Luisa Ulrica de Prusia

Reina consorte de Suecia (1751-1771)

Luisa Ulrica de Prusia (Berlín, 24 de julio de 1720-Svartsjö, 16 de julio de 1782) fue reina de Suecia por su matrimonio con Adolfo Federico de Suecia. Era hija del rey Federico Guillermo I de Prusia y de Sofía Dorotea de Hannover.

Luisa Ulrica de Prusia

Luisa Ulrica de Prusia, reina de Suecia, retratada por Antoine Pesne en 1744.

Reina consorte de Suecia
25 de marzo de 1751-12 de febrero de 1771
Predecesora Ulrica Leonor de Suecia
Sucesora Sofía Magdalena de Dinamarca

Información personal
Nombre de nacimiento Luise Ulrike von Preußen Ver y modificar los datos en Wikidata
Nombre en sueco Lovisa Ulrika av Preussen Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 24 de julio de 1720 Ver y modificar los datos en Wikidata
Bandera de Reino de Prusia Berlín, Reino de Prusia
Fallecimiento 16 de julio de 1782 Ver y modificar los datos en Wikidata (61 años)
Bandera de Suecia Castillo de Svartsjö, Ekerö, Reino de Suecia
Sepultura Iglesia de Riddarholmen
Nacionalidad Alemana
Religión Luteranismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Familia Casa de Hohenzollern Ver y modificar los datos en Wikidata
Padres Federico Guillermo I de Prusia Ver y modificar los datos en Wikidata
Sofía Dorotea de Hannover Ver y modificar los datos en Wikidata
Cónyuge Adolfo Federico de Suecia (1744-1771) Ver y modificar los datos en Wikidata
Hijos
Información profesional
Ocupación Salonnière, aristócrata y consorte Ver y modificar los datos en Wikidata
Género Retrato pictórico Ver y modificar los datos en Wikidata

Biografía editar

La princesa Luisa Ulrica se comprometió en Berlín el 17 de julio de 1744 con el entonces heredero a la corona de Suecia, Adolfo Federico de Holstein-Gottorp. La celebración del matrimonio se llevó a cabo en Suecia, en el Palacio de Drottningholm, el 29 de agosto de 1744. Su marido había sido elegido como heredero gracias en parte a la influencia rusa en el parlamento.

Luisa Ulrica intervino muy pronto en las actividades políticas. Como su hermano Federico II de Prusia, era admiradora de la cultura francesa y buscó alianzas entre Adolfo Federico y el partido de los sombreros, proclives a la política francesa. El acercamiento con los sombreros motivó disgustos entre el cuerpo diplomático ruso, y ello a su vez fomentó que los sombreros, celosos de la independencia rusa, fortalecieran sus lazos con el heredero.

Desde sus años de princesa en Suecia, Luisa Ulrica llevó una activa vida social, llena de actividades artísticas y culturales. Residía en fastuosos palacios, de los cuales su favorito era el de Drottningholm. Sus lujos y su despilfarro resultaron muy caros para las finanzas públicas.

Cuando Adolfo Federico se convirtió en rey de Suecia, en 1751, los sombreros se negaron a aumentar la influencia de la monarquía en la política, lo que derivó en una abierta enemistad entre los reyes y el parlamento. En esa coyuntura, se rumoreó que Luisa Ulrica había empeñado sus joyas para financiar una revolución que trajera de vuelta la monarquía absolutista. El rumor propició un inventario de las joyas de la corona. Con todo, la reina llevó sus ambiciones al extremo y conspiró en los preparativos de una revolución. El complot fue descubierto en 1756, con la consecuente ejecución de varios partidarios de la reina. Luisa Ulrica recibió una amonestación por parte del clero, que la encontró responsable de las muertes. A partir de entonces el poder de los reyes descendió como nunca en la historia de la Suecia contemporánea.

La reina cobró importancia nuevamente tras el estallido de la guerra de los Siete Años, en la que Suecia tomó parte en la coalición contra Prusia. El partido de los sombreros perdió prestigio con la guerra y buscó a la reina a fin de pactar la paz con Prusia, aludiendo al vínculo familiar que Luisa Ulrica mantenía con ese país.

Perdidas sus esperanzas de entablar alianzas sólidas con sus adversarios en el parlamento, Luisa Ulrica encontró un poderoso colaborador en su hijo, el príncipe Gustavo (posteriormente Gustavo III), cuya actividad política lo llevó a escalar rápidamente en el partido de la corte, el instituto político representante de los intereses monárquicos en el parlamento. Las relaciones con su hijo se estropearon súbitamente, luego de que la reina se negara a aceptar el liderazgo de aquel por encima del propio.

En 1777, fue obligada a abandonar Drottningholm con todo su acervo artístico, que pasó entonces a resguardo del Estado. En 1778, cuando nació el primogénito de Gustavo, Luisa Ulrica despertó al parecer el rumor de que el príncipe no era hijo del rey. El rumor violentó la relación con Gustavo, y fue obligada a hacer una aclaración pública en la que desmentía el rumor. A partir de entonces, a Luisa Ulrica se le prohibió presentarse en la corte, y tuvo que vivir en una especie de exilio, en la soledad de los castillos de Fredrikshov o de Svartsjö. En su lecho de muerte se reconcilió con su hijo. Falleció en el castillo de Svartsjö el 16 de julio de 1782.

Títulos y tratamientos editar

   24 de julio de 1720-29 de agosto de 1744:   Su alteza real la princesa Luisa Ulrica de Prusia   
   29 de agosto de 1744-25 de marzo de 1751:   Su alteza serenísima la duquesa de Holstein-Gottorp   
   25 de marzo de 1751-12 de febrero de 1771:   Su majestad la reina de Suecia   
   12 de febrero de 1771-16 de julio de 1782:   Su majestad la reina madre de Suecia   
    * Véase Tratamientos protocolarios de la monarquía y la nobleza.  * La cursiva solo se emplea para distinguir tratamiento de título.

Ancestros editar

Referencias editar


Predecesora:
Ulrica Leonor de Suecia
Reina consorte de Suecia
25 de marzo de 1751-12 de febrero de 1771
Sucesora:
Sofía Magdalena de Dinamarca