Krausismo español

desarrollo y continuación en España del modelo filosófico de K. Ch. F. Krause

El krausismo español es el reflejo, desarrollo y continuación en España del modelo filosófico de K. Ch. F. Krause, filósofo alemán contemporáneo de Fichte, Schelling y Hegel, cuya influencia fue la base de la Institución Libre de Enseñanza.[1]​ Sus principales representantes fueron Julián Sanz del Río, su introductor, Gumersindo de Azcárate y Francisco Giner de los Ríos.

Orígenes y desarrollo

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Principios del Derecho natural, publicado en 1873 por Giner de los Ríos.

La presentación del movimiento krausista en España esta asociada al discurso pronunciado por Julián Sanz del Río en la Universidad Central de Madrid el curso 1857-58. El profesor y pensador soriano había tomado contacto con el pensamiento de Krause tras una estancia en Alemania (1843), y su discurso puede considerarse bien un acto fundacional o bien un manifiesto filosófico, orientados hacia el cambio social.[2]​ Esta voluntad de transformación se apoyó en la puesta en marcha de un conjunto de innovaciones en el terreno de la filosofía práctica y la pedagogía, desde una base antropológica. Una de las claves del sistema krausista gira en torno a una concepción armonicista, que se opone al tradicional «dualismo» materia-espíritu –enfrentados como irreconciliables–, y que incidirá de forma creativa en el Derecho natural, la filosofía jurídica, o el origen de un planteamiento sociológico.[3]​ Con todo, Sanz del Río continúa y desarrolla la interpretación de los principales alumnos de Krause, Heinrich Ahrens, Guillermo Tiberghien etcétera.[4]

Tras la presentación académica de Sanz del Río, y un violento rechazo en los estamentos de poder de la universidad española y el gobierno alfonsino –culminado con el llamado ‘Decreto Orovio’–, el krausismo español tendría en Francisco Giner de los Ríos su más efectivo gestor y pensador,[5]​ no solo en el ámbito de la Universidad Central de Madrid.[a]​ A su lado o en torno a él aparecen los nombres de Federico de Castro, Adolfo González Posada, Francisco de Paula Canalejas, y de manera esencial Gumersindo de Azcárate.

La separación de Giner de la docencia oficial a raíz de la «cuestión universitaria»,[6]​ no fue sino la primera piedra de uno de los empeños educacionales y culturales de mayor significación en la historia de España: la Institución Libre de Enseñanza,[7][5]​ como propuesta de un establecimiento privado de enseñanza frente a la decadencia de las antiguas Universidades y el monopolio de la Iglesia en la educación en España.[8]

Objetivos y programa

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El krausismo surgiría en Alemania como intento de abrir una vía intermedia entre las dos grandes líneas de pensamiento germánico: el Idealismo (espíritu, ideas, teoría) y el Materialismo (naturaleza, hechos, práctica).[b][9]

En España, sin embargo, los seguidores de Krause buscaron un medio de conciliar los conflictos que dividieron al país durante el siglo xix como consecuencia del enfrentamiento entre tradición y modernidad mantenido en la España contemporánea.[10]

Algunos estudios consideran el krausismo español una vía intermedia entre la corriente alemana de pensamiento y el Positivismo (o ‘krausopositivismo’) de la segunda mitad del siglo xix. Desde su visión armónica del Universo, el krausismo español buscó superar el escollo de las dos españas,[11]​ planteando un modelo organicista de la sociedad humana estructurado en esferas y una voluntad de conciliación con un programa de preceptos básicos:[12]

  • Secularización progresiva de la sociedad, más cercana al panteismo que al ateísmo,[4]​ en el ámbito de un «talante moderno, liberal, de intachable moralidad y de carácter reformador, frente a los tradicionales, ultramontanos neocatólicos, de tradición antiliberal».[10]
  • Desarrollo del Derecho como garante de las condiciones que permitieran un desarrollarse armónico de la convivencia entre las clases y confesiones reunidas en el país y representadas en el Estado, defendiendo posiciones intermedias entre el individualismo y el socialismo.[13]
  • La Pedagogía como eje de la Educación,[2]​ introduciendo nuevos planteamientos, técnicas y métodos, capítulo esencial para el progreso de la sociedad española.[7]

Krausistas españoles

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Además de sus ya mencionados impulsores, Sanz del Río, Giner, De Azcárate, De Paula, De Castro y González Posada, y los no citados Manuel Pedregal y Cañedo, Teodoro Sainz Rueda, Fernando de Castro y Pajares o Nicolás Salmerón, se pueden integrar en una lista abierta de intelectuales del krausismo español las tres generaciones de alumnos de la Institución Libre definidas por Giner:[7][15][16][5]

Quizá podría añadirse un grupo de ‘seguidores’ del programa krausista, en el que estarían –ya en el siglo xx–: José Luis Abellán, Josefina Aldecoa, Vicente Cacho Viu, Julio Caro Baroja, Elías Díaz, Franco Díaz de Cerio, León Esteban Mateo, Fernando Fernández Bastarreche, María Dolores Gómez Molleda, Antonio Jiménez-Landi, Juan López Morillas, Luis Rodríguez Aranda, Eloy Terrón Abad...[17]

Valores éticos del krausismo

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Julián Sanz del Río tomó los llamados "Mandamientos particulares y prohibitivos" de El ideal para la vida de Krause en su Institución Libre de Enseñanza. Son los siguientes:

  1. Debes hacer el bien, no por la esperanza ni por el temor ni por el goce, sino por su propia bondad: entonces sentirás en ti la esperanza firme en Dios y vivirás sin temor.
  2. Debes cumplir su derecho a todo ser, no por tu utilidad, sino por la justicia para los seres sensibles, no por el agradecimiento o la retribución de ellos y respetando su libertad; y al que bien te hace, vuélvele el bien colmado.
  3. Debes amar individualmente una persona y vivir todo para ella, no por tu goce o tu provecho, sino porque esta persona forma contigo bajo Dios y la humanidad una persona superior (el matrimonio).
  4. Debes ser social, no por tu utilidad, ni por el placer, ni por la vanidad, sino para reunirte con todos los seres en amor y mutuo auxilio ante Dios.
  5. Debes estimarte y amarte no más que estimas y amas a los otros hombres, sino lo mismo que los estimas a ellos en la humanidad.
  6. Debes afirmar la verdad solo porque y en cuanto la conoces, no porque otro la conozca; sin el propio examen no debes afirmar ni negar cosa alguna.
  7. No debes ser orgulloso, ni egoísta, ni perezoso, ni falso, ni hipócrita, ni servil, ni envidioso, ni vengativo, ni colérico, ni atrevido; sino modesto, circunspecto, moderado, aplicado, verdadero, leal y de llano corazón, benévolo, amable y pronto a perdonar.
  8. Renuncia de una vez al mal y a los malos medios aún para el buen fin; nunca disculpes ni excuses en ti ni en otros el mal a sabiendas. Al mal no opongas mal, sino solo bien, dejando a Dios el resultado.
  9. Así, combatirás el error con la ciencia, la fealdad con la belleza, el pecado con la virtud; la injusticia con la justicia; al odio con el amor; el rencor con la benevolencia; la pereza con el trabajo; la vanidad con la modestia; el egoísmo con el sentido social y la moderación; la mentira con la verdad; la provocación con la firme serenidad y la igualdad de ánimo; la malignidad con la tolerancia; la ingratitud con la nobleza; la censura con la docilidad y la reforma; la venganza con el perdón. De este modo, combatirás el mal con el bien, prohibiéndote todo otro medio.
  10. Al mal histórico, que te alcanza en la limitación del mundo y en la tuya particular, no opongas el enojo ni la pusilanimidad, ni la inacción; sino el ánimo firme, el esfuerzo perseverante y la confianza, hasta vencerlo con la ayuda de Dios y de ti mismo.[18]

Mujer y krausismo

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Algunas autoras contemporáneas han analizado la postura de los krausistas españoles sobre la función social de la mujer y el debate en torno al derecho a la educación y derecho al voto.[19]​ El análisis podría sintetizarse en este párrafo: «El principal objetivo de la Escuela Krausista era difundir en España la idea del progreso para situarla a la altura de las naciones más avanzadas, la secularización de la sociedad y la expansión de la cultura, sin embargo el krausismo no planteaba una educación que respondiera a criterios igualitarios: el acceso de las mujeres a la educación debía hacerse de tal manera que no transgrediera el orden establecido, sino que las convirtiera en el soporte fundamental de la familia haciendo de ellas las perfectas esposas, amas de casa, educadoras de su descendencia y administradoras de la fortuna familiar».[20][21]

Véase también

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  1. La obra de Giner cierra prácticamente la labor filosófica del grupo, que heredará fundamentalmente su fervor pedagógico. Ya en el siglo XX, los hombres más rigurosamente ligados a su recuerdo acabarán abocados a un pesimismo que se enmarca en el originado por la crisis general del optimismo racionalista y, a un nivel más amplio, por el reconocimiento de la decadencia. Pero, muchos de los aspectos de su ideología, desprovistos hoy de adherencias propias de su contexto histórico, mantienen una vigencia en la vida nacional y despiertan el interés de los historiadores por este fenómeno cultural.
  2. Planteado como línea de pensamiento o «sistema que trata de armonizar lo existente», parte de una propuesta de «divinización del universo» orientada hacia la «unificación de la Humanidad», tomando como argumento de partida que «las sociedades humanas no dependen del Estado» (ni otro tipo de organización), y como objetivo el «progreso humano en la perfección moral». El ruso Gurvitch definió el método krausista como «análisis reflexivo ascendente, que implica una vuelta a Kant y Descartes, por su teoría de la irreductibilidad de todas las cualidades del mundo, de las esencias («Wesen»), que llevan una existencia independiente de la totalidad divina, a causa de la oposición de la razón o Espíritu («Vernunft, Geist») y de la naturaleza separada por un abismo de la esencia primordial («Urwesen» o divinidad)».

Referencias

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  1. Real Academia Española. «krausismo». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 
  2. a b Ureña, Enrique M. «Krause y la educación». gredos.usal.es (en español). Consultado el 17 de junio de 2018. 
  3. Heredia Serrano, Antonio (1990). «El Krausismo español y la cuestión nacional». Enrahonar: an international journal of theoretical and practical reason, ISSN 0211-402X, ISSN-e 2014-881X, Nº 16, 1990, págs. 105-122 (Universidad de Salamanca) (en español). Consultado el 17 de junio de 2018. 
  4. a b Martín Buezas, 1977.
  5. a b c Cacho Viu, 1962.
  6. Azcárate, 1967.
  7. a b c Jiménez-Landi, 1987.
  8. Capellán de Miguel, Gonzalo. «El problema religioso en la España contemporánea. Krausismo y catolicismo liberal». juntadeandalucia.es (en español). Consultado el 17 de junio de 2018. 
  9. Posada, Adolfo (1936). «Capítulo II: Krause». Breve historia del krausismo español (en español) (1981 edición). Universidad de Oviedo. ISBN 84-7468-051-4. 
  10. a b Payo de Lucas, Jesús Pedro (2017). «Krause y Sanz del Río: principales influencias en el humanismo de Francisco Giner de los Ríos». Ápeiron. Estudios de filosofía, monográfico «El krausismo y el pensamiento filosófico en la España Moderna», n.º 7, 2017, pp. x–xx, Madrid-España (en español). ISSN 2386-5326. Consultado el 18 de junio de 2018. 
  11. Laín Entralgo, Pedro (1962-3). España como problema (en español). Madrid: Aguilar. pp. 23. 
  12. Martín Buezas, 1978.
  13. Capellán, 2006.
  14. Sánchez (coordinador), Isidro (2012). ALMUD, ed. Educación, Ciencia y Cultura en España: Augue y colapso (1907-1940). Pensionados de la JAE. Ciudad Real: Ediciones de Castilla-La Mancha. ISBN 9788493977580. 
  15. Maresca, 1971.
  16. López Morillas, 1980.
  17. Heredia Soriano, Antonio (1975). «Cuatro ensayos de historia de España. El krausismo español». ensayistas.org (en español). Consultado el 17 de junio de 2018. 
  18. Citado por Luis Palacios Bañuelos, "El krausismo y Julián Sanz del Río", en su La España soñada. José Castillejo, un regenerador desde la Institución Libre de Enseñanza. Ciudad Real: Diputación / Biblioteca de Autores Manchegos, 2019, pp. 20-21.
  19. García, Betsabé. «Mujer y krausismo». raco.cat (Universidad de Barcelona) (en español). Consultado el 18 de junio de 2018. 
  20. Mary, Nash (1 de enero de 2002). Seneca Falls: un siglo y medio del Movimiento Internacional de Mujeres y la lucha por el sufragio femenino en España : guía didáctica. Consejería de Educación y Cultura. Consultado el 18 de agosto de 2016. 
  21. Raquel Vázquez Ramil (2006). «La Institución Libre de Enseñanza y su aportación a la educación de la mujer española». www.ciudaddemujeres.com (en español). Archivado desde el original el 10 de agosto de 2016. Consultado el 22 de agosto de 2016. 

Bibliografía

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  • Azcárate, Pablo (1967). La cuestión universitaria: epistolario de Francisco Giner de los Ríos (en español). Madrid. 
  • Cacho Viu, Vicente (1962). La Institución Libre de Enseñanza (en español). Madrid. 
  • Capellán, G. (2006). La España armónica. El proyecto del krausismo español para una sociedad en conflicto (en español). Madrid: Biblioteca Nueva. 
  • Martín Buezas, Fernando (1978). El krausismo español desde dentro. Sanz del Río. Autobiografía de intimidad. Madrid: Tecnos. ISBN 9788430907564. 
  • Maresca, M. (1971). «(11-2) 281». Aportación a una bibliografía del krausismo español. «Anales Cátedra Francisco Suárez». 
  • El contenido de este artículo incorpora material de la Gran Enciclopedia Rialp que mediante una autorización permitió agregar contenidos y publicarlos bajo licencia GFDL. La autorización fue revocada en abril de 2008, así que no se debe añadir más contenido de esta enciclopedia.