Pegaso

criatura mitológica en la mitología griega
(Redirigido desde «Pegaso (mitología)»)

En la mitología griega, Pegaso (en griego, Πήγασος) es un caballo alado. Fue el primer caballo que llegó a estar entre los dioses. Pegaso era el caballo de Zeus, quien lo llevó al Olimpo y mandó construir para él un establo al lado de la bodega de los rayos. Junto con sus hermanos Crisaor y Celeris o Cílaro, que según la mitología latina no era su hermano sino su hijo, nació de la sangre derramada por Medusa cuando Perseo le cortó la cabeza. Esta era una de las tres hermanas Gorgonas: las otras eran Esteno y Euríale.

Belerofonte y la Quimera (425–420 a. C.).
Estatua de Pegaso en la ópera de Poznan.

El mito editar

Suele representarse en blanco o negro y tiene dos alas que le permiten volar. Una característica de su vuelo es que cuando lo realiza, mueve las patas como si en realidad estuviera corriendo por el aire. Aunque la afirmación más extendida incluso entre los especialistas[1]​ es que las fuentes clásicas nunca presentan a Perseo montado a lomos de Pegaso, puesto que volaba gracias a las sandalias aladas que le había obsequiado Hermes, lo cierto es que esta asociación se produjo ya en la Antigüedad, y probablemente en fechas tan tempranas como la época arcaica, puesto que Hesíodo aplica a Perseo el epíteto "jinete"[2]​ y Ovidio afirma inequívocamente que cabalgó "sobre un caballo con alas".[3]​ Es más, las primeras representaciones plásticas de Pegaso montado por Perseo pertenecen igualmente a la Antigüedad, pues una placa de terracota melia del siglo V a. C. muestra al héroe con la cabeza de Medusa y a lomos de un caballo que, si bien no lleva alas, debe identificarse con Pegaso, dado que en otra placa melia Belerofonte también cabalga sobre un caballo no alado.[4]

Pegaso aparece relacionado fundamentalmente con el héroe Belerofonte, quien a lomos del equino alado logró dar muerte a la Quimera, bestia de múltiples cabezas (entre ellas una de león y otra de cabra) que asolaba los territorios de Licia. Gracias a este corcel, Belerofonte consiguió obtener igualmente una victoria sobre las Amazonas. Belerofonte encarna el defecto de la excesiva ambición o hibris. Cuando por fin consigue domar a Pegaso, no contento con esto lo obligó a llevarlo al Olimpo para convertirse en un dios; pero Zeus, molesto por su osadía, envió a un insignificante mosquito para que picase el lomo de Pegaso y precipitase al vacío a Belerofonte sin matarlo, quedando así lisiado y condenado a vagar apartado del resto del mundo toda su vida, recordando su gloria pasada.

 
Pegaso en un mosaico romano en Córdoba (España).

La leyenda de Pegaso puede haber influido en la formación de la figura de Buraq en la tradición islámica. Es uno de los equinos más célebres de la literatura junto con Rocinante (caballo de Don Quijote de la Mancha), Babieca (el de El Cid), Bucéfalo (el de Alejandro Magno) y el caballo de Troya.

 
Escultura de Pegaso frente al Palacio de Bellas Artes, CDMX.

Fuentes escritas antiguas editar

De todas las criaturas fantásticas de la mitología griega, Pegaso es uno de los más famosos. Los episodios de su mito provienen de los poetas grecorromanos. La fuente escrita más antigua es la de Hesíodo, que habla del nacimiento de Pegaso y la Quimera en su Teogonía. Ovidio relata su nacimiento en "Las Metamorfosis", Higino describe varios episodios en sus "Fábulas", y Píndaro habla de cómo Belerofonte captura a Pegaso en el siglo VI a. C. Es muy difícil restaurar un orden cronológico en la historia de Pegaso. Muchos autores evocan este mito de manera más o menos breve, a veces contradiciéndose entre sí.

Nacimiento editar

 
Escena en la que Medusa es decapitada por Perseo, y parecen también Pegaso y Crisaor que muestra el cuello cortado. Gouache de Edward Burne-Jones.

Se considera que Pegaso es el hijo del dios Poseidón y la Gorgona Medusa. Hesíodo dice que

Poseidón con cabello negro se une con Medusa en un prado suave, en flores de primavera[5]

El epíteto "con pelo negro" se traduce más recientemente como "Melena oscura", lo que indica que Poseidón toma la forma del caballo para unirse con Medusa.[6]​ La versión de Ovidio es más completa.

Domesticación de Pegaso editar

Las Olímpicas de Píndaro (XIII), compuestas en el marco de los juegos olímpicos, informan de la domesticación de Pegaso por Belerofonte:

«Belerofonte ardía de deseos de domar a Pegaso que debía su existencia a una de las Gorgonas, con el pelo erizado de serpientes; pero los esfuerzos de Belerofonte fueron en vano hasta que la casta Palas le trajo una brida enriquecida con riendas de oro. Despertado Belerofonte de un sueño profundo, la ve aparecer ante sus ojos y la oye pronunciar estas palabras: ¡Duermes, rey, descendiente de Eolo! Toma esta poción, la única que puede volver dóciles a los corceles; después de ofrecércela a Neptuno (Poseidon), tu padre, sacrifica un soberbio toro a este dios que es tan hábil en domar corceles.
La diosa de la égida negra no le dijo más en medio del silencio de la noche. Belerofonte se levantó inmediatamente y, tomando la brida maravillosa, la lleva al hijo de Cérano, el vidente de estas tierras. Le cuenta la visión que tuvo, cómo, dócil a sus oráculos, se durmió durante la noche sobre el altar de la diosa y cómo esta hija del dios, a quien el rayo sirve de lanza, le dio ella misma esta brida de oro, ante la cual Pegaso debe doblegarse. El adivino le ordena obedecer este sueño sin demora y erigir un altar a la Minerva Ecuestre (Atenea Hippia), después de haber inmolado un toro al dios, que rodea la tierra con sus olas.
Así es como el poder de los dioses hace fácil lo que los mortales jurarían imposible e incluso desesperarían de hacer jamás. Ebrio de alegría, el intrépido Belerofonte se apodera del caballo alado: como una pócima calmante, la brida que le pone en la boca modera su impetuoso ardor; luego, saltando sobre su lomo, Belerofonte, ataviado con sus armas, lo adiestra para la batalla. Pronto, transportado con él al vacío del aire bajo un cielo helado, arrolla a las Amazonas, diestro en el arte del tiro con arco, mata a la Quimera que vomitaba llamas y vence a los sólimos. No hablaré de la muerte de Belerefonte: sólo diré que Pegaso fue recibido en los establos del inmortal rey del Olimpo. » Píndaro, Olímpicas, XIII, traducción de M. Al. Perrault-Maynand

Para Higino en su Astronomía, Preto, sabiendo que Belerofonte tiene el caballo Pegaso, lo envía al padre de Antía (o Estenebea), para que pueda defender la castidad de su hija[7]​. Estrabón afirma que Pegaso es capturado por Belerofonte mientras bebía de la fuente Pirene[8]​. Sin embargo, según los corintios y según relata Pausanias en su Descripción de Grecia, Pegaso es llevado a Belerofonte por Atenea, que lo había domado y sometido ella misma[9]​. Si hemos de creer al pseudo-Hesíodo en su Catálogo de mujeres, fue Poseidón, padre de Pegaso y Belerofonte, quien le trajo el corcel mientras el héroe vagaba en busca de una solución para matar a la Quimera[10]​.

Origen editar

 
Pegaso pudo tener su origen en la observación de fuerzas naturales.

Varios autores e investigadores han examinado el origen del mito de Pegaso, con diversas escuelas de pensamiento enfrentadas. En 1955, Édouard Will se inclinó por un origen puramente europeo[11]​. La teoría más aceptada por los historiadores a principios del siglo XXI sugiere que es de origen asiático[12]​.

Un dios asiático de la tormenta editar

El mito de Pegaso probablemente se originó en los dioses licios y asirios[12]​. Como señala el historiador del caballo Marc-André Wagner, las primeras representaciones de caballos alados datan del siglo XIX a. C., entre los proto-hititas. Es posible que el mito se extendiera más tarde a los asirios y después a Asia Menor y Grecia. Los animales portadores del rayo son de origen oriental, y el caballo sustituye al toro en esta función[13]​. Basándose en los trabajos de filólogos y especialistas en los hititas, esta teoría sugiere que Pegaso deriva de una antigua divinidad de las tormentas conocida por los pueblos luvitas[14]​.

Esta deidad de la tormenta tiene el epíteto Piḫaššaš(š)i- ('rayo'), y es principalmente por la similitud fonética entre este nombre y el griego Pegasos por lo que se ha propuesto que este último deriva del primero, propuesta que es generalmente aceptada. Por lo demás, no hay ningún elemento específico que vincule a este dios con un caballo alado, el hecho de que se celebren carreras de caballos durante la fiesta dedicada a él y que el carro del dios sea tirado por caballos no constituyen verdaderos paralelismos[15]​.

Este nombre luvita habría evolucionado hacia el licio y el griego antiguo, perdiéndose la mayoría de los elementos originales, convirtiéndose el mito griego de Pegaso en «la vestimenta de una deidad indígena»[16]​ relacionada con las tormentas. Los historiadores suponen la existencia de un culto a esta antigua deidad gracias a una hipóstasis en luvita[17]​. Gran parte del mito de Pegaso y Belerofonte relata aventuras en Licia (Asia Menor), lo que ilustra los especiales vínculos de esta región con la ciudad de Corinto, de la que Pegaso era uno de los emblemas[18]​.

Un ser totalmente imaginario editar

Otras teorías ven a Pegaso como un ser totalmente imaginario[19]​. Su figura pudo provenir de la observación de fuerzas naturales (tormentas, ríos que recuerdan el curso de un caballo, etc.), o de la observación de pájaros cuyas alas se habrían convertido en metáfora de la velocidad, y habrían dado lugar a la figura del caballo alado en varias regiones del mundo[19]​.

La inexistencia biológica de Pegaso no es óbice para su existencia en el imaginario clásico; una cuestión que plantea este mito es la de la construcción de la figura del caballo alado.[20]​ Pegaso, al igual que la esfinge, el centauro o el grifo, está compuesto por elementos que existen realmente, a saber, un caballo y las alas de un pájaro[20]​. El proceso de invención combina elementos existentes, a través de la imaginación[20]​. Aunque Pegaso no existe en el mundo físico, tiene una forma de realidad en el reino del sueño, sobrenatural y mitología: la realidad física es constitutiva de la realidad interna[20]​. Cada persona que imagina a Pegaso crea "su" Pegaso, asignándole un determinado color, una determinada forma de volar u otras peculiaridades basadas en lo que sabe, ha leído o ha visto[20]​.

Mitología comparada editar

La figura del caballo alado está universalmente presente en Eurasia. Los caballos alados de Tarquinia entre los etruscos, Chollima en Corea, Ponkhiraj en Bangladés, Tarkshya en India, Tianma en China o Tulpar entre los tártaros dan fe de la popularidad de esta criatura. El mito de Pegaso comparte rasgos comunes con otros relatos, aunque no siempre está claro si existen inspiraciones o influencias comunes. La mitología comparada nos permite destacar estos puntos en común entre los mitos y tradiciones de los indoeuropeos.

La idea de un origen común del mito de Pegaso y las tradiciones indias fue muy popular en el siglo XIX. Alfred Maury y Charles-François Dupuis lo relacionaron con la creación de los manantiales del Ashvamedha (sacrificio védico del caballo), y con una tradición en la que un caballo escupe de su pezuña la bebida inspirada que abre los ojos de la mente y proporciona la visión del cielo. La última encarnación de Vishnu, el caballo blanco Kalki, es visto como un caballo alado que destruirá el mundo con un golpe de su casco[21]​. El héroe Vêdu posee un magnífico caballo blanco mata-serpientes, del que se dice que encarna al sol como Pegaso[22]​. El nacimiento de Pegaso y Crisaor estaría así próximo a las creencias Védicas que personifican el principio vegetal nacido de las aguas[23]​, También se menciona en paralelo la creación de los Ashvins por Vivasvat y Saranya[24]

La idea general es que estos caballos indios y griegos evocan a un dios vegetal primordial surgido del agua, origen de toda vida. Lo cuestiona la filósofa croata Marina Milićević-Bradač. El tema del caballo que cruza el agua con su jinete para recorrer grandes distancias se encuentra en la mitología celta, en el Rig-Veda, y en regiones tan variadas como Irlanda, Grecia, Norte de Europa, Persia e India. Este tema se refleja en gran medida en la montura chamánica del dios supremo Finno-úgrico, un ciervo blanco alado que permite a su jinete y amo recorrer el mundo a toda velocidad. Estos fabulosos corceles suelen tener una característica morfológica, como alas, un número anormal de miembros o varias cabezas. Los protoindoeuropeos permanecieron en estrecho contacto durante la prehistoria, lo que sugiere un mito común de inspiración chamánica antes de la dispersión, o al menos una influencia común: la de un caballo psicopompo que cruza fronteras (simbolizadas por el agua) y viaja entre mundos[25]​.

 
Pegaso en un cuarto de estatero fechado en el siglo II a. C.

Empleo del caballo mitológico en el cine editar

Pegaso ha sido uno de los caballos mitológicos más llevados al cine y uno de los más necesitados por los dioses y héroes griegos al igual que el unicornio, siendo seres extraordinarios que encajan perfectamente en las películas de fantasía y ficción.

También apareció en la película animada Hércules (1997), de Disney Pictures. En ella, Pegaso es un regalo de Zeus a su hijo Hércules. Además, se puede apreciar en las películas Furia de titanes (1981), su adaptación Furia de titanes (2010) e Ira de Titanes, donde aparece al lado de Perseo y lo ayuda a transportarse.

Un pegaso es el logotipo de la productora TriStar Pictures.

Véase también editar

Referencias editar

  1. Ruiz de Elvira, Antonio, Mitología clásica, p. 159: "esta última asociación es un error renacentista".
  2. Hesíodo, Escudo, 216: ἱππότα Περσεύς.
  3. Ovidio, Amores, 3.12.24: victor Abantiades alite fertur equo "vencedor el descendiente de Abante cabalga sobre un caballo con alas" (trad. de Vicente Cristóbal López).
  4. Ogden, Daniel, Perseus, Londres y Nueva York, Routledge, p. 62.
  5. HésThé, 270. Traducción de Leconte de Lisle.
  6. Wagner , 2006, p. 142.
  7. Higino, Astronomia, II, 18. [1]
  8. Estrabón, Geografía, VIII, 6, 20. [2]
  9. Pausanias, Descripción de Grecia - libro II cap. IV. (Pausanias (1994). Descripción de Grecia. Obra completa. Editorial Gredos. Madrid. ISBN 9788424916503.)
  10. Hunter, R. L. (2005). The Hesiodic Catalogue of women: constructions and reconstructions. Cambridge, Nueva York: Cambridge University Press. ISBN 978-0-521-83684-5. - Catálogo de mujeres fragmento 7.
  11. Will, 1955, p. 161.
  12. a b Turner y Coulter,, p. 376.
  13. Wagner, 2006, p. 138.
  14. Centre G. Glotz, 1990, p. 13.
  15. Ebeling, Meissner y Otto Edzard, 2005, cf. I.Singer.
  16. Vismara y Raimond, 2002, p. 32-37.
  17. Groddek, Košak y Zorman, 2007.
  18. Hadjis, 1997, p. 14.
  19. a b Société de linguistique de Paris, 1997, p. 195.
  20. a b c d e Vannoy Adams,, p. 221-227.
  21. Charles-François Dupuis (1822). google.com/books?id=OLYPAAAAQAAJ&dq=P%C3%A9gase+origine+indienne&hl=en&source=gbs_navlinks_s Origine de tous les cultes 5. p. 374. Consultado el 30 de junio de 2010. .
  22. Henry, 1988, p. 201.
  23. Maury, 1857, p. 302-303.
  24. Anonimo (1885). Traité d'archéologie comparée - La sculpture antique: orígenes-descripción-clasificación de los monumentos de Egipto y Grecia. p. 165. ISBN 9781141818389. .
  25. Milićević,, p. 379-392.

Enlaces externos editar