Rinosinusitis

inflamación de la mucosa de la nariz y de los senos paranasales

La rinosinusitis o sinusitis es una respuesta inflamatoria de la mucosa de la nariz y de los senos paranasales que puede deberse a una infección por agentes bacterianos, virales, hongos, un cuadro alérgico o a una combinación de estos factores. El término rinosinusitis define de mejor forma esta enfermedad, puesto que casi siempre se acompaña de inflamación de la mucosa nasal o está precedida de ella.[1][2][3]

Sinusitis

Radiografía que muestra congestión de orificio nasal maxilar izquierdo indicado por una flecha.
Especialidad otorrinolaringología
Sinónimos
  • Rinosinusitis
  • Sinusitis paranasal

Se caracteriza por rinorrea (secreción por la nariz), obstrucción nasal y dolor facial; puede haber hiposmia o anosmia, tos, fiebre, fatiga, dolor dentario, halitosis y malestar ótico.[2]

De acuerdo con la duración de la enfermedad puede ser calificada como aguda si dura menos de cuatro semanas, subaguda si su duración es de cuatro a doce semanas y una forma crónica con más de doce semanas de enfermedad.[2]

La sinusitis es una infección en general autolimitada en un 40-50 % de los pacientes, de manera que los antibióticos no deben utilizarse como tratamiento de primera línea. Existen pocas pruebas que demuestren la efectividad del uso de adyuvantes como corticosteroides nasales y, menos aún, de los descongestionantes sistémicos. Los pacientes con sinusitis crónica o recurrente requieren remisión a una consulta de otorrinolaringología para considerar una cirugía endoscópica funcional de los senos paranasales.

Etiología editar

La rinosinusitis viral normalmente dura 7 a 10 días, mientras que la sinusitis bacteriana es más persistente. Entre aproximadamente 0,5 % y 2 % de las sinusitis virales progresan a sinusitis bacteriana. Una hipótesis postula que la infección bacteriana comienza al sonarse continuamente la nariz.[4]

Si la infección es de origen bacteriano, los tres agentes causales más comunes son el Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae y Moraxella catarrhalis.[5]​ En el pasado, el Haemophilus influenzae era el agente bacteriano más frecuente causante de infecciones de los senos paranasales. Sin embargo, desde la introducción de la vacuna contra Hib ha habido una disminución drástica en infecciones causadas por H. influenza tipo B y ahora son más frecuentes las cepas no-tipables de la bacteria. Otras bacterias patógenas incluyen el Staphylococcus aureus y otras especies de estreptococos, bacterias anaerobias y, con menos frecuencia, bacterias gram negativas.[6]

Los episodios agudos de sinusitis también pueden ser resultado de infecciones por hongos. Éstas son más frecuentes en pacientes con diabetes u otras deficiencias inmunitarias, como los pacientes con sida o que estén recibiendo fármacos antirrechazo de trasplantes y puede ser potencialmente mortal. En la diabetes mellitus tipo I, la cetoacidosis conlleva a una sinusitis por mucormicosis.[7]

La irritación química o el humo de cigarrillos también pueden causar sinusitis. En ocasiones, especialmente entre la segunda y tercera década de la vida, puede ser causada por una infección dental.[8]

Las causas de la rinosinusitis crónica, aún desconocidas, pueden incluir alergias, factores ambientales tales como el polvo o la contaminación e infección bacteriana u hongos (alérgica, infecciosa o reactivos). Los factores no alérgicos, como la rinitis vasomotora, también pueden causar sinusitis crónica. Los senos paranasales anormalmente estrechos pueden impedir el drenaje de las cavidades de seno, por lo que también podrían ser un factor desencadenante, así como la fibrosis quística.[9]

En la sinusitis crónica se observa una combinación de bacterias anaerobias y aeróbicas, incluyendo Staphylococcus aureus y Staphylococci coagulasa negativo. Normalmente los antibióticos ofrecen solo un beneficio temporal, aunque se han propuesto mecanismos en los que se incluyen una hiperreactividad a las bacterias en la sinusitis con pólipos.

Un desarrollo más reciente (aún debatido) en la etiología de la sinusitis crónica es el papel que pueden desempeñar los hongos. Estos pueden encontrarse en las fosas nasales y los senos de la mayoría de los pacientes con sinusitis, pero también en personas sanas. No queda claro si el hongo es un factor definitivo en el desarrollo de la sinusitis crónica y, si lo fuere, cuál podría ser la diferencia entre quienes desarrollan la enfermedad y quienes no lo hacen. Las investigaciones con tratamientos antimicóticos han producido resultados variables.

Patogenia editar

La fisiopatología de la afección viene determinada por una oclusión de los orificios por donde habitualmente drenan los senos paranasales, lo cual hace que se acumulen secreciones en su interior que actúan como caldo de cultivo para los patógenos antes mencionados.

La sinusitis bacteriana aguda generalmente ocurre después de una infección de las vías respiratorias altas que resulta en la obstrucción de la cavidad sinusal, depuración mucociliar deficiente y la sobreproducción de secreciones.

Cuadro clínico editar

 
Ilustración que muestra los senos paranasales.

Caracterizada por dolor en la zona del seno inflamado, pudiendo o no aparecer fiebre, obstrucción nasal, rinorrea (en ocasiones purulenta), secreción retronasal, dolor en las muelas por infección en las encías, cefalea grave que comúnmente se proyecta a los senos paranasales que pueden tener crisis de 1 a 5 horas; sobre todo secundario a episodios de tos.[10]​ En cualquier caso se requiere la consulta al médico, ya que es una enfermedad generalmente benigna, pero pueden aparecer complicaciones graves si no es tratada oportunamente. Puede evolucionar en un asma o rinitis con su progresivo avance, y puede presentar un cuadro de molestias musculares, dando la sensación de tener esa zona debilitada.

La sinusitis crónica está frecuentemente acompañada por un olor fétido. Esto es más notorio en los casos de sinusitis maxilar crónica de origen dental, donde el mal olor constituye un criterio diagnóstico importante.[11]

Clasificación editar

La sinusitis se clasifica en:

Rinosinusitis aguda editar

La rinosinusitis aguda es aquella que no supera las cuatro semanas de evolución, generalmente ocurre secundaria a una infección del tracto respiratorio superior, usualmente de origen viral. Se presume una etiología bacteriana si dura más de 10 días o si se presenta en forma severa o con secreción purulenta por más de tres días.[3][9]

Rinosinusitis crónica editar

La rinosinusitis crónica es aquella que persiste por más de tres meses (doce semanas)[3]​ y constituye un complejo espectro de enfermedades que tienen en común una inflamación persistente de los senos paranasales. Se divide en aquellos casos que cursan con pólipos nasales a veces denominada sinusitis crónica hiperplásica y los casos sin pólipos.

Diagnóstico editar

 
Sinusitis a la derecha. Volumen libre del seno maxilar reducido por ocupación (abajo en gris). Tomografía computada de haz cónico (CBCT).

En la gran mayoría de los casos de sinusitis aguda, el diagnóstico es exclusivamente clínico, y no hay necesidad de realizar exploraciones y pruebas complementarias.[12]

En casos con sospecha de complicaciones, que son excepcionales, se pueden realizar exámenes vídeo-endoscópicos, así como un TAC (tomografía axial computarizada). Hay que destacar que la utilización exclusiva de los rayos X para el diagnóstico de las sinusopatías está desaconsejada, debido a la alta tasa de fallos que este examen presenta para los senos faciales, incluyendo falsos positivos.

Tratamiento editar

El tratamiento sintomático es parte integral del abordaje de las sinusitis: las medidas generales como mantener una ingesta adecuada de alimentos y de líquidos, mantener la alimentación adecuada (si hay falta clínica de apetito, ofrecer los alimentos en pequeñas cantidades), las medidas preventivas incluyen tratamientos de alergias y evitar factores adversos, como: humo de tabaco, alérgicos, contaminación, trauma bárico y ansiedad.

El uso de antibióticos en la sinusitis aguda con el propósito de controlar el sobrecrecimiento bacteriano es práctica común, aunque aún sometido a controversia científica.[12]

Véase también editar

Referencias editar

  1. Fokkens, W. J.; Lund, V. J.; Mullol, J.; Bachert, C.; Alobid, I.; Baroody, F. (marzo de 2012). «European Position Paper on Rhinosinusitis and Nasal Polyps 2012» [Documento de la posición europea acerca de la rinosinusitis y los pólipos nasales 2012]. Rhinology (en inglés) (Ámsterdam) 50 (1): 1-12. ISSN 0300-0729. PMID 22764607. doi:10.4193/Rhino50E2. Archivado desde el original el 16 de mayo de 2017. Consultado el 26 de mayo de 2017. 
  2. a b c García Díaz, Gloria Estela; Rosana Elsa, Medina Ibarra; Yuribia Karina, Millán Gámez; Armando, Paredes Becerril; Salbador, Zárate Camacho (2009). «Diagnóstico y tratamiento de sinusitis aguda». Catálogo Maestro de Guías de Práctica Clínica (México: CENETEC). Archivado desde el original el 17 de mayo de 2017. Consultado el 26 de mayo de 2017. 
  3. a b c Meltzer, Eli O.; Hamilos, Daniel L.; Hadley, James A.; Lanza, Donald C.; Marple, Bradley F.; Nicklas, Richard A. (diciembre de 2004). «Rhinosinusitis: Establishing definitions for clinical research and patient care» [Rinosinusitis: Estableciendo definiciones para la investigación clínica y la atención de pacientes]. En Elsevier Inc, ed. The Journal of Allergy and Clinical Immunology (en inglés) (Waltham, MA: Elsevier Inc) 114 (Supl. 6): 155-212. doi:10.1016/j.jaci.2004.09.029. Consultado el 8 de agosto de 2013. 
  4. Gwaltney Jr, JM; Hendley, JO; Phillips, CD; Bass, CR; Mygind, N; Winther, B (febrero de 2000). «Nose blowing propels nasal fluid into the paranasal sinuses» [Sonarse la nariz propulsa el fluido nasal al interior de los senos paranasales]. Clin Infect Dis (Charlottesville, VA) 30 (2): 387-391. ISSN 1058-4838. PMID 10671347. doi:10.1086/313661. Consultado el 9 de agosto de 2013. 
  5. PERRET P., CECILIA. Tratamiento antimicrobiano abreviado de infecciones respiratorias altas en pediatría (en español). Rev. chil. infectol. [en línea]. 2002, vol.19, n.1 [citado 2010-02-18], pp. 49-53. ISSN 0716-1018. doi: 10.4067/S0716-10182002000100007.
  6. Pearlman, AN.; Conley, DB. (junio de 2008). «Review of current guidelines related to the diagnosis and treatment of rhinosinusitis.». Curr Opin Otolaryngol Head Neck Surg 16 (3): 226-230. PMID 18475076. doi:10.1097/MOO.0b013e3282fdcc9a. 
  7. TRISTANO, Antonio, CHOLLET, María Eugenia, WILLSON, María et al. Mucormicosis: Reporte de tres casos (en español). Invest. clín. [en línea]. set. 2002, vol.43, no.3 [citado 18 de febrero de 2010], pp. 183-190. ISSN 0535-5133.
  8. DINATALE PAPA, Elio. Diseminación De La Infección Odontogénica: Revisión de la literatura (en español). Acta odontol. venez. [en línea]. ene. 2000, vol.38, no.1 [citado 18 de febrero de 2010], pp. 37-43. ISSN 0001-6365.
  9. a b Fica, Alberto; Díaz, Juan Carlos (2003). «Enfoque diagnóstico y terapéutico de los pacientes adultos con sospecha de sinusitis aguda». En Sociedad Chilena de Infectología, ed. Rev Chil Infectol (Santiago, Chile) 20 (3): 184-192. ISSN 0716-1018. doi:10.4067/S0716-10182003000300006. Consultado el 9 de agosto de 2013. 
  10. García, Joel, et al. «Diagnóstico y tratamiento antimicrobiano de la sinusitis.» Acta Otorrinolaringol, pp. 449-462. España. 2003.
  11. Velásquez Gimon, María Eugenia y González Blanco, Olga. «La Halitosis: Definición, clasificación y factores etiológicos.» Acta odontol. venez. [en línea]. ago. 2006, vol.44, no.2 [citado 18 de febrero de 2010], pp. 240-244. ISSN 0001-6365.
  12. a b Martínez Campos, L., Albañil Ballesteros, R., De la Flor Bru, J., Piñeiro Pérez, R., Cervera, J., Baquero Artigao, F. y cols. «Documento de consenso sobre etiología, diagnóstico y tratamiento de la sinusitis.» Rev Pediatr Aten Primaria. 2013;15:203-18

Enlaces externos editar