La strada
La Strada es una película italiana de 1954, dirigida por Federico Fellini y producida por Dino De Laurentiis y Carlo Ponti. Los protagonistas son Anthony Quinn y Giulietta Masina, quien era la esposa de Fellini. Es considerada un ejemplo clásico del período neorrealista de este director. Esta película le otorgó un sólido prestigio internacional.[1]
La Strada | |||||
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Ficha técnica | |||||
Dirección | |||||
Producción |
Dino De Laurentiis Carlo Ponti | ||||
Guion |
Federico Fellini Ennio Flaiano Tullio Pinelli | ||||
Música | Nino Rota | ||||
Fotografía | Otello Martelli | ||||
Montaje | Nino Baragli | ||||
Escenografía | Mario Ravasco | ||||
Protagonistas |
Anthony Quinn Giulietta Masina Richard Basehart | ||||
Ver todos los créditos (IMDb) | |||||
Datos y cifras | |||||
País |
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Año | 1954 | ||||
Género | Drama | ||||
Duración | 104 minutos | ||||
Idioma(s) | Italiano | ||||
Compañías | |||||
Productora | Ponti-De Laurentiis Cinematografica | ||||
Distribución |
Paramount Pictures (Italia) Trans Lux Inc. (Estados Unidos) | ||||
Óscar a la mejor película extranjera | |||||
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Ficha en IMDb Ficha en FilmAffinity | |||||
La Strada ganó más de 50 premios internacionales, incluido un Oscar en 1957 a la Mejor Película en Habla No Inglesa, el primer premio en esa categoría.[2]
Sinopsis
editarGelsomina (Giulietta Masina) es una joven ingenua vendida por su madre a Zampanò (Anthony Quinn), un artista ambulante que recorre Italia realizando espectáculos de fuerza. A pesar del carácter violento y rudo de Zampanò, Gelsomina se adapta con rapidez a la vida itinerante y demuestra un talento natural para el espectáculo, participando como asistente en las presentaciones.
Sin embargo, la frialdad que Zampanò muestra hacia ella afecta emocionalmente a Gelsomina. En un momento de tristeza y desilusión, intenta abandonarlo y regresar a casa, pero Zampanò la encuentra y la obliga a continuar viajando con él.
Más adelante, ambos se integran a un circo itinerante, donde Zampanò se reencuentra con un bufón (Richard Basehart). La relación entre ambos es conflictiva y culmina en una pelea en la que Zampanò amenaza al bufón con un cuchillo, lo que provoca su arresto.
Durante la ausencia de Zampanò, Gelsomina reflexiona sobre su vida y el propósito de su existencia. Aunque varias personas le ofrecen la oportunidad de comenzar una nueva vida, ella decide permanecer con Zampanò, a quien considera su única familia. Su lealtad y su visión del sentido de la vida constituyen el eje emocional de la historia.
Reparto
editar- Giulietta Masina como Gelsomina
- Anthony Quinn como Zampanò
- Richard Basehart como Il Matto, el tonto
- Aldo Silvani como Il Signor Giraffa, el dueño del circo
- Marcella Rovere como La Vedova, la viuda
- Livia Venturini como La Suorina, la monja
Producción
editarAntecedentes
editarEl proceso creativo de Fellini para La Strada se inició con sentimientos vagos: «Una especie de tono que me acechaba, lo que me hizo melancólico y me dio una difusa sensación de culpa, como una sombra pendiendo sobre mí. De allí surgió la idea de dos personas que se dirigen juntas hacia un desenlace fatal, y no saben por qué».[3]
Estos sentimientos se convirtieron en imágenes: la nieve cayendo silenciosamente sobre el océano, diversas composiciones de nubes y el canto de un ruiseñor.[4] En ese momento, Fellini comenzó a dibujar y esbozar estas imágenes, una tendencia habitual que afirmó haber aprendido temprano en su carrera, mientras trabajaba en varias compañías teatrales de provincias.[5]
Finalmente, "la idea se me hizo real" cuando dibujó un círculo en un pedazo de papel para representar la cabeza de Gelsomina y decidió basar el personaje en la propia Giulietta Masina, su esposa desde hacía cinco años: "Utilicé la verdadera Giulietta, pero como la vi, fui influenciado por sus fotografías de la infancia, de modo que elementos de Gelsomina reflejan a Giulietta con diez años".[6]
Casting
editarFellini consiguió financiación a través de los productores Dino De Laurentiis y Carlo Ponti, que querían lanzar a Silvana Mangano (esposa de De Laurentis) como Gelsomina y Anthony Quinn como Zampanò, pero Fellini rechazó ambas opciones.[7] Giulietta Masina había sido la inspiración para todo el proyecto, por lo que Fellini estaba decidido a rechazar cualquier alternativa.[8] Para el rol de Zampanò, Fellini había pensado en alguien que no fuera un actor profesional, por lo que realizó pruebas a un número de hombres fuertes del circo, en vano.[9] También tuvo problemas para encontrar la persona adecuada para el papel de Il Matto. Su primera opción fue el actor Moraldo Rossi, que era miembro de su círculo social y tenía el tipo correcto de personalidad y físico, pero Rossi quería ser el director asistente, no un intérprete.[8] Alberto Sordi, el coprotagonista de las primeras películas de Fellini, El jeque blanco y Los inútiles, estaba ansioso por asumir el papel, y se sintió decepcionado cuando Fellini lo rechazó después de una prueba de vestuario.[8]
Finalmente, Fellini delineó a los tres personajes principales basándose en actores asociados con la película Destino de tres vidas (Donne proibite, 1954), dirigida por Giuseppe Amato, en el cual Giulietta Masina interpretaba el papel de la señora.[10] Anthony Quinn también actuaba en la película, mientras que Richard Basehart se encontraba a menudo en el set visitando a su esposa, la actriz Valentina Cortese.[10] Cuando Masina presentó a Quinn a su marido, el actor quedó desconcertado por la insistencia de Fellini diciéndole que había encontrado su Zampanò, recordando más tarde: "Pensé que estaba un poco loco, y le dije que no me interesaba la película, pero siguió insistiéndome por días."[7] Poco tiempo después, Quinn pasó la noche con Roberto Rossellini e Ingrid Bergman, y después de la cena vieron Los inútiles. De acuerdo con Quinn: "Me quedé asombrado, les dije que la película era una obra maestra y que el mismo director era el hombre que me perseguía desde hacía semanas."[7]
A Fellini le gustó especialmente Basehart, que le recordaba al director a Charles Chaplin. Al ser presentado a Basehart por Cortese, Fellini invitó al actor a almorzar, y allí le ofreció el papel de Il Matto. Cuando el sorprendido Basehart, le dijo que nunca antes había interpretado el papel de un payaso, Fellini respondió: "Porque si haces lo que hiciste en Catorce horas puedes hacer cualquier cosa".[11] Basehart también quedó impresionado con Los Inútiles, y accedió a interpretar el papel por mucho menos que su sueldo habitual, en parte porque se sentía muy atraído por la personalidad de Fellini, diciendo: "Era su entusiasmo por vivir y su humor".[12]
Rodaje
editarLa película fue filmada en Bagnoregio, Viterbo, Lacio y Ovindoli, L'Aquila y Abruzzo.[13] Los domingos, Fellini y Basehart conducían por el campo, en busca de localizaciones para el rodaje y el sitio adecuado para comer, a veces intentando hasta seis restaurantes y a veces aventurándose tan lejos de Rímini como para que Fellini pudiera encontrar el ambiente y el menú deseados.[14]
La producción comenzó en octubre de 1953, pero tuvo que ser detenida a las pocas semanas cuando Masina se dislocó el tobillo durante la escena con Quinn en el convento.[15] Con el rodaje suspendido, De Laurentiis vio la oportunidad para reemplazar a Masina, a quien nunca había querido para el papel y que aún no había firmado un contrato.[16] Esto cambió en cuanto los ejecutivos de Paramount vieron algunas tomas y elogiaron su desempeño, dando lugar a que De Laurentiis la hiciese firmar un contrato por aproximadamente un tercio del salario de Quinn.[16]
El retraso hizo que todo el programa de producción fuera revisado, y el director de fotografía Carlo Carlini, que tenía un compromiso previo, fue reemplazado por Otello Martelli, un favorito de largo plazo de Fellini.[17] Cuando el rodaje se reanudó en febrero de 1954, ya era invierno. La temperatura había bajado a –5°C, a menudo resultando en falta de calefacción o agua caliente, lo que provocó más retrasos y a forzar al elenco y equipo de rodaje, a tener que dormir totalmente vestidos y usar sombreros para mantenerse caliente.[18]
El nuevo calendario devino en un conflicto para Anthony Quinn, que había firmado un contrato para representar el rol protagónico en la producción épica Attila, también producida por De Laurentiis y dirigida por Pietro Francisci.[19] Al principio, Quinn pensó en retirarse de La Strada, pero Fellini lo convenció de que trabajara en ambas películas simultáneamente, rodando a La Strada por la mañana, y a Attila por la tarde y por la noche. El plan a menudo requería que el actor se levantara a las 03:30 a.m. con el fin de capturar la "desolada luz temprana" que Fellini insistía en captar, y luego partir a las 10:30 hacia Roma y transformarse en Attila para el rodaje de la tarde.[20] Quinn rememoró: "Aquella era la razón de la mirada demacrada que tenía en ambas películas, perfecta para Zampanò, pero apenas aceptable para Atila el huno".[21]
A pesar del presupuesto extremadamente ajustado, el supervisor de producción Luigi Giacosi pudo alquilar un pequeño circo dirigido por un hombre llamado Savitri, un hombre fuerte y tragafuego que entrenó a Quinn en la jerga circense y los aspectos técnicos de la cadena.[8] Giacosi también aseguró los servicios del circo de Zamperla, que proporcionó a un número de dobles que podrían interpretarse a sí mismos,[8] incluyendo el doble de Basehart, un equilibrista alto que se negó a utilizar una red de seguridad para realizar la escena.[22]
La escasez de fondos requería que Giacosi improvisara en respuesta a las demandas de Fellini. Cuando el rodaje continuó en la primavera, Giacosi fue capaz de recrear las escenas de invierno apilando treinta bolsas de yeso en todas las sábanas que pudo encontrar para simular un paisaje nevado.[22] Cuando se requirió una multitud para escena, Giacosi convenció al sacerdote local para adelantar la celebración del santo patrón el 8 de abril por unos días, asegurando así la presencia de unos 4.000 extras no remunerados.[22] Con el fin de garantizar que la multitud no se disipara con el pasar de las horas, Fellini instruyó al subdirector Rossi para que gritase: "Prepara las habitaciones para Totò y Sophia Loren" (dos de los artistas italianos más populares de la época) y ninguno se fue.[23]
Fellini era un notorio perfeccionista,[24] y esto podía ser agotador para el equipo. En un seminario estudiantil del American Film Institute, Quinn habló de la intransigencia de Fellini para seleccionar una caja en la que Zampanò guardaba cigarrillos, escudriñando más de 500 cajas antes de encontrar la correcta: "En cuanto a mí, cualquiera de las cajas habría sido adecuada, pero no para Federico."[20] Quinn también recordó estar particularmente orgulloso de una determinada escena en la que su actuación había arrancado aplausos de los espectadores en el set, sólo para recibir una llamada telefónica de Fellini tarde esa noche informándole que tendrían que volver a hacer toda la secuencia porque Quinn había sido demasiado bueno: "Verás, se supone que eres un actor malo, terrible, pero la gente que te veía te aplaudió, deberían haberse reído de ti, así que por la mañana lo hacemos de nuevo."[17] Con respecto a Masina, Fellini insistió en que volviera a crear la sonrisa de labios finos que había visto en sus fotografías de la infancia. Se cortó el cabello poniéndole un cuenco en la cabeza y cortando todo lo que no estaba cubierto, después enjabonando lo que quedaba con jabón para darle una "mirada desaliñada y susceptible", luego "le puso talco en la cara para darle la Palidez de un artista kabuki". Además la hizo usar una capa de la Primera Guerra Mundial que estaba tan deshilachada que le cortó el cuello.[25] Masina se quejaba: "Eres tan amable y dulce con los demás del reparto ¿Por qué eres tan duro conmigo?"[20]
Según el acuerdo de Fellini con sus productores, los excesos de presupuesto tenían que salir de su propio bolsillo, lo que reducía cualquier potencial de ganancias.[17] Fellini contó que cuando se hizo evidente que no había fondos suficientes para terminar la película, Ponti y De Laurentiis lo invitaron a almorzar para asegurarle que no lo obligarían a cumplir: "Hagamos como si [los acuerdos de financiación] fueran una broma. Invítanos a un café y nos olvidaremos de ellos".[17] Según Quinen, sin embargo, Fellini pudo obtener esta indulgencia sólo al aceptar filmar unas tomas adicionales para Atila que Francisci, el director, había olvidado completar.[21]
Mientras filmaba las escenas finales en el muelle de Fiumicino, Fellini sufrió un grave ataque de depresión clínica, una condición que él y sus allegados trataron de mantener en secreto.[26] Fue capaz de completar la filmación sólo después de recibir el tratamiento de un eminente psicoanalista freudiano.[27]
Sonido
editarComo era la práctica común en las películas italianas de la época, el rodaje se hacía sin sonido; el diálogo se añadía más tarde junto con la música y los efectos sonoros.[28] Como consecuencia, los miembros del reparto generalmente hablaban en su lengua materna durante el rodaje: Quinn en español y Basehart en inglés, Masina y los otros en italiano.[29] Liliana Betti, la asistente de Fellin, describió el procedimiento, una técnica que él llamó "sistema numérico" o "dicción numerológica": "En lugar de líneas, el actor tiene que contar números en su normalidad. Por ejemplo, una línea de quince palabras equivale a una enumeración de hasta treinta, el actor sólo cuenta hasta treinta: 1-2-3-4-5-6-7, etc."[30] El biógrafo John Baxter comentó sobre la utilidad del sistema: "Ayuda a identificar un instante en el discurso donde [Fellini] quiere una reacción diferente." Vuelve a "27", le dirá a un actor, "pero esta vez sonríe."[29] Como no necesitaba preocuparse por el ruido mientras filmaba una escena, Fellini mantendría un comentario durante la filmación, una práctica que escandalizó a los cineastas más tradicionales, como Elia Kazan: "Habló a través de cada toma, de hecho, gritó a los actores: -No, ahí, parada, vuelta, mirarla, mirarla... ¿Ve qué triste está, ve sus lágrimas? O miserable! ¿Quieres consolarla? No se aleje; Ve a ella. Ah, ella no te quiere, ¿verdad? ¿Qué? ¡Vete a verla de todos modos!- Así es como puede usar artistas de muchos países. Él hace parte de la actuación de los actores."[29]
Música
editarLa partitura entera para La strada fue escrita por Nino Rota al final del rodaje.[31] El tema principal es una melodía de carácter melancólico que aparece orquestada al inicio, durante los títulos al principio de La Strada y reaparecerá de forma recurrente a lo largo de la película, primero tocada por el payaso en un violín en miniatura, más adelante tarareado por Gelsomina que luego lo aprende a tocar en su trompeta y culmina en la penúltima escena al ser cantada por la mujer que le cuenta a Zampanò el destino de Gelsomina después de que él la abandonara.[32]
En la práctica, Fellini rodó sus películas mientras ponía música grabada porque, como explicó en una entrevista de 1972, "te lleva a una extraña dimensión en la que tu fantasía te estimula".[31] Para La strada, Fellini utilizó una variación de Arcángelo Corelli que planeaba incorporar a la música de la película. Rota, descontento con ese plan, escribió un motivo basándose en uno del Larghetto de la Serenata para cuerda en mi mayor, Op. 22, de Antonín Dvořák[33] y líneas rítmicas que armonizan con los movimientos de Gelsomina con la trompeta y del bufón con el violín.[34]
Distribución
editarLa película se estrenó en el XV Festival Internacional de Cine de Venecia el 6 de septiembre de 1954 y ganó el León de Plata. Fue estrenada en Italia el 22 de septiembre de 1954, y en los Estados Unidos el 16 de julio de 1956.
En 1994, una copia remasterizada fue financiada por el cineasta Martin Scorsese,[35] quien ha reconocido estar familiarizado con el carácter de Zampanò desde la niñez, y haber reflejado aspectos de su fuerza autodestructiva en sus películas Taxi Driver y Toro Salvaje.[36]
Recepción
editar"Una parábola engañosamente simple y poética, La Strada de Federico Fellini fue el centro de un debate crítico cuando se estrenó en 1954 simplemente porque marcó la ruptura de Fellini con el neo-realismo - la escuela que había dominado el cine de la posguerra de Italia". —Rita Kempley, del Washington Post[37]
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Tullio Cicciarelli, de Il Lavoro nuovo, describió la película como "un poema inacabado", dejada inacabada deliberadamente por el cineasta por temor a que "su esencia se pierda en la insensibilidad de la definición crítica o en la ambigüedad de la clasificación",[38] mientras que Ermanno Continin de Il Secolo XIX elogió a Fellini como "un narrador magistral de cuentos":
La narración es ligera y armoniosa, esbozando su esencia, resistencia, uniformidad y propósito a partir de pequeños detalles, anotaciones sutiles y tonos suaves que se deslizan naturalmente a través del sencillo argumento de una historia aparentemente sin acción. Pero cuánto significado, cuánto fermento enriquece esta aparente sencillez. Todo está allí, aunque no siempre es evidente, no siempre es interpretado con plena elocuencia poética y humana: es sugerido con considerable delicadeza y sostenido por una sutil y emotiva fuerza.[39]
Otros la veían de manera diferente. Cuando el jurado del Festival de Cine de Venecia de 1954 concedió a La Strada el León de Plata mientras ignoraba Senso de Luchino Visconti, una pelea física estalló cuando el asistente de Visconti, Franco Zeffirelli, comenzó a silbar durante el discurso de aceptación de Fellini y fue agredido por Moraldo Rossi.[40] El episodio dejó a Fellini pálido y tembloroso y a Masina llorando.[41]
Los críticos marxistas, como Guido Aristarco, rechazaron la película por razones ideológicas, en particular oponiéndose a lo que consideraban nociones cristianas de conversión y redención: "No decimos ni dijimos jamás que La Strada sea una película mal dirigida y actuada. Hemos declarado, y declaramos, que está mal, que su perspectiva es incorrecta."[42]
El estreno en Venecia comenzó "en una atmósfera inexplicablemente fría", según Tino Ranieri, y "la audiencia, que más bien se disgustó cuando comenzó la proyección, pareció cambiar ligeramente de opinión hacia el final, pero la película no recibió, en ningún sentido de la palabra, la respuesta que merecía."[43]
En una reseña para Corriere della Sera, Arturo Lanocita argumentó que la película "da la impresión de ser un boceto que apenase señala los puntos principales de la historia ... Fellini parece haber preferido la sombra donde un marcado contraste hubiera sido más efectivo".[44] Nino Ghelli de Bianco e Nero lamentó que después de "un excelente comienzo, el estilo de la película permanezca armónico durante algún tiempo hasta el momento en que los dos personajes principales se separan, momento en el que el tono se vuelve cada vez más artificial y literario ritmo cada vez más fragmentario e incoherente."[45]
El biógrafo de Fellini, Tullio Kezich, observó que los críticos italianos "hacen todo lo posible para encontrar fallas en la película de después de la inauguración en Venecia. Algunos dicen que comienza bien, pero luego la historia se desentraña."[46]
Su lanzamiento en Francia el año siguiente encontró una recepción más cálida.[47] Dominique Aubier de Cahiers du cinéma escribió que La Strada pertenecía a "la clase mitológica, una clase destinada a cautivar a los críticos quizás más que al público en general". Aubier concluyó:
"Fellini alcanza una cumbre rara vez alcanzada por otros cineastas: el estilo al servicio del universo mitológico del artista. Este ejemplo demuestra una vez más que el cine tiene menos necesidad de técnicos -ya son demasiados- que de inteligencia creativa. Para crear tal película, se requiere por parte del autor, no sólo un considerable don para la expresión, sino también una profunda comprensión de ciertos problemas espirituales."[48]
En su reseña para la revista Arts en marzo de 1955, Jean Aurel citó la actuación de Giulietta Masina como "inspirada directamente en lo mejor de Chaplin, pero con un frescor y sentido del tiempo que parecen haber sido creados sólo para esta película".[49] Louis Chauvet de Le Figaro señaló que "la atmósfera del drama" se combinaba "con una fuerza visual que rara vez se ha igualado".[49] Para el influyente crítico de cine y teórico André Bazin, el enfoque de Fellini fue:
"lo opuesto al realismo psicológico que mantiene el análisis seguido de la descripción de los sentimientos. En este universo cuasi-shakesperiano, sin embargo, cualquier cosa puede suceder. Gelsomina y el Loco irradian el aura de todo lo maravilloso que les rodea, lo que confunde e irrita a Zampanò, pero no es un aura sobrenatural ni gratuita, ni siquiera poética, sino una cualidad posible en la naturaleza."[50]
La respuesta de la crítica en el Reino Unido y los Estados Unidos fue igualmente mixta, con críticas despectivas apareciendo en Films in Review ("el cenagal del melodrama barato"),[51] Sight & Sound ("un director que se esfuerza por ser poeta cuando no lo es")[52] y The Times de Londres ("realismo cantando sobre una colina de estiércol"),[53] mientras que las evaluaciones más favorables fueron proporcionadas por Newsweek ("novela y discutible")[54] y Saturday Review ("Con La Strada Fellini toma su lugar como el verdadero sucesor de Rossellini y De Sica.").[55] En su reseña del New York Times de 1956, el crítico A.H. Weiler elogió especialmente a Quinn: "Anthony Quinn es excelente como el monosilábico y aparentemente despiadado hombre fuerte, cuyos gustos son primitivos e inmediatos, pero su caracterización se desarrolla con sensibilidad para que su soledad se muestre a través de las grietas de su áspero exterior."[56]
En una entrevista concedida en 1957, Fellini informó que Masina había recibido más de mil cartas de mujeres abandonadas cuyos maridos habían regresado a ellas después de haber visto la película y que también había oído hablar de muchas personas con discapacidades que habían adquirido un nuevo sentido de autoestima luego de ver la película: "Tales cartas vienen de todo el mundo".[57]
Evaluación retrospectiva
editarEn años posteriores, Fellini explicó que desde "un punto de vista sentimental", estaba "más ligado" a La Strada: "Sobre todo porque siento que es mi película más representativa, la más autobiográfica; y, porque fue la película que más trabajo me costó realizar y encontrarle un productor".[58] De todos los seres imaginarios que había traído a la pantalla, Fellini se sentía más cercano "especialmente de Zampanò".[59] Anthony Quinn encontró inestimable trabajar para Fellini: "Me condujo sin piedad, haciéndome hacer cada escena una y otra vez hasta que consiguió lo que quería. Aprendí más sobre el cine actuando en tres meses con Fellini de lo que había aprendido en todas las películas que había hecho antes.[7] Mucho después, en 1990, Quinn envió una nota al director ya su coestrella: "Ustedes dos son el punto más alto de mi vida - Antonio."[16]
El crítico Roger Ebert, en su libro The Great Movies, sostuvo que La Strada era el punto culminante de la carrera de Fellini y que, después de esta película, "su trabajo se adentró frenéticamente por la senda freudiana, el cristianismo, sexualidad y exceso autobiográfico".[60] La propia opinión de Ebert era ver La Strada como "parte de un proceso de descubrimiento que condujo a las obras maestras La Dolce Vita (1960), 8½ (1963) y Amarcord (1974)."[61]
El paso de los años ha consolidado la alta estimación de La Strada. Tiene una calificación del 98% en el portal de reseñas Rotten Tomatoes, con un puntaje de 8.3/10 a partir de 80 reseñas. El consenso del sitio web dice: «La lastimosa pareja de marginados, conformada por Giulietta Masina y Anthony Quinn, proporciona un conmovedor contraste entre gentileza y poder en la inolvidable parábola de Federico Fellini».[62]
Sus numerosas apariciones en las listas de las mejores películas incluyen la encuesta de 1992 de los directores del British Film Institute (la cuarta mejor),[63] el New York Times la ubica entre las "1000 mejores películas de la historia".[64] En enero de 2002, el filme (junto a Las noches de Cabiria) fue incluido en la lista de las "100 mejores películas esenciales de todos los tiempos" por la National Society of Film Critics.[65][66] En 2009, la película ocupó el puesto número 10 en la lista de las "10 mejores películas no japonesas de todos los tiempos" de la revista de cine japonesa Kinema Junpo.[67] En la encuesta del Sight & Sound de las mejores películas de todos los tiempos realizada en 2012, La strada ocupó el puesto 26 entre los directores;[68] En la edición de 2022, bajó al puesto 36.[69] En 2018, la película fue incluida en la lista de la BBC de las 100 mejores películas en lengua extranjera, votada por 209 críticos de cine de 43 países de todo el mundo.[70]
En 1995, el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales de la Iglesia católica publicó un listado de 45 películas que representan "...una muestra representativa de películas destacadas, elegidas por un comité de doce académicos internacionales de cine". En ello, La strada aparece incluida en la categoría Arte.[71] El Papa Francisco mencionó que es "la película que quizás más me ha gustado", por su identificación personal con su referencia implícita a su homónimo Francisco de Asís.[72]
El cineasta japonés Akira Kurosawa incluyó la película en su lista de 100 películas favoritas.[73]
Premios
editarCategoría | Candidato | Resultado |
---|---|---|
Mejor película de habla no inglesa | Ganadora | |
Mejor guion original | Federico Fellini Tullio Pinelli |
Nominados |
Categoría | Resultado |
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Mejor película en lengua extranjera | Ganadora |
Categoría | Candidato | Resultado |
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Mejor película extranjera | Ganadora | |
Mejor actriz extranjera | Giulietta Masina | Ganadora |
Categoría | Candidato | Resultado |
---|---|---|
Premio San Jorge a la mejor película | Ganadora | |
Mejor director extranjero | Federico Fellini | Ganador |
Mejor actriz extranjera | Giulietta Masina | Ganadora |
Mejor guion extranjero | Tullio Pinelli | Ganador |
Categoría | Candidato | Resultado |
---|---|---|
León de Plata a la mejor dirección | Federico Fellini | Ganador |
- En la Argentina la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina la premió como la Mejor Película Extranjera en 1957.[77]
Adaptaciónes teatrales
editarEn julio del 2015 se estrenó en Chile la adaptación teatral de la película, esta fue una versión más corta que la película original y contaba las aventuras de Gelsomina y Zampanò, desde que la muchacha es entregada a este último, Gelsomina fue interpretada por la Joven Actriz Evelyn Falcon, mientras que Zampanò cayo en las manos de Salva Salazar.[cita requerida] La dirección estuvo a cargo del mismo Salazar y la compañía, bajo la supervisión del director Marcelo Bailey, todo esto dentro el marco de un festival de adaptaciones teatrales de destacados filmes de la historia, entre los cuales compitió con Sopa de Ganso y La novia cadáver de Tim Burton, entre otros.[cita requerida]
En España, La strada fue adaptada al teatro por Gerard Vázquez con dirección de Mario Gas. Protagonizada por Verónica Echegui, Alfonso Lara y Alberto Iglesias, dicha adaptación estuvo en gira a nivel nacional desde noviembre de 2018 hasta diciembre de 2019.[78][79]
Referencias
editar- ↑ «Federico Fellini, el aclamado cineasta italiano que ganó 4 premios Óscar». Historia National Geographic. 20 de enero de 2024. Consultado el 28 de junio de 2025.
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- ↑ Maraini, Toni (2006). "Chatting About Other Things: An Interview with Federico Fellini", in Federico Fellini: Interviews, edited by Bert Cardullo (en inglés). Jackson: University of Mississippi Press. p. 160. ISBN 978-1-57806-884-5.
- ↑ Bondanella, Gieri, p. 16.
- ↑ Bondanella, Gieri, p. 17.
- ↑ Fellini, Federico and Charlotte Chandler (1995). I, Fellini (en inglés). New York: Random House. p. 104. ISBN 978-0-679-44032-1 – vía Google Libros.
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- ↑ Publicado el 8 de setiembre de 1954 en Il Secolo XIX (Genoa). Citado en Fava, Vigano, p. 83
- ↑ Baxter, 1993, p. 112.
- ↑ Baxter, 1993, p. 113.
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Bibliografía
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- Salachas, Gilbert (1969). Federico Fellini. New York: Crown Publishers.
Enlaces externos
editarMultimedia externa | ||
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Grabaciones | ||
Música de la película, de Nino Rota; en la ejecución para la película, fue dirigida por Franco Ferrara (1911 - 1985).
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Videos | ||
Tráiler oficial; en italiano.
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Lecciones de Música de Cine: La Strada. | ||
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- La strada en Internet Movie Database (en inglés).
- La strada en Rotten Tomatoes (en inglés).
- La strada en TCM Movie Database (en inglés).
- La strada en FilmAffinity.
- La strada se puede descargar gratis en Internet Archive [más]
- Sinopsis completa de La strada en Wayback Machine (archivado el 29 de octubre de 2013).
- Sobre la película, en el sitio de la Fondazione Federico Fellini. (en italiano)