Cardea, también conocida como Cardinea y Cardo, en la mitología romana era la diosa de la salud, los umbrales, las bisagras y pomos de las puertas, y diosa titular de las casas romanas; también estaba asociada con el viento. Protegía a los niños de los vampiros y las brujas, y era también benefactora de los artesanos. Es uno de los dioses lares protectores del hogar junto con Limenatis, Fórculo y Jano. Su nombre procede de cardo, que significa «gozne».

En el relato mitológico, Cardea fue originalmente una ninfa que habitaba antes de la fundación de Roma en las colinas en las que luego se asentaría. Fue violada por el dios Jano, quien como indemnización por haberle quitado la virginidad le concedió el privilegio de amparar y defender las puertas de las casas romanas.[1]

Culto editar

Su culto fue importante en la antigua Roma, y era adorada en la festividad de Beltane y el 1 de junio —conocido como carnai o calenda de las habas—, al ser ambos vistos como una «bisagra» metafórica del año. Se colgaban máscaras, bolas y figurillas (oscilla) en las entradas o en los árboles en su honor, para fomentar el crecimiento de las cosechas. El árbol de espino estaba consagrado a ella.

Ovidio decía de Cardea, en lo que parece ser una fórmula religiosa, que «su poder es abrir lo que está cerrado y cerrar lo que está abierto».

Véase también editar

Referencias editar

  1. [1], Giuseppina Sechi Mestica, Diccionario de mitología universal - Página 50. - 1998.