Iris (mitología)

deidad de la mitología griega

En la mitología griega, Iris (en griego Ἶρις, ‘arcoíris’) es hija de Taumante y de la oceánide Electra y hermana de las Harpías y de Arce. En la Ilíada, se la describe como mensajera de los dioses; sin embargo, en la Odisea este papel está reservado a Hermes. También aparece en la Eneida como mensajera de Hera. Eurípides la incluye en su tragedia Heracles, Iris aparece como, otra vez, la mensajera de Hera.

Iris, por Pierre -Narcisse Guérin (detalle, óleo Iris y Morfeo.)

Iris es la diosa del arcoíris que anuncia el pacto de unión entre el Olimpo y la tierra al final de la tormenta; al igual que Hermes, es la encargada de hacer llegar los mensajes de los dioses a los seres humanos. También es conocida como una de las diosas del mar y del cielo.

Durante la Titanomaquia, Iris fue elegida para ser la mensajera de los Olímpicos mientras que su hermana gemela, Arce, se convirtió en mensajera de los Titanes.

En el himno homérico a Apolo, los dioses presentes en el nacimiento en Delos, enviaron a Iris para que trajera a Ilitía y ayudara a Leto a dar a luz a Apolo y Artemisa.

En la Ilíada, Iris fue quien avisó a Menelao del secuestro de Helena en Esparta. Impidió a Hera y Atenea entrar en combate para ayudar a los aqueos. Ayudó a Afrodita cuando fue herida por Diomedes, donde la llevó al Olimpo conduciendo las riendas de los caballos de Ares. Además, fue la encargada de avisar a Aquiles para que liberara el cadáver de Patroclo, que estaba en poder de los troyanos. A continuación, Iris acude a la morada de los vientos para informarles de las súplicas de Aquiles; que avivaran la hoguera en la que yacía el cadáver de su amigo. Zeus le ordenó ir hasta la gruta marina de la nereida Tetis, que lloraba por el funesto destino de su hijo Aquiles, y la condujera al Olimpo.

En la Eneida, por orden de Hera, Iris corta el cabello rubio de la reina Dido que une a las personas a la vida. En otro pasaje, Iris toma la forma de la anciana Beroe, para que suscite en las mujeres troyanas el deseo de no viajar más y quemar las naves de Eneas. Por otra parte, Iris acompaña a Turno a la batalla, en donde informa al rey que los troyanos están sin su caudillo.

En la tragedia de Eurípides, Heracles, Iris es la responsable de la locura de Heracles. En una ocasión, Iris le pide a los Argonautas alados, Calais y Zetes que no maten a sus hermanas las Harpías y promete que Fineo no será molestado por ellas nunca más.

Según el poeta romano Ovidio, después de que Rómulo fuese deificado como el dios Quirino, su esposa Hersilia suplicó a los dioses que también la dejaran inmortal para que pudiera estar con su esposo una vez más. Juno escuchó su súplica y envió a Iris hacia ella. Con un solo dedo, Iris tocó a Hersilia y la transformó en una diosa inmortal. Hersilia voló al Olimpo, donde adopta el nombre de Hora y se le permitió vivir con su esposo para siempre.

Iris y Júpiter, de Michel Corneille el joven (1701). Palacio de Versalles, Versalles.

Se representa a Iris como una hermosa joven virgen con alas doradas y con una túnica multicolor, apresurándose a la velocidad del viento de un extremo a otro del mundo, a las profundidades del mar y del inframundo en donde tenía acceso libre. Es la mensajera especialmente de Hera, y está relacionada con Hermes, cuyo caduceo lleva a menudo. Por orden de Zeus, lleva un jarrón con agua del río Estigia, con la que hace dormir a todos los que perjuran. Sus atributos son el caduceo y un jarrón. También es representada suministrando a las nubes el agua que necesitan para inundar el mundo.

Puesto que la función de Iris es transmitir los mensajes de los dioses, Platón relacionaba su etimología con eireín, cuyo significado es «hablar». Así, Iris personificaría la dialéctica y la filosofía. Su origen sería el asombro, puesto que su padre, Taumante, está relacionado etimológicamente con la palabra thoûma (asombro).[1]

Referencias editar

  1. Platón, Diálogos V, p.202, nota 31 de Álvaro Vallejo Campos. Madrid: Gredos (1992), ISBN 84-249-1279-9.

Véase también editar