Plata dulce

película de 1982 dirigida por Fernando Ayala

Plata dulce es una película argentina de comedia dramática-histórica de 1982 dirigida por Fernando Ayala en base al guion de Oscar Viale y Jorge Goldemberg. Protagonizada por Federico Luppi y Julio de Grazia. Coprotagonizada por Gianni Lunadei, Nora Cullen, Adriana Aizemberg y Flora Steinberg. También, contó con la actuación especial de Alberto Segado. Y la presentación de Marina Skell. Fue estrenada el 8 de julio de ese año y recibió el Cóndor de Plata a Mejor película en 1983.

Contexto histórico editar

La historia del film está ubicada a fines de los años '70 y principios de los años '80, cuando Argentina se encontraba bajo el yugo de la última dictadura cívico-militar, la cual implementó una política económica neoliberal que llevó directamente tanto a la caída de la actividad industrial como a un incremento de la actividad financiera y el número de bancos operando. Al mismo tiempo, tanto la deuda externa como el nivel de desempleo aumentaron de manera prácticamente exponencial.[1]

En 1977 se promulgó la Ley 21 526 de Entidades Financieras que reformó el sistema financiero,[2]​ obligando al Estado a dejar de financiarse con préstamos del Banco Central y comenzar a hacerlo con créditos internos y externos. La demanda estatal de crédito interno contribuyó a sostener elevada la tasa de interés, por encima de la internacional, lo cual estimuló el ingreso de capital especulativo.[3]

Con el objetivo de controlar la demanda de divisas y mantener una política de atraso cambiario, Martínez de Hoz implementó a fines de 1978 un sistema de devaluación programada, apodado «la tablita». Junto con la ley de entidades financieras antes mencionada, la tablita promovería la especulación financiera desmedida. La medida se tomó para intentar compensar las pérdidas ocasionadas a los ahorristas por la diferencia entre la tasa de interés pagada a los depósitos a plazo fijo y la inflación; para proteger a las entidades financieras, el Estado se hizo responsable del pago de los depósitos. El coste de estas medidas, que ocasionaron el cierre de más de veinticinco entidades crediticias, cuyos pasivos debió asumir el Estado, fue enorme; también lo fue para los consumidores, que debieron hacer frente a un mercado de crédito liberalizado, cuyas tasas aumentaron parejamente a las pagadas por los depósitos. Los créditos hipotecarios alcanzaron una tasa de interés del cien por ciento anual, que resultó impagables para numerosos deudores, y condujo a una gran parte de la población a perder la propiedad de sus viviendas. El resultado combinado de las políticas económicas internas y la situación financiera internacional de abundantes capitales buscando plazas de inversión, impulsó un nivel de endeudamiento récord.

El tramo final de la historia del film se ubica en 1981, durante la etapa cracterizada por la famosa frase «El que apuesta al dólar pierde», dicha por el entonces ministro de Economía argentino, Lorenzo Sigaut, en ese mismo año y poco antes de una gran devaluación.[4]

Sinopsis editar

A fines de los años '70 y durante la última dictadura cívico-militar argentina (1976—1983), dos empresarios, Carlos Teodoro Bonifatti (Luppi) y su socio Rubén Molinuevo (De Grazia), están dedicados a la venta de botiquines e intentan mantener su fábrica abierta frente a los embates de la profunda desindustrialización que está llevando a cabo la dictadura militar, que amenaza la propia subsistencia de su negocio. Uno de ellos, Bonifatti, es contactado por su viejo amigo Osvaldo Juan Arteche (Gianni Lunadei), quien le ofrece dedicarse juntos a negocios financieros y especulativos en auge en pos de ganar rápido mucho dinero, y para lo cual Arteche necesita contar con "alguien de confianza". Bonifatti decide entonces abandonar el negocio de los botiquines y asume como gerente de un banco, mientras su ex socio Molinuevo se empeña en continuar con la fábrica pese a la grave crisis. Al principio los hechos parecen darle la razón a Bonifatti cuando empieza a enriquecerse, obteniendo auto nuevo, casa nueva y crecidas ganancias. Sin embargo, al poco tiempo se produce un hecho inesperado que cambia para siempre las vidas de Bonifatti y Molinuevo.

Reparto editar

Producción editar

La película iba a titularse originalmente «Dios Ha De Ser Argentino», pero poco antes de su estreno la última dictadura cívico-militar había empezado la campaña bélica en las Islas Malvinas. Los productores del film temieron entonces que el público malinterpretaría el título de la película (al creer que sería una simple propaganda patrocinada por el gobierno) y se mantendría alejado de la misma. Por este motivo cambiaron el título a Plata dulce.

Premios editar

Referencias editar

  1. A 30 años de la noche más larga – Economía: Martínez de Hoz y la patria financiera. El derrumbe de salarios y la plata dulce Archivado el 15 de mayo de 2010 en Wayback Machine. 24-03-2006, Clarín
  2. «LEY N.º 21 526». Infoleg. Consultado el 28 de junio de 2020. 
  3. Revista de Ciencias Sociales N.º 62, marzo de 2006, Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires
  4. artículo en el sitio web Todo Argentina (Buenos Aires). Archivado el 1 de agosto de 2008 en Wayback Machine. Consultado el 22 de abril de 2017

Enlaces externos editar