Curvatura (Desplazamiento)

forma de propulsión superlumínica
(Redirigido desde «Motor de curvatura»)

El desplazamiento por curvatura, warp drive, empuje por curvatura, o simplemente curvatura (del inglés warp), también llamado impulso de deformación o impulso de distorsión es una forma actualmente ficticia de propulsión superlumínica nacida en el universo creado por la ficción de Star Trek. Este empuje permitiría propulsar una nave espacial a una velocidad equivalente a varios múltiplos de la velocidad de la luz, mientras se evitan los problemas asociados con la dilatación relativista del tiempo. Este tipo de propulsión se basa en curvar o distorsionar el espacio-tiempo, de tal manera que permita a la nave acercarse al punto de destino.

El empuje por curvatura no permite, ni es capaz de generar, un viaje instantáneo entre dos puntos a una velocidad infinita, tal y como ha sido sugerido en algunas obras de ciencia ficción, en las que se emplean tecnologías imaginarias como el hipermotor o el motor de salto, pero si es capaz de hacer una gran diferencia entre las velocidades convencionales relativistas.

Una diferencia entre la propulsión a curvatura y el uso del hiperespacio es que en la propulsión a curvatura, la nave no entra en un universo (o dimensión) diferente: simplemente se crea alrededor de la nave una pequeña burbuja (burbuja de curvatura) en el espacio-tiempo, y se generan distorsiones del espacio-tiempo para que la burbuja se aleje del punto de origen y se aproxime a su destino. Las distorsiones generadas serían de expansión detrás de la burbuja (alejándola del origen) y de contracción delante de la burbuja (acercándola al destino). La burbuja de curvatura se situaría en una de las distorsiones del espacio-tiempo, sobre la cual cabalgaría de manera análoga a como los surfistas lo hacen sobre una ola de mar.

El motor de curvatura (warp drive) es famoso por ser el método de propulsión empleado en el universo ficticio de Star Trek.

Viabilidad de la propulsión por curvatura editar

Entre los diferentes físicos teóricos que han analizado esta propulsión, se hicieron avances con el primer diseño teórico del sistema WARP. El más conocido de estos diseños es el motor de Alcubierre (The warp drive: hyper-fast travel within general relativity, acerca del impulso de deformación de Alcubierre, publicado en 1994) y que asume uno de los términos empleados en la jerga de Star Trek: el factor de curvatura como medida de la curvatura (deformación) del espacio-tiempo y que, aunque permite viajar a una gran velocidad, no permite viajar más rápido que la luz (según las reglas relativistas es imposible). Si el espacio-tiempo se curva de manera apropiada, estrictamente hablando, el objeto o la nave no se mueve a velocidades lumínicas, de hecho se encuentra estacionaria en el espacio interior de la burbuja de curvatura. Esta situación estacionaria de la nave, dentro de la burbuja, haría que la tripulación no se viera afectada por grandes aceleraciones/desaceleraciones ni existiría un transcurrir del tiempo diferente, es decir, no sufriría el efecto de la dilatación temporal, como en el caso de desplazarse a velocidades próximas a las de la luz en el espacio-tiempo, es como si estuviera en un universo completamente diferente, por lo que viajar así daría interesantes resultados. La nave, al activarse su propulsión por curvatura, para un observador exterior parecería que se mueve más rápido que la luz y desaparecería de su campo de visión en un breve lapso al expandirse el espacio-tiempo de la nave con respecto a ese observador.

Miguel Alcubierre hace referencia a la necesidad de la materia extraña (también denominada materia exótica) para la velocidad de curvatura. La existencia de materia exótica no es teórica y el efecto Casimir lleva a suponer la existencia de dicha materia. Sin embargo, la generación de materia exótica, y su sostenimiento, para el desarrollo de un empuje de curvatura (o para mantener abierta la garganta de un agujero de gusano) es impracticable. Algunos métodos o teorías asociados con la creación/sostenimiento de la materia exótica apuntan a que la materia exótica debería moverse, localmente a una velocidad superior a la de la luz (y a la existencia de los denominados taquiones). Otras teorías, apuntan que se puede evitar este movimiento a una velocidad superior a la de la luz pero implicaría la generación de una singularidad desnuda al frente de la burbuja de curvatura. Sea por un método u otro, la creación /sostenimiento de materia exótica, en particular y el uso de empujes de curvatura violan, a priori, diferentes condiciones de energía en el ámbito de la teoría del campo cuántico. Alcubierre, concluyó que la generación de una burbuja de curvatura era inviable ya que, según sus cálculos iniciales, necesitaría para su creación (y las distorsiones del espacio-tiempo) más energía que la existente en el universo.

Un análisis posterior del doctor Van Den Broeck (On the (im)possibility of warp bubles, publicado en 1999), de la Universidad Católica de Leuven (Bélgica) ofreció como resultado una energía inferior a la calculada inicialmente por Alcubierre (reducida por un factor de 10 elevado a 61). Sin embargo, esto no indica que la propuesta sea realista, tal y como indicó Van Den Broeck, ya que calculó la energía necesaria para transportar varios átomos a poco menos que el equivalente a la de tres masas solares.

No obstante, un estudio de 2008 a cargo de Richard K. Obousy y Gerald Cleaver, de la Universidad de Baylor (Texas), en la que se estudian los efectos de un espacio-tiempo de varias dimensiones (como predice la teoría de cuerdas), rebaja la energía necesaria para mover una nave de 1000 m³ a velocidades superlumínicas a solo 1045 J (el equivalente a la energía contenida en la masa de Júpiter).[1]

En este mismo estudio, se estima una velocidad máxima teórica para un motor de curvatura de 1032 c,[1]​ si bien se trataría de un límite inútil desde el punto de vista práctico, pues para alcanzar esa velocidad arbitrariamente alta se necesitaría más energía de la disponible en el universo.

A principios del siglo XXI, la construcción de un motor de curvatura está lejos de convertirse en una realidad, debido tanto a la tecnología existente como a la elevada energía necesaria para su desarrollo. Parecen existir además otros impedimentos teóricos a un viaje superlumínico con esta tecnología, como la inestabilidad cuántica de la burbuja o la radiación de Hawking. No obstante, no existen argumentos teóricos que impidan los viajes por curvatura sublumínicos.[2]​ En 2012 científicos de la NASA anunciaron que se encontraban trabajando en la viabilidad de los viajes por curvatura, pero a pequeña escala y en laboratorios[3]

Los nuevos estudios, revelan una posibilidad más cercana a la realidad


Estudios realizados entre 2019 y 2021 demostraron la posibilidad de los viajes superlumínicos, sin la necesidad de la "materia exótica"

El Dr. Harold G "Sonny" White , pionero de los motores warp y ex especialista en motores warp de la NASA, ha informado del descubrimiento de una "burbuja warp" real en el mundo real.

Y, según White, este primer avance de este tipo realizado por su equipo del Limitless Space Institute (LSI), que establece un nuevo punto de partida para aquellos que intentan fabricar una nave espacial de tamaño completo con capacidad warp.

En una entrevista, White agregó que “nuestro análisis numérico detallado de nuestras cavidades Casimir personalizadas nos ayudó a identificar una nano/microestructura real y fabricable, que se predice que generará una densidad de energía de vacío negativa tal que manifestaría una burbuja warp a nanoescala real, no un análogo, sino algo real”.

En otras palabras, una estructura de burbuja warp se manifestará bajo estas condiciones específicas. White advirtió que esto no significa que estemos cerca de construir un motor warp en pleno funcionamiento, ya que se necesita hacer mucha más ciencia (actualizado el 12/08/21).

"Para ser claros, nuestro hallazgo no es un análogo de burbuja warp, es una burbuja warp real, aunque humilde y pequeña", dijo White a The Debrief , "de ahí la importancia

Revisión por pares y confirmación de la burbuja «warp» editar

"Mientras realizaba un análisis relacionado con un proyecto financiado por DARPA, para evaluar la posible estructura de la densidad de energía presente en una cavidad de Casimir, según lo predicho por el modelo de vacío dinámico", se lee en los hallazgos reales publicados en el European Physical Journal revisado por pares, se ha descubierto una estructura a nanoescala que predice una distribución de densidad de energía negativa que coincide estrechamente con los requisitos de la métrica de Alcubierre”.

O dicho de manera más simple, como lo hizo White en un correo electrónico reciente a The Debrief:

“Hasta donde yo sé, este es el primer artículo en la literatura revisada por pares que propone una nanoestructura realizable, que se predice que manifestará una verdadera, aunque humilde, burbuja de deformación.

Este hallazgo fortuito, dice White, no solo confirma la estructura "toroidal" predicha y los aspectos de energía negativa de una burbuja warp, sino que también resultó en caminos potenciales que él y otros investigadores pueden seguir cuando intentan diseñar, y algún día construir, una verdadera -nave espacial con capacidad warp mundial.

En una entrevista por correo con el blog The Debrief, el Dr. White aseguró que lo que han identificado no es un análogo de la burbuja de curvatura, sino “una ‘warp bubble’ real aunque modesta y diminuta”.

El científico —que durante años lideró el grupo de investigación NASA Eagleworks— afirmó que la significación de este descubrimiento es muy importante y abre la posibilidad a futuras aplicaciones prácticas hasta ahora inimaginables.

Video explicativo del doctor Dr. Harold G "Sonny" White

Lo siguiente: una nave nanoscópica editar

Eagleworks era el grupo de investigación de propulsión avanzada de la NASA en el que White realizó una investigación para resolver los problemas del gigantesco consumo energético abiertas por las ecuaciones de Alcubierre.

Su trabajo consiguió recortar esas necesidades energéticas, planteando por primera vez una posible solución para que la humanidad pudiera viajar a otros sistemas estelares, como ahora solo se puede ver en series de ciencia ficción como 'Star Trek'.

Si es que alguna vez somos capaces de desarrollar la teoría y la tecnología hasta el punto en que las necesidades energéticas sean manejables y los materiales lo suficientemente resistentes.

Eso, por ahora, es algo que todavía está a siglos de distancia.

Ello se debe a la necesidad de obtener una fuente de energía lo más eficiente posible, y esto implica la utilización de la Antimateria la cual aun está muy lejos de ser obtenida de forma rápida y barata...Por ejemplo, en el CERN, crear tan sólo un gramo de antimateria tomaría 4 millones de años...y su costo seria de unos 62.500 millones de USD el miligramo

¿Cómo se produce la antimateria? editar

Los científicos han identificado dos mecanismos importantes de producción de antimateria: el primero es mediante colisiones de altas energías partícula-partícula, luz-luz y luz-partícula. Mientras que el segundo involucra ciertas formas de decaimiento radioactivos de las partículas o núcleos atómicos.

Las colisiones de alta energía que producen antimateria se presentan naturalmente en muchos rincones del universo e incluso en la atmósfera de nuestro planeta. Más allá de nuestro sistema solar, estas colisiones aparecen en torno a fenómenos muy violentos y energéticos donde se emite radiación de muy alta energía. Esta al tratar de escapar de la fuente choca con la materia y luz del medio produciendo partículas y antipartículas. Choques similares se presentan cuando la radiación cósmica se propaga a través del universo, al encontrarse con el material interestelar y la luz de fondo que permea el universo, o al toparse con la atmósfera de otras estrellas o planetas, como el nuestro. Sabemos, por ejemplo, que la radiación cósmica de alta energía produce continuamente chubascos de partículas y antipartículas en nuestra atmósfera a su llegada a la Tierra. Afortunadamente esta radiación no es muy energética cuando llega a la superficie de nuestro planeta.

Los científicos también producen antimateria en los laboratorios empleando para ello los aceleradores de partículas. La técnica consiste en acelerar partículas de materia a muy altas energías para después hacerlas colisionar con blancos fijos u otros haces de partículas de altas energías. Laboratorios como el del Gran Colisionador de Hadrones en el CERN o el RHIC en Brookhaven, producen una gran cantidad de antipartículas de esta forma.

Por otra parte, muchas partículas o núcleos atómicos son inestables y tienden a desintegrase produciendo partículas y antipartículas en el proceso. Un ejemplo de ello es el decaimiento beta del neutrón (n → p + e- + ν‾) en donde esta partícula se transforma, por acción de la fuerza débil, en un protón (p), un electrón (e-) y un antineutrino (ν) esta última es la contraparte del neutrino, la partícula más penetrante conocida por el hombre. Otro ejemplo lo constituye el decaimiento beta positivo del protón dentro de un núcleo atómico (p → n + e+ + ν) bajo el cual el protón del núcleo se convierte en un neutrón emitiendo un positrón (e+) en el proceso. Varios elementos radioactivos de origen natural o artificial decaen mediante estos mecanismos. Uno de ellos es el potasio 40 o 40K, un isótopo derivado del potasio 39 (39K) que es estable y más abundante (un isótopo es un átomo que tiene la misma cantidad de protones que el elemento del que procede, pero diferente número de neutrones). El 40K se encuentra presente en pequeñas cantidades entre el potasio 39 de la naturaleza e incluso de nuestro cuerpo. Dada la cantidad de 40K en un cuerpo adulto se ha estimado que el cuerpo humano emite alrededor de 3500 de positrones por día mediante el decaimiento beta positivo de este elemento. Las reacciones beta también se presentan en el interior de las estrellas, como en nuestro Sol.

Aplicaciones editar

La antimateria ha encontrado sus aplicaciones en diferentes áreas. En la física se le ha empleado como herramienta para estudiar las leyes y simetrías físicas que gobiernan el comportamiento de la naturaleza, también para poner a prueba los principios físicos que guían nuestras teorías e incluso para crear nuevas partículas en colisiones con la materia y estudiar sus propiedades. Al respecto, recientemente, se propuso la construcción de un acelerador lineal de positrones y electrones con objeto de estudiar las propiedades del recién descubierto bosón de Higgs.

Otra de las aplicaciones de la antimateria se halla en el campo de la medicina para sondear el interior del cuerpo humano, como tumores, tejidos y órganos, y su actividad (actividad neuronal, absorción de fármacos). La técnica, denominada tomografía por emisión de positrones (TEP), consiste en obtener una imagen de la zona de interés por medio de sustancias radiactivas (basadas en carbono, nitrógeno, oxígeno y flúor) que emiten positrones en su desintegración (decaimiento beta positivo). Estas sustancias se combinan con fármacos que son absorbidos fácilmente por los tejidos que se desean estudiar. Cuando estas sustancias se concentran en la zona de interés la emisión de positrones se intensifica en esa zona, produciendo radiación gamma al aniquilarse con los electrones del medio. Los rayos gamma se registran con ayuda de detectores especiales de radiación, y con estas mediciones se obtiene una imagen (tomografía) de la región de estudio.

Dentro de la medicina también se están empleando haces de antiprotones para atacar tumores y tejido canceroso dentro del cuerpo humano. La técnica, denominada hadronterapia, emplea haces de hadrones como protones, antiprotones, neutrones y núcleos atómicos – los hadrones son partículas compuestas de otras más fundamentales llamadas quarks y antiquarks. Los hadrones, a diferencia de los rayos X, tienen la ventaja de que dañan en menor medida al tejido sano que se encuentra alrededor del tumor. Esto se debe a que depositan la mayor parte de su energía en la zona deseada. Esta energía tiende a romper el ADN del tejido que se desea destruir más allá del punto de reparación. A diferencia de los haces de partículas, los de antiprotones tendrían la ventaja adicional de que al llegar a la zona deseada se aniquilarían, depositando energía adicional y causando mayor daño que los haces de partículas.

Por otra parte, también se usa antimateria para buscar imperfecciones en el interior de diversos materiales, por ejemplo: metales, semiconductores, cristales, aleaciones y materiales porosos. Para ello, se envían haces de positrones al interior de estos materiales. Ya en el interior, los positrones se difunden y después de un tiempo emiten rayos gamma al aniquilarse con los electrones del medio. El tiempo que viven estas antipartículas está relacionado con la presencia y número de imperfecciones o fracturas en el medio. Midiendo este tiempo (registrando los rayos gamma que resultan de la aniquilación positrón-electrón) se determina entonces la calidad y las imperfecciones del material. A esta técnica se le llama espectroscopía por aniquilación de positrones.

Una técnica similar a la anterior emplea haces de antimuones (la antipartícula del muón, una partícula penetrante, parecida al electrón, pero más pesada). Estos, al entrar al interior del material, pueden combinarse con los electrones del medio que se quiere estudiar produciendo un sistema ligado llamado muonio, que es inestable. La orientación de esta nueva partícula es muy sensible a los campos magnéticos del medio, y puede ser usada para estudiar las propiedades magnéticas del material bajo estudio (como superconductores, semiconductores, etc).

El futuro editar

¿Cañones de antimateria? ¿Reactores? ¿Tanques portátiles de almacenamiento de antimateria? Varias de estas ideas han sido consideradas seriamente por los científicos e ingenieros. Actualmente ya existen cañones de antimateria de tamaños variables. El más pequeño, es un cañón de positrones de poco menos de un metro de largo construido por investigadores de la Universidad de Michigan. En el Laboratorio Nacional Fermi, Estados Unidos, se construyó el Tevatrón, un acelerador de antiprotones y protones de 2 km de diámetro que por mucho tiempo se usó para estudiar el interior de la materia. Mientras que en el CERN, se contaba con el colisionador LEP, de 27 km de circunferencia, donde se creaban haces de positrones y electrones para investigaciones en física de partículas.

Se está trabajando también en el diseño de tanques portátiles de almacenamiento de antimateria. Esto permitiría transportar a las antipartículas a hospitales y laboratorios para diferentes aplicaciones. Una de las aplicaciones más importantes de la antimateria sería en la generación de energía para diversos propósitos. La reacción de aniquilación materia-antimateria es el proceso más eficiente conocido en la naturaleza. Aquí, el 100% de la masa se convierte en energía (en comparación en las reacciones de fisión y fusión nuclear se transforma sólo el 0.1 % de la masa total en energía). La cantidad de energía que se produciría por la aniquilación de un gramo de materia-antimateria sería enorme de acuerdo a la famosa ecuación de A. Einstein E = mc2 (donde c es la velocidad de la luz en el vacío, equivalente a treinta mil millones de cm por segundo). Esta energía sería capaz de mantener encendidos cerca de diez mil focos de 100 Watts por un año. El problema es que producir tal cantidad de antimateria por los medios actuales resulta ser muy caro y tardado. Por ejemplo, en el CERN, crear tan sólo un gramo de antimateria tomaría 100 mil millones de años.

El desarrollo de bombas de antimateria también ha sido considerado seriamente. Es lamentable que el conocimiento científico frecuentemente sea empleado de esta forma. Por lo pronto, tanto el presente como el futuro de las aplicaciones de la antimateria en favor de la humanidad es bastante prometedor.


El motor de curvatura en Star Trek editar

Evolución de los motores de curvatura editar

En las historias de ciencia ficción de Star Trek, se supone que el motor de curvatura fue inventado, en la Tierra, por un científico ficticio llamado Zefram Cochrane. La película Star Trek: Primer Contacto muestra como, en el año 2063, Cochrane realiza el primer viaje de curvatura de la especie humana, usando un antiguo misil nuclear intercontinental, modificado para viajar en el espacio y, una vez ahí, generar una burbuja de curvatura. Para crear la burbuja de curvatura alrededor de la nave (y distorsionar el espacio-tiempo para su desplazamiento) Cochrane precisó de una inmensa cantidad de energía (que obtuvo gracias a la reacción entre materia-antimateria). Este primer viaje supuso un hito, permitió alcanzar un factor de curvatura de 1.0 y condujo directamente al primer contacto con una raza extraterrestre: los vulcanos.

En la protosecuela Star Trek: Enterprise se establece que otras civilizaciones disponían del motor de curvatura antes que los humanos, como los vulcanos, siendo estos los que disponían de la tecnología de propulsión a curvatura más avanzada del siglo XXI. En esta serie se muestran los viajes de la primera nave terrestre capaz de obtener un factor de curvatura de 5.1 lo que aplicando la fórmula de curvatura, equivale a unos 39 767 468.5 km/s (kilómetros por segundo), alcanzando la estrella más próxima a la Tierra (Próxima Centauri, a 4.25 años luz) en aproximadamente 11.69 días. En la serie clásica (mitad del siglo XXIII) las naves son capaces de obtener un factor de curvatura de 8 (distancia Tierra a Próxima Centauri en 3.09 días).

Es necesario destacar que las velocidades equivalentes de los factores de curvatura no han sido proporcionados en ningún episodio o película de Star Trek. Los valores indicados en este artículo se han encontrado (o extrapolado) en manuales técnicos u otros medios electrónicos cuya propiedad está vinculada a los poseedores de los derechos de Star Trek.

Transcurvatura editar

Este término ha sido empleado refiriéndose a la forma avanzada de propulsión que excede los límites de los motores de curvatura tradicionales. Por lo general, este sistema transcurvatura es comúnmente utilizado por los borg, aunque la flota estelar también realizó algunos experimentos en esa línea, tal y como se observa en Star Trek III: En busca de Spock. Algunos episodios de Star Trek: Voyager y Star Trek: La nueva generación parecen indicar que el sistema transcurvatura empleado por los Borg se describe mejor como un conducto (del tipo agujero de gusano) a través del subespacio (es una característica del espacio-tiempo el cual facilita el tránsito superluminal, en la forma de viaje interestelar o de transmisión de información), en el cual se introduce la nave trasladándose, por su interior, al punto de destino.

Los borg descubrieron la existencia de los conductos transcurvatura y configuraron redes de conductos entre sectores importantes de la galaxia para moverse rápidamente a través de la galaxia. Eso se puede ver en el episodio de la serie Voyager titulado Endgame. Estos conductos transcurvatura utilizados por los borg, son activados mediante un pulso de taquiones (partículas que se desplazan a velocidades superlumínicas y permiten viajar, de forma equivalente, a veinte veces la velocidad de los motores de curvatura tradicionales. Además, los Borg utilizan bobinas transcurvatura para generar conductos transcurvos temporales.

Velocidad de curvatura. Factor de curvatura editar

La unidad empleada con la velocidad de curvatura es el factor de curvatura. La equivalencia entre factores de curvatura obtenidos por los reactores de curvatura y velocidades medidas en múltiplos de la velocidad de la luz es en cierto modo ambigua.

Los factores de curvatura se obtienen mediante la aplicación de la siguiente fórmula cúbica:

 

donde w es el factor de curvatura,   es la velocidad medida en el espacio normal y c es la velocidad de la luz. Según esta fórmula, curvatura 1 es equivalente a la velocidad de la luz, curvatura 2 equivale a ocho veces la velocidad de la luz, curvatura 3 equivale a 27 veces la velocidad de la luz, etc.

Tabla de equivalencias - Factor curvatura y velocidad de la luz
Factor de curvatura Velocidad equivalente (múltiplos de c) Tiempo necesario para recorrer 1 pársec (en días)
1.0 1.0 1189.9
2.0 8.0 148.74
3.0 27.0 44.07
4.0 64.0 18.59
5.0 125.0 9.52
6.0 216.0 5.51
7.0 343.0 3.47
8.0 512.0 2.32
9.0 729.0 1.63
9.5 857.38 1.39
9.975 992.52 1.2

Sin embargo, esta escala entra en conflicto con el uso que se ha dado habitualmente, ya que la velocidad que se alcanza sería insuficiente para permitir los viajes que aparecen en las series de televisión. Algunos episodios de la serie original situaban a la nave Enterprise en peligro si viajaba a factores de curvatura elevados (en el episodio That witch survives este factor se situaba en 14.1).

Para Star Trek: La Nueva Generación y las subsiguientes series, el guionista de Star Trek Michael Okuda preparó una nueva fórmula basada en la original, pero con una diferencia importante.

Para factores de curvatura comprendidos entre 1 y 9, se aplicó un factor de curvatura ligeramente más rápido que el de la serie original, pero la velocidad seguía variando según una potencia fija del factor:

 

Pero en el intervalo semiabierto comprendido entre warp 9 y warp 10, se hizo que el exponente que afecta a w incrementara de forma no convergente y, al aproximarnos a curvatura 10 de manera asintótica, el exponente se hace infinito. Por ello, según la escala Okuda, también tienden a infinito las velocidades que se obtienen al aproximarnos a curvatura 10.

 
Nueva escala warp de Michael Okuda.

La nueva escala sitúa el factor de curvatura 10 como un máximo inalcanzable (identificado como el límite de Eugene en la página del creador de la serie, Gene Roddenberry). El factor de curvatura 10 es una asíntota que representa, inicialmente, velocidad infinita. En el episodio de Star Trek: Voyager titulado Momento crítico (Threshold) uno de los personajes logra alcanzar el factor de curvatura 10, pero con la consecuencia de sufrir una hiper evolución genética.

En las distintas series, solo hay un episodio en el que se da una equivalencia concreta. Se trata del episodio número 37 de la serie Voyager donde el navegante Tom Paris describe la velocidad del Voyager al alcanzar el factor 9.9 como de 6.44×1012 m/s , lo que sería equivalente a más de 21 000 veces la velocidad de la luz.

Como referencia acerca de los factores de curvatura sostenidos (de crucero), hay que indicar que, a mediados del siglo XXIV, la nave Enterprise-D viaja a un factor de curvatura de 9.2 y la nave de clase Intrepid Voyager puede sostener un factor de 9.975.

Por otra parte, existe una leve incoherencia en la serie de La Nueva Generación. En el episodio de dos partes All Good Things (episodios 25 y 26 de la 7.ª temporada) el capitán Picard es enviado al futuro por Q, ahí se encuentra con un Enterprise D modificado, capitaneado por William Riker, capaz de alcanzar la velocidad de curvatura 13. Sin embargo, dentro de la trama de la serie este futuro nunca llega a existir, por tanto muchos consideran que la escala de curvatura pudo haber sido reajustada en dicho futuro o simplemente que la barrera creada por Michael Okuda no había sido implementada en el momento de escribir esos episodios.

Núcleo de curvatura editar

La principal forma de propulsión en el universo Star Trek es el desplazamiento del campo gravimétrico, más comúnmente definido como núcleo de curvatura. El núcleo de curvatura es un ficticio sistema de energía basado en la reacción materia-antimateria que proporciona la energía suficiente como para generar la distorsión del Espacio-tiempo. La reacción entre materia-antimateria está controlada mediante los denominados cristales de dilitio (cristales que supuestamente no presentan reacción alguna cuando son bombardeados con elevados niveles de radiación). La cámara de la reacción está rodeada de un campo magnético que permite contener la antimateria y evitar las reacciones con la materia de la nave.

La energía liberada durante la reacción es empleada para crear el campo de curvatura que se denomina burbuja de curvatura. Este campo distorsiona el espacio alrededor de la nave y la acelera mientras el espacio dentro de la burbuja, técnicamente, no se desplaza, por lo que la nave no experimenta ninguna dilatación temporal. El tiempo transcurre dentro de la burbuja, al mismo ratio que en el punto de origen o de destino.

 
Visualización de una burbuja warp.

Véase también editar

Referencias editar

Notas editar

Bibliografía editar

  • Michio, Kaku: Hiperespacio. Grijalbo Mondadori (Crítica), 1996. ISBN 84-7423-747-5.
  • Sternbach, Rick, y Michael Okuda: “Star Trek, The Next Generation” technical manual. Pocket Books, 1991. ISBN 0-671-70427-3.

Enlaces externos editar