Leísmo de cortesía

Se define como leísmo de cortesía al uso en español de los pronombres le, les en vez de las formas lo, la, los, las para la segunda persona de cortesía del singular (usted), o segunda persona de cortesía en plural, segunda persona del plural (ustedes),[1][2]​ ejemplo: «¿En qué puedo atenderle, señor?». Este tipo de leísmo se suele usar con referentes masculinos o femeninos, aunque el uso con referentes femeninos no está tan extendido.[1]​ Según algunos autores, el uso es más frecuente aún en ciertas fórmulas fijas.[1]

Desarrollo lingüístico editar

Según nota la RAE, se desarrolló el leísmo de cortesía para poder distinguir entre participantes en el discurso (segunda persona) y participantes fuera del discurso (tercera persona):[3]​ «Le acompaño (a usted) al sitio donde va a esperarla (a ella)». Con el uso del acusativo, puede haber confusión entre los referentes. Otra teoría es que se desarrolló a partir del valor socio-pragmático del dativo (le[s]).[4]​ Es decir, el dativo se hace referencia al hecho de que el interlocutor es humano, al contrario del acusativo, lo cual normalmente indica un objeto.

Extensión editar

El leísmo de cortesía no se restringe a las áreas tradicionalmente leístas en dialectología (centro de España, Ecuador, algunas zonas andinas en otros países), sino que se extiende a todas y es frecuente su empleo con verbos con los que se establecen relaciones de autoridad, en especial si son de los llamados verbos de cambio de régimen (como ayudar u obedecer),[2]​ verbos que han cambiado o están cambiando el complemento indirecto por el complemento directo u otros en los que a veces hay posibilidad de alternación con estos pronombres (verbos de afección psíquica, etc).

Véase también editar

Notas editar

  1. a b c Parodi, Claudia; Luna, Kenneth; Helmer, Ángela (2012). «El leísmo en América y en España: bifurcación de una norma». Bulletin of Hispanic Studies 89 (2): 217-236. 
  2. a b De Mello, George (2002). «Leísmo in Contemporary Spanish American educated speech.». Linguistics 40 (2): 261-283. 
  3. Real Academia Española (2005). Diccionario panhispánico de dudas. p. 395. 
  4. Aijón Oliva, Miguel Ángel (2005). «Valor pragmático y proyección sociolingüístico del uso de los clíticos de tercera persona.». Interlingüística (16): 111-124.