El Mandao (apócope de la palabra mandado), también conocido Huilco, Huelco o Diucón, es una criatura diurna perteneciente a la mitología chilota. Al ser conocida igualmente con los nombres de Diucón o Huilco, esta leyenda se habría inspirado en el ave llamada Diucón de Chiloé.

Descripción editar

El Mandao, presentaría la misma apariencia pequeña y forma que el Diucón de Chiloé; es decir un ave de color gris oscuro, pico y patas de color negro, y ojos colorados y de un iris rojo. Siendo la única diferencia la presencia de un extraño comportamiento y un aumento muy notorio del color rojo del iris de sus ojos; que al resaltar en el tono oscuro de su cabeza, brillan como si fueran "ojos de fuego".

Leyenda editar

La leyenda cuenta que el Mandao, al igual que el Raiquén, Coo o Deñ, son aves relacionadas estrechamente con los Brujos de Chiloé. Entre estas aves, el Mandao sería escogido como un ayudante diurno de los brujos.

Así, el brujo escogería a un Diucón de Chiloé para que el actúe a su servicio como el temido Mandao, y ser utilizado por los brujos como su mensajero o espía; para observar a las personas o para anunciar un dictamen o mandato de la brujería. Por ello es que en Chiloé, se le considera un ave de mal agüero (ave de mala suerte).

El modo de actuar del Mandao, sería acercarse a las ventanas del hogar donde fue enviado para espiar. En el caso de avisar un mensaje, comenzaría a picotear los cristales de la ventana; señal que la persona que no brujo, generalmente asociara como una señal que indica que se va a enfermar alguien de la casa.

Por ello se dice que al Diucón de Chiloé no hay que tratarlo mal, ya que pudieran ser un mandao; y podría haber represalias si se le dañara.

Igualmente se dice que cuando el Mandao se eleva desde una rama y luego se deja caer rápidamente en picada a la misma rama; significa que está convocando el mal clima.

Véase también editar

Referencias editar

  • Bernardo Quintana Mansilla. Chiloé mitológico: Mitos, pájaros agoreros, ceremonias mágicas. 1987.