Nicéforo Brienio (padre)

Nicéforo Brienio fue hijo mayor del etnarca Nicéforo Brienio. Ingresó al ejército bajo las órdenes de su padre en el reinado de Romano IV Diógenes del que fue hermano adoptivo. Apreciado por su inteligencia y rectitud participó junto al emperador en su última campaña contra los selyúcidas en 1071, fecha en la que obtuvo el título de magistros y Duque de Dirraquio (Dux de Dyrrachium). Aplastó el levantamiento eslavo de 1072 y fue el representante más distinguido de la aristocracia militar bizantina en el área europea del imperio. En noviembre de 1077 entró como emperador en Adrianópolis, su ciudad natal, y desde allí envió fuerzas contra las murallas de Constantinopla. Su alzamiento coincidió con el de su homónimo Nicéforo Botaniates en Asia Menor, quien le tomó la delantera y se hizo con la capital en marzo de 1078, forzando la renuncia de Miguel Parapinaces. Su rebelión fue sofocada poco después por Alejo Comneno, a la sazón uno de los generales de Botaniates. Fue cegado entre abril y mayo de 1078 y murió c. 1095.[1]

Nicéforo Brienio
Información personal
Nombre en griego Νικηφόρος Βρυέννιος ο πρεσβύτερος Ver y modificar los datos en Wikidata
Apodo El Rebelde
Nacimiento Siglo XI Ver y modificar los datos en Wikidata
Adrianópolis
Fallecimiento 1095
Adrianópolis
Familia
Padre Nikephoros Bryennios Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Poedro
Magistros (1071)
Corupalates
Protonobilisimo
Duque de Dirraquio (1071)
Duque de Bulgaria (1074)
Cargos ocupados Estratego Ver y modificar los datos en Wikidata
Lealtad Bandera del Imperio Bizantino Imperio bizantino
Rama militar Ejército
Rango militar Comandante
Conflictos Batalla de Manzikert

Bibliografía editar

  1. COMNENO, Ana. Alexiada. Traducido por Emilio Díaz Rolando. 1 ed. Sevilla.: Universidad de Sevilla, 1989. 700 p. (Colección Clásicos Universales; no. 3). ISBN 978-84-7405-433-0.
Nicéforo Brienio
«... su elevada estatura, la belleza de su rostro y la superioridad que manifestaba sobre sus contemporáneos gracias a la seriedad de carácter y la fuerza de sus brazos. Era tan diestro en persuadir a la gente y tan capaz de atraerse a todos desde su primera mirada y su primera conversación, ...»
Alexiada, por Ana Comneno (1148).