de la ciudad. Por ello, los habitantes de Lugo atacaron el palacio episcopal, capturaron a su guarnición e hirieron al obispo, quien se negó a entregarles la bandera y las llaves de la ciudad y fue expulsado de la ciudad. El pleito fue llevado ante el rey Fernando IV, quien sentenció en favor del obispo Juan Fernández y en contra del concejo de Lugo. Además, el rey ordenó al infante Felipe y a Alfonso Suárez de Deza, Adelantado mayor de Galicia, que hicieran cumplir el veredicto que había emitido a los habitantes de Lugo. No obstante, ambos personajes retrasaron el cumplimiento del acuerdo.
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Juan Núñez de Lara el Menor intentó entonces apoderarse de Alfonso XI, que se encontraba en la ciudad de [[Ávila]]. Sin embargo, se lo impidieron las autoridades de la ciudad, prevenidas por la reina María de Molina. Poco después llegó a Ávila el infante Pedro y se negaron a dejarle entrar en la ciudad. Mientras tanto, el infante Juan y Juan Núñez de Lara el Menor, que se encontraban en [[Burgos]], convocaron a los ricoshombres, procuradores y concejos del reino para que se reuniesen en [[Sahagún (España)|Sahagún]], al tiempo que el infante Pedro obtenía la aprobación de la reina María de Molina para ser tutor de su sobrino Alfonso XI durante su minoría de edad.
 
Cuando el infante Juan, que se encontraba en Sahagún con los procuradores del reino, supo de la cercanía del infante Pedro de Castilla, le ofendió ante diversos testigos, provocando con ello que el infante Pedro decidiese marchar contra ellos. El infante Juan y sus acompañantes enviaron entonces al infante Felipe de Castilla, hermano del infante Pedro, a parlamentar con ésteeste último, quien reconvino a su hermano por formar parte del bando del infante Juan de Castilla el de Tarifa. El infante Felipe presentó a su madre, la reina María de Molina, las proposiciones del infante Juan, consistentes en que ella fuese tutora del rey Alfonso XI junto con el infante Pedro y el infante Juan, a lo que ella accedió.
 
El infante Pedro de Castilla acudió a las [[Cortes de Palencia de 1313]] acompañado de un ejército de doce mil hombres, después de haberlo reclutado en [[Asturias]] y [[Cantabria]], y había acudido a las Cortes sin deseo de entablar combate, pero dispuesto a entablarlo si el otro bando lo deseaba. En el bando del infante Pedro militaban su tío [[Alfonso Téllez de Molina]], hermano de [[María de Molina]], [[Tello Alfonso de Meneses]], hijo del anterior, [[Rodrigo Álvarez de las Asturias]] y Fernán Ruiz de Saldaña, entre otros ricoshombres. Los principales partidarios del infante Juan de Castilla el de Tarifa eran el infante Felipe de Castilla, [[Fernando de la Cerda (1275-1322)|Fernando de la Cerda]], y Juan Núñez de Lara el Menor, señor de la Casa de Lara.
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Poco después don Juan Manuel se entrevistó con la reina María de Molina en la ciudad de [[Valladolid]], y solicitó a la reina que le permitiese ejercer la tutoría del rey junto con ella, a lo que se opuso la reina, lo que provocó el enojo de don Juan Manuel. Poco después, don Juan Manuel y sus partidarios intentaron apoderarse de la ciudad de [[Ávila]], aunque el obispo de la ciudad era fiel partidario de la reina María de Molina. Cuando esta última tuvo conocimiento de los planes de don Juan Manuel, solicitó a [[Fernando de la Cerda (1275-1322)|Fernando de la Cerda]] que fuese a socorrer la ciudad de Ávila, a lo que este último se negó.{{Harvnp|Cerdá y Rico|1787|p=42-43}}
 
Cuando la reina tuvo conocimiento de que su hijo, el infante Felipe, se hallaba en la ciudad de [[Zamora]] después de haber estado en tierras gallegas, le encomendó que se dirigiese a Ávila e impidiese que [[don Juan Manuel]] y sus partidarios se apoderasen de ella. No obstante, para cuando el infante Felipe llegó a las cercanías de Ávila el concejo de la ciudad ya había designado a don Juan Manuel tutor del rey. El infante Felipe desafió a don Juan Manuel a combatir ante los muros de la ciudad, pero ésteeste último no aceptó el reto y permaneció dentro de Ávila mientras el ejército del infante Felipe saqueaba algunas aldeas de Segovia que apoyaban a don Juan Manuel y a las que ésteeste último no prestó apoyo. Cuando la reina María de Molina tuvo conocimiento de éstos hechos, ordenó al infante Felipe que dejase de saquear las tierras que apoyaban a don Juan Manuel y se reuniese con ella en Valladolid.{{Harvnp|Cerdá y Rico|1787|pp=43-45}}
 
Mientras tanto, [[María Díaz de Haro (c.1270-1342)|María Díaz de Haro]], viuda del infante [[Juan de Castilla el de Tarifa|Juan]] y madre de [[Juan el Tuerto]], solicitó a la reina María de Molina junto con su hijo que le concediesen los cargos de Merino mayor de Castilla, León y Galicia para que ellos se los confiasen a sus partidarios. A esto se opuso el infante Felipe de Castilla, argumentando que el cargo de Merino mayor de Castilla estaba siendo desempeñado por [[Garcilaso I de la Vega], y que el cargo de Merino mayor de Galicia siempre había sido desempeñado por alguien designado por el propio infante Felipe, como ya había ocurrido durante la tutoría de los infantes [[Pedro de Castilla (1290-1319)|Pedro]] y [[Juan de Castilla el de Tarifa|Juan]]. Ante la negativa de la reina María de Molina y del infante Felipe, María Díaz de Haro y Juan el Tuerto se mostraron descontentos y afirmaron que no consentirían que el cargo de Merino mayor de Castilla fuera desempeñado por Garcilaso I de la Vega.{{Harvnp|Cerdá y Rico|1787|pp=45-46}}
Línea 101:
Poco después la reina María de Molina se entrevistó con don Juan Manuel en [[Tudela de Duero]], le ordenó que dejase de utilizar el sello real y le propuso entregarle a cambio una llave de la Cancillería real, a lo que don Juan Manuel se negó, pues deseaba ser nombrado tutor del rey Alfonso XI. Mientras tanto, [[Juan el Tuerto]] y sus partidarios, entre los que se contaba Fernando de la Cerda, Pedro Fernández de Castro y [[Lope Díaz de Haro (m. 1322)|Lope Díaz de Haro]], se habían reunido en la ciudad de Burgos junto con los representantes de los concejos de Castilla y obtuvieron de éstos la concesión de siete servicios y comenzaron a utilizar un sello de la Hermandad de los concejos de Castilla. En vista de ello, la reina María de Molina y el infante Felipe, que también estaban reunidos con los representantes de los concejos que les apoyaban, obtuvieron de éstos la concesión de seis servicios para poder pagar a sus mesnadas.{{Harvnp|Cerdá y Rico|1787|pp=50-51}}
 
Poco después la reina consiguió reconciliar al infante Felipe con don Juan Manuel, y ambos juraron solemnemente en presencia del [[obispo de Sigüenza]] y de otros notables del reino que no irían a la frontera por separado ni sin el consentimiento de la reina María de Molina. Poco después el infante Felipe se dirigió a la ciudad de [[León (España)|León]], se la arrebató a los partidarios de Juan el Tuerto, y dejó al frente de ella a [[Rodrigo Álvarez de las Asturias]]. Después, el infante Felipe se dirigió a [[Mayorga]] y estando allí estuvo a punto de librarse una batalla entre sus tropas y las de Juan el Tuerto y sus partidarios, quienes saquearon las tierras de los partidarios del infante Felipe, al tiempo que ésteeste último saqueaba y devastaba desde Mayorga las tierras que pertenecían a Juan el Tuerto y a su madre.{{Harvnp|Cerdá y Rico|1787|pp=52-56}}
 
El infante Felipe de Castilla firmó un acuerdo con los emisarios del rey de Granada en la ciudad de [[Baeza (España)|Baeza]] el día 18 de junio de 1320.{{Harvnp|Suárez Fernández|1976|p=246}} En dicho acuerdo se pactó una tregua de tres años entre el reino de Granada y el reino de Castilla y León, que fue rota en 1323. En el Acuerdo de Baeza también tomaron parte activa los [[Concejo (historia)|concejos]] de las ciudades más importantes de [[Andalucía]], como [[Córdoba (España)|Córdoba]], [[Jaén]], y [[Sevilla]], aunque también intervinieron en la redacción del acuerdo de paz las [[órdenes militares|Órdenes militares]], cuyas posesiones y fortalezas eran vitales para mantener el equilibrio estratégico entre los ricoshombres y la Corona. Tras el Acuerdo de Baeza de 1320 se inauguró un período de relativa tranquilidad entre el reino de Granada y el [[reino de Castilla y León]], que se vio alterado cuando expiró la tregua acordada en Baeza. Por su parte, [[don Juan Manuel]], que actuaba como tutor del rey con potestad en los asuntos murcianos, pactó su propia tregua con el reino de Granada, y su suegro, [[Jaime II de Aragón]], actuó de igual modo.[[Archivo:Don Juan Manuel.jpg|thumb|300px|Retrato que se supone representa a don Juan Manuel, hijo del infante Manuel de Castilla, y nieto de Fernando III de Castilla. ([[Catedral de Murcia]]).]]
Línea 117:
En vista de la situación, la reina María de Molina decidió apelar a la [[Santa Sede]] y solicitar la intervención del Papa [[Juan XXII]], quien envió una delegación presidida por el cardenal de Santa Sabina, que consiguió imponer una leve tregua entre las distintas facciones rivales. El cardenal llegó a la ciudad de Valladolid a principios de 1321, donde fue recibido con todos los honores. El cardenal se reunió, poco después de su llegada, con Juan el Tuerto y con Fernando de la Cerda, pero ambos sólo consintieron en permitir que la reina María de Molina retrasara su decisión final respecto a la tutoría. La reina convocó entonces Cortes en [[Palencia]] para el próximo mes de abril de 1321, y comunicó dicha convocatoria a don Juan Manuel y al infante Felipe de Castilla, su hijo.
 
Poco después el cardenal de Santa Sabina se entrevistó con don Juan Manuel en [[Portillo (Valladolid)|Portillo]], le entregó al magnate castellano una carta del Papa, y le acusó abiertamente de ser el causante de los disturbios existentes por actuar como tutor del rey sin el respaldo de las Cortes. Don Juan Manuel se disculpó ante el cardenal argumentando que eran muchos los concejos que le apoyaban, a lo que el cardenal replicó amenazándole de diversos modos. Don Juan Manuel solicitó entonces al cardenal un plazo para poder decidir sus próximos movimientos. Poco después el cardenal consiguió que [[Juan el Tuerto]] renunciase a la tutoría del rey, aunque ésteeste último puso como condición para su renuncia que el infante Felipe también renunciase a la misma. El infante Felipe comunicó entonces que él estaba dispuesto a hacer lo que le indicase su madre, siempre que ella no favoreciera los intereses de don Juan Manuel y, poco después, el cardenal de Santa Sabina regresó junto a la reina.{{Harvnp|Valle Curieses|2000|pp=274-275}}
 
El día 1 de julio de 1321 falleció en la ciudad de Valladolid la reina María de Molina. Antes de morir, la reina convocó a los caballeros del [[Concejo de Valladolid]] y les encomendó a su nieto Alfonso XI a fin de que velasen por él, le cuidasen y le protegiesen.
 
=== La tercera tutoría de Alfonso XI (1321-1325) ===
La defunción de la reina María de Molina provocó que la tutoría de Alfonso XI fuera ejercida, aunque sin contar con el respaldo de las Cortes, por Juan el Tuerto, don Juan Manuel y el infante Felipe de Castilla. ÉsteEste último fue reconocido como tutor en las [[Cortes de Valladolid de 1322]], que él mismo había convocado, por un periodo de cuatro años, en espera de que el rey Alfonso XI alcanzara la mayoría de edad.[[Archivo:Pisuerga VA (1).JPG|thumb|230px|El [[río Pisuerga]] a su paso por la ciudad de [[Valladolid]]. En las [[Cortes de Valladolid de 1322]] el infante Felipe fue reconocido como tutor del rey Alfonso XI por un período de cuatro años, hasta que el monarca alcanzase la mayoría de edad.]]
 
La solución de una tutoría compartida de Alfonso XI no satisfizo a ninguno de los tres tutores, en especial a Juan el Tuerto, quien, apenas transcurrido un mes desde que finalizaron las Cortes de Valladolid de 1322, convocó otras en la misma ciudad. La inestabilidad del reino estaba siendo aprovechada por los ricoshombres, que cometían muchos robos y asesinatos en sus áreas de influencia, contando con el apoyo de los diferentes tutores del rey, que no deseaban perder su apoyo.
Línea 130:
A comienzos de 1324 Juan el Tuerto convocó en Burgos a García de Villamayor, Juan Rodríguez de Rojas, Juan Martínez de Leiva y Garcilaso de la Vega, partidarios todos ellos del infante Felipe, y ordenó dar muerte a los dos primeros y prender a Juan Martínez de Leiva, aunque Garcilaso de la Vega no acudió al encuentro, pues temía que fuera una argucia de Juan el Tuerto.
 
La ciudad de [[Zamora]] abandonó el partido de Juan el Tuerto y envió una delegación a [[Sevilla]], a fin de reconocer como tutor al infante Felipe a cambio de su protección frente a los ataques de Juan el Tuerto. ÉsteEste último, al tener noticia de ello, solicitó la ayuda de don Juan Manuel, y ambos se dirigieron a Zamora con el propósito de sorprender allí al infante Felipe. A continuación estuvo a punto de librarse una batalla campal entre los tres tutores, aunque al final ninguno de los tres se atrevió a iniciar la batalla. Por ello, don Juan Manuel y Juan el Tuerto se dirigieron a [[Corrales del Vino|Corrales]], y el infante Felipe se dirigió junto con sus tropas a los arrabales de la cercana ciudad de Zamora.{{Harvnp|Sánchez-Arcilla Bernal|2008|p=106}}
 
Cuando Alfonso XI, que se encontraba en Valladolid, tuvo conocimiento de la batalla campal que había estado a punto de librarse entre sus tres tutores, ordenó reunir a los caballeros que le acompañaban en su Corte y a los representantes del concejo de Valladolid. Todos ellos acordaron enviar mensajeros a los tres tutores para intentar mediar en el conflicto. Poco después, los tres tutores estuvieron a punto de alcanzar un acuerdo de paz, pero la negativa de Juan el Tuerto a reconciliarse con Garcilaso de la Vega, partidario del infante Felipe, frustró el intento. Don Juan Manuel se dirigió entonces a [[Escalona (Huesca)|Escalona]], Juan el Tuerto a [[Vizcaya]], y el infante Felipe a Zamora, donde ésteeste último fue reconocido como tutor. Desde allí, el infante Felipe se dirigió a la [[Tierra de Campos]] para devastar las propiedades de don Juan Manuel. Cuando Juan el Tuerto tuvo conocimiento de ello puso sitio al municipio de [[San Pedro de Latarce]], que pertenecía a [[Álvar Núñez Osorio]], partidario del infante Felipe de Castilla, y se apoderó de él. Poco después, el infante Felipe se apoderó pacíficamente del municipio de [[Portillo (Valladolid)|Portillo]] y saqueó las propiedades de los partidarios de don Juan Manuel que allí moraban.{{Harvnp|Cerdá y Rico|1787|pp=69-73}}
 
Poco después el infante Felipe de Castilla se apoderó de la ciudad de [[Segovia]], excepto de su [[Alcázar de Segovia|alcázar]], fue reconocido como tutor en ella, y dejó al frente de ella a Pedro Lasso de la Vega, hijo de [[Garcilaso I de la Vega]]. No obstante, los vecinos de Segovia se sublevaron contra Pedro Lasso de la Vega debido a los desafueros cometidos por ésteeste último, y mataron a varios de los partidarios del infante Felipe de Castilla.{{Harvnp|Cerdá y Rico|1787|pp=74-76}}
 
Poco después las ciudad de [[Sevilla]] abandonó el partido del infante Felipe, pues el almirante [[Alonso Jofre Tenorio]], con la ayuda de algunos ricoshombres, caballeros y ciudadanos, expulsó a los partidarios del infante Felipe, y recibió de Alfonso XI la orden de no dejar entrar en Sevilla al infante Felipe ni a ninguno de los otros tutores. La pérdida de Sevilla supuso un importante revés para las aspiraciones del infante Felipe, quien se dirigió a la frontera de Andalucía para reforzar sus posiciones. Hallándose el infante Felipe en [[Carmona]], tuvo conocimiento de que en [[Jerez de la Frontera]] se preparaba un movimiento contra él análogo al de Sevilla. Por ello, el infante Felipe de Castilla se dirigió a Jerez de la Frontera y ordenó ejecutar de forma cruel a diez habitantes de la ciudad, acusándolos de traición, pues pretendían entregar la ciudad a los musulmanes.{{Cita Harvnp|Sánchez-Arcilla Bernal|2008|p=108}}{{Cita Harvnp|Cerdá y Rico|1787|pp=77-78}}
Línea 150:
En el monasterio de las Huelgas de Burgos se conserva un sepulcro de piedra liso que por tradición ha sido adjudicado al infante Felipe de Castilla. En el interior del sepulcro, según se comprobó durante una exploración arqueológica llevada a cabo en la década de los cuarenta del [[siglo XX]], se encontraban, en completo desorden, huesos sueltos, restos de tejidos y tablas sueltas del ataúd, pues casi todos los sepulcros habían sido profanados por los soldados franceses durante la [[Guerra de la Independencia Española]].{{Harvnp|Gómez Moreno|1946|p=35}}
 
No obstante lo anterior, en el coro del monasterio de Santa Clara de [[Allariz]] se encontraban dos tumbas altas de madera en las que se aseguraba que reposaban los restos del infante Felipe y los de su esposa, Margarita de la Cerda, y según consta en el testamento de éstaesta última, otorgado en Santa Olalla el día 4 de mayo de 1328, el infante Felipe ya había sido enterrado allí, y su esposa también deseaba ser sepultada en el mismo lugar.{{Harvnp|Arco y Garay|1954|p=272}}
 
== Matrimonio y descendencia ==