Se llama ninfeo (en griego antiguo νυμφαιον/nymphaion, en latín nymphaeum) a los monumentos consagrados a las ninfas, especialmente a las fuentes. Originalmente estos monumentos fueron grutas naturales, que eran consideradas tradicionalmente el hogar de la ninfa local.

El Nymphenbad, el ninfeo de Zwinger, Dresde.
Ninfeo Traiani

Algunas estaban dispuestas de tal forma que servían como suministro de agua, como la de Side en Panfilia. Un ninfeo dedicado a la ninfa acuática local, Coventina, se construyó junto al muro de Adriano, en el extremo norte del Imperio romano. Desde entonces, las grutas artificiales tomaron el lugar de las naturales. El Ninfeo Trajano, una fuente en Efeso, fue levantado en el extremo de una línea de 39 kilómetros.

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