Hemeralopía

incapacidad de ver con luz brillante

La hemeralopía (de la palabra griega “εημεραλοπια”, de “εημερα” (hēmera) día y “ωφς” (ōps) y “ωφος” (ōpos), ojo), es un padecimiento donde el paciente percibe visión borrosa en condiciones de alta luminosidad. Se considera un síntoma de una retinopatía, ya sea hereditaria o resultado de una alteración de la capa coriocapilar (capa de Ruysch) de la membrana coroides.[1]

Capas de la retina.

Antecedentes editar

Los conos, células fotorreceptoras de la retina, son muy sensibles en la luz brillante y median en la visión diurna, visión cromática y agudeza de la agudeza visual. Por tanto, la disfunción de los conos da lugar a una mala visión central y en ocasiones problemas con la visión diurna (hemeralopía).[2]

La hemeralopía no tiene relación con la nictalopía -de hecho es el efecto contrario-, dado que puede comprobarse cuando ocurre como efecto adverso de fármacos como la trimetadiona. Cuando un paciente sufre de hemeralopía inducida por drogas, regularmente no ocurre nictalopía, y no requiere descontinuar la medicación.[3]

Diferenciación de términos editar

Muchos libros de texto antiguos, y algunos nuevos dan como sinónimos a la hemeralopía y a la nictalopía,[4]​ sin embargo, nuevas investigaciones en oftalmología y fisiología de la visión permiten hacer una diferenciación sutil. La hemeralopía es un problema que comienza en los bastones y posteriormente en los conos; la nictalopía lo es de los bastones. Estas células fotorreceptoras, más numerosas que los conos, son más sensibles con una iluminación tenue y son responsables de la visión nocturna y periférica. Si se produce una función de los bastones antes o es más intensa que la disfunción de los conos, dará lugar a una mala visión nocturna y pérdida del campo periférico; por lo general, se produce antes la nictalopía.[2]​ La nictalopía es un síntoma temprano de la hipovitaminosis A y, parcialmente, de la vitamina B2, mientras que la hemeralopía, si es hereditaria, no tiene más que tratamientos paliativos, como el uso de lentes oscuros.[3]

Referencias editar

  1. González-Pola, Ángel Moreu (Octubre de 1949). «En torno al problema de la patogenia y tratamiento de las retinopatías hemeralópicas». Archivos de la Sociedad Oftalmologica Hispano-Americana 10 (5): 458-467. ISSN 0365-7051. PMID 14800709. 
  2. a b Kanski, Jack J.; Bowling, Brad; [Et al] (2012). Oftalmología clínica (7a. ed. edición). Amsterdam: Elsevier. p. 648. ISBN 978-84-8086-915-7. 
  3. a b Goodman Gilman, Alfred; Goodman, Louis S.; [et al] (1986). «[20] Drogas efectivas para el tratamiento de la epilepsia». Goodman y Gilman: las bases farmacológicas de la terapéutica (7a. ed. edición). Buenos Aires: Médica Panamericana. p. 447. ISBN 9500608472. 
  4. Bardov, V.G. Higiene y ecología. Libro de texto para la Escuela de Medicina (en inglés). Нова Книга (Nuevo libro). ISBN 9789663821986. Consultado el 15 de marzo de 2018.