Diferencia entre revisiones de «Posromanticismo»

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Con el posromanticismo los escritores y artistas se rebelaban contra la forma de vida burguesa refugiándose en su intimidad, en la soledad, en la marginalidad (exagerando los principios materialistas del realismo y extendiéndolos a capas sociales, entornos y temáticas que rehúye la burguesía mediante la estética del [[naturalismo]]), en el [[esteticismo]], en la postura ''[[dandy]]'' o ''[[snob]]'' o evasivo-aventurera ([[Emilio Salgari]], [[Jack London]], [[Julio Verne]], Stevenson...), o bien desdoblan su identidad burguesa creándose máscaras de [[heterónimo]]s (los [[Monólogo dramático|monólogos dramáticos]] de [[Robert Browning]]) o recurriendo al tema del "doble" (''El doctor Jekill y Mr. Hyde'' de [[Robert Louis Stevenson]]; ''El retrato de Dorian Gray'' de [[Oscar Wilde]]). Estas posturas nacen de la falta de identidad burguesa, que les produce un característico inconformismo. En su deseo de evadirse de la angustia que les provoca la hipocresía de la sociedad (especialmente notoria en la sociedad victoriana) y su falta de ser en ella caen en ciertos vicios como el [[alcohol]] y las [[droga]]s. A veces incluso enloquecen o se suicidan.
 
La narrativa y el teatro continuarán siendo realistas, bien intensificando el realismo (el [[naturalismo]] del narrador [[Émile Zola]], de los dramaturgos [[Henrik Ibsen]], [[August Strindberg]], [[George Bernard Shaw]], tentados también por el simbolismo), bien huyendo de los factores más misteriosos e inquietantes de la realidad (los misterios que resuelve "lógicamente" el Sherlock Holmes de [[Arthur Conan Doyle]]), cultivándose una novela de ocultas tendencias simbolistas ([[Herman Melville]]), o una [[novela de aventuras]] victoriana, impecablemente construida y con detalles rigurosamente históricos, pero que reflejando siempre alguna antítesis o paradoja esencial: [[Robert Louis Stevenson]], [[Joseph Conrad]], [[Arthur Conan Doyle]]. El teatro sigue asimismo similares tendencias hacia un cierto simbolismo. La poesía, por el contrario, seguirá siendo romántica, pero buscará lo íntimo, subjetivo y personal o recurrirá a formas como el [[monólogo dramático]], en que el poeta encarna la voz de personajes ficticios literarios o históricos reales con los que se identifica. Se pierde el interés por la rebeldía y el espectáculo y se centra la atención en lo emotivo que puede poseer el poema y se olvidan los elementos narrativos en favor de lo puramente lírico o formal. Es más personal e intimista y se rehúye la grandilocuencia y la retórica que no busca la sensibilidad directa o el tono meditativo; se buscan quintaesencias fraguando [[símbolo]]s personales o una belleza trascendente y nuevas formas métricas además de nuevos ritmos y la pluralidad en las ideas poéticas. En su seno existe la angustia expresada por un conflicto insuperable entre el [[romanticismo]] y el [[realismo literario|realismo]], que a veces para en la regresión o [[pulsión de muerte]], por lo que con frecuencia suelen ser interpretados sus autores como románticos descolgados; en filosofía, son decantadamente [[Pesimismo|pesimistas]]: [[Philipp Mainländer]], [[Eduard von Hartmann]].
 
Son narradores posrománticos [[Herman Melville]], [[Thomas Carlyle]], [[G. K. Chesterton]]; la ''Madame Bovary'' de [[Gustave Flaubert]] es una novela posromántica. Lord [[Alfred Tennyson]], [[Oscar Wilde]], [[Elizabeth Barrett-Browning]] y su marido [[Robert Browning]] son también poetas posrománticos. En Italia puede citarse a [[Giovanni Pascoli]].