Situada a 776 m s. n. m. de altitud, junto a la rambla de Las Arenas (741 m s. n. m.), a 22 km al sudoeste de Enguera y a 92 km de Valencia. La aldea se encuentra enclavada en el corazón de la Sierra de Enguera rodeada por bosques de pinos, paisajes de singular belleza y un gran número de fuentes. Limita al N con el paraje de Los Altos, el término de Ayora y la zona de la Matea, al S con el término de Fuente la Higuera, al E con los Altos y al O con el término de Ayora.
Su clima[2] es mediterráneo-continental, frío en invierno, con heladas nocturnas y con precipitaciones a veces en forma de nieve. El clima es caluroso en verano en las horas centrales del día, con noches frescas y temperaturas mínimas habituales de 15 grados en julio y agosto.
Puede accederse desde la carretera CV-590 entre Enguera y Ayora, o desde la autovía A-35 (Valencia-Albacete) por Mogente o bien por Fuente la Higuera.
En el año 2015 había 61 habitantes según los datos oficiales del INE distribuidos en torno a ciento veinte casas, no todas ellas habitadas, y básicamente localizadas en las 60 viviendas de los dos núcleos principales de población separados por un kilómetro, llamados Navalón de Arriba y Navalón de Abajo y los siguientes caseríos: Casas de Requena, Benalaz, El Puntal, El Santich y los caseríos del Barranco de Boquilla[3].
Los primeros asentamientos humanos de la zona, de los que tenemos referencia, son las pinturas rupestres del Barranco del Toro. De época posterior son los asentamientos eneolíticos encontrados en la Canaleja y en el paraje del Santich y de la Edad del Bronce en los Bujes, el Puntal, Las Arenas y La Canaleja. Es evidente que los primeros pobladores llegaron a estos parajes atraídos por la abundante caza y la proliferación de manantiales. De la pervivencia sobre el territorio de la cultura íbera y la posterior romanización dan fe la existencia de importantes vías de comunicación que cruzaban estas tierras y adentraban al caminante en la Meseta. La Vía Augusta[4] que unía Roma con Agadir tuvo su paso, en una ruta interior, por esta zona.
Desde el siglo XIII, tras la cesión a la Orden de Santiago, como consecuencia del Tratado de Almizra y de la cesión de Anna y Enguera, a la que siempre estuvo ligada, se convierte en una zona de frontera entre los Reinos de Castilla y Aragón; de esta época destaca el Castillo de Garamoxen.
En el siglo XVI la zona que hoy conocemos por Navalón, comprendía:
Aunque como ya se ha mencionado la zona se encuentra habitada desde al menos 5.000 años, no será hasta el siglo XVIII en el que encontremos un núcleo habitado con este nombre. Fueron los esposos Antonio Navalón y Josefa Sáez, originarios de Almansa, los que pararon por estas tierras atraídos como los anteriores pobladores por sus pastos y su agua. Inicialmente compraron Albarrilla donde construyeron la primera casa. El matrimonio tuvo tres hijos. Este matrimonio tuvo 10 hijos, 9 nacidos en Almansa y el cuarto en Corral Rubio; el mayor heredó de sus padres la parte de arriba de la Albarrilla, estableciendo la casa familiar frente a la actual casa abadía y junto al bar Sirera en lo que se conoce aún hoy como "La casa del Rincón". El segundo, llamado Miguel, se asentó en la parte de abajo de la heredad, fundando una nueva hacienda a la que se le conoció como Casas de Miguel, actualmente Navalón de Abajo. El tercero de los hijos marchó al caserío de Benalaz donde en el siglo XVII, después de la expulsión de 1609, todavía era patente la pervivencia morisca, posiblemente atraído por la presencia del molino harinero.
Muy cercanos a Navalón se encuentran los caseríos de El Puntal, Casas de Requena, Casas de Santich y Hoya Redonda, así como numerosas fuentes naturales que manan en sus montañas, entre las que cabe destacar Las Arenas (con zona de acampada).
Existe a un kilómetro de Navalón un campamento de la Generalidad Valenciana gestionado por el Instituto Valenciano de la Juventud, así como el cámping "Los Carasoles", en el caserío de las Casas de Requena se encuentra la casa rural "Ca Julia". También cerca de Navalón se encuentra el Centro de Ecoturismo "El Teularet" con instalaciones de formación medioambiental, restaurante, albergue, cámping y cabañas de madera.
Interior de la iglesia de Ntra. Sra. de Belén, en Navalón, Enguera. Lado del Evangelio.Tiene una iglesia con la advocación de la Virgen de Belén, cuya imagen es de Octavio Vicent. El templo fue bendecido en 1852, habiendo sido construido en el mismo solar de una ermita edificada en el siglo XVIII y está servido por la parroquia de Enguera. La iglesia de Nuestra Señora de Belén, en sus primeros años de existencia, recibía con frecuencia a los padres franciscanos de Mogente y a los padres carmelitas de Enguera, a los que les gustaba predicar en el templo. En 1896, debido a un importante crecimiento demográfico como consecuencia de una época de bonanza económica, Navalón adquiere la condición de parroquia. Destaca junto a la fachada del templo la presencia de un esbelto campanario, de planta cuadrada. En la actualidad conserva una amplia sala de campanas en la que se localizan cuatro, ubicadas en cada uno de los anos de la mencionada sala. La campana más antigua parece fecharse en 1865 y la más moderna en 1957.
El plato típico de la zona es el gazpacho manchego, elaborado con trocitos de torta cenceña y carne de pollo, perdiz, conejo o liebre. Cabe destacar asimismo la excelente miel de romero que se produce en sus montes.
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Enguera
